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Veinte años al frente del mayor referente enoturístico de Castilla y León convierten a Víctor Fernández, director del Museo Provincial del Vino de Valladolid –ubicado en el castillo de Peñafiel bajo la gestión de la Diputación–, en un testigo directo de cómo el turismo en torno al vino ha evolucionado en la provincia, cómo nació y se ha desarrollado.
–Este año el Museo Provincial del Vino cumple 25 años. ¿Cuántas personas han pasado por él?
–Desde que la Diputación puso en marcha este proyecto han pasado algo más de 2.200.000 visitantes. El mérito ha sido mantenerse en un número muy bueno, entre 80.000 y 100.000 visitantes anuales. Indudablemente es uno de los museos más visitados de Castilla y León
–¿Cuáles son los principales lugares de origen de los visitantes?
–El mayor número viene de Madrid, entre un 25% y un 30%. De Valladolid, en torno a un 15%. Del resto de Castilla y León también vienen muchos visitantes, así como de la zona norte de España: de Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco. Extranjeros estamos subiendo; andaremos en torno a un 15 o 17%. Principalmente son norteamericanos y mexicanos. Portugueses y franceses vienen durante todo el año. El año pasado vinieron muchos turistas brasileños. Algo muy importante que hemos notado es el turismo holandés, gracias a una vecina de Peñafiel, holandesa, que gestiona el camping de Peñafiel, quetiene muchos turistas holandeses.
–¿Además de los que llegan de forma particular, por qué otros canales llegan los visitantes?
–Por turoperadores, agencias de viajes. Trabajamos con muchísimas agencias de viajes, más de 100, con las que contactamos en ferias o en jornadas profesionales. También empresas que organizan reuniones y aprovechan su estancia para visitarlo.
–¿Cualquier enoturista que llegue a Peñafiel cree que debe acercarse al Museo del Vino para conocer de una forma amena y didáctica la cultura del vino?
–Lo que hemos pretendido es que cualquier persona, tanto aficionado como experto, pueda encontrar interesante los contenidos del Museo. No se trata solo de promocionar los vinos de nuestra provincia, que también y es nuestra labor principal, pero tenemos que dar a conocer toda la cultura del vino a nivel mundial. Es fundamental que venga al Museo como punto de partida y luego visite bodegas y otros recursos. Y por supuesto hay ver el castillo, que es impresionante.
–¿Cómo funciona la ampliación de los espacios visitables del castillo tras la restauración?
–El Museo del Vino y el castillo va todo unido. El castillo es un monumento impresionante, y todo el mundo queda sorprendido con la nueva visión del castillo al recorrer la barbacana al completo. Se ven zonas que antes no podíamos enseñar y el público se sorprende. Se ve el castillo en toda su integridad y se puede saber al detalle cuál era su la utilidad, cómo se vivía y cómo se funcionaba dentro de sus muros.
–¿Cómo se presenta 2025?
–Creo que iremos al nivel de visitantes que teníamos antes de la pandemia. Va a ser un año muy bueno, de estabilización del turismo en la zona.
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