Por sus calles se respira la cultura del vino y se ha convertido en un destino enoturístico ineludible. Una serie de doce murales del pintor Manolo Sierra traza un relato pictórico que va guiando al viajero hasta llegar al barrio de bodegas, conocido como Cuarto ... de San Pedro, y su Aula de Interpretación, que permite conocer cómo se construían las cuevas subterráneas y elaboraban el vino nuestros antepasados. Mucientes fue elegido Mejor Municipio Enoturístico en 2020 por la Asociación Españolas de Ciudades del Vino (Acevin), aunque no fue hasta la pasada semana cuando llegó a manos de su Ayuntamiento el trofeo que lo acredita. De esta manera, se ha convertido en el primer municipio de Castilla y León en recibir un galardón que se llevaron en las dos anteriores ediciones Cambados, en Galicia, y Laguardia, situado en el corazón de Rioja Alavesa.
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La propia alcaldesa, Emiliana Centeno, y la responsable de la Oficina de Turismo, Gloria Martín, se convierten en cicerones de esta visita por este pequeño pueblo de la Ruta del Vino Cigales que no llega a los 700 habitantes, al que se le otorgó carta de municipio hace 800 años. Según el profesor, investigador e historiador Carlos Duque Herrero, ya fallecido, el nombre de Mucientes «puede ser la suma de una raíz árabe (Muz), más una forma latina (entis) que significa: los que son de Muz».
Es fácil seguir este recorrido enoturístico. A la entrada del pueblo, el primer mural de Sierra da pistas. Admire la obra y fíjese bien, los pájaros le indicarán hacía dónde tiene que dirigirse. Caminará por la Ronda de las huerta y las Escuelas, hasta la Plaza Mayor. Después de informarse en la Oficina de Turismo, situada en las dependencias del Consistorio, rodee la Iglesia de San Pedro. A continuación, se topará con la plaza dedicada a Carlos Duque Herrero en 2010, a los cinco años de su fallecimiento. Duque realizó el estudio histórico y etnográfico para la recuperación del barrio de bodegas y la puesta en marcha del Centro de Interpretación, y fue nombrado hijo predilecto en 2005. En la calle Alegría, encontrará el Aula Museo de Paco Díaz, que alberga instrumentos musicales tradicionales.
A continuación, entrará en el barrio de las bodegas. Busque el museo-bodega. Frente a su puerta, Manolo Sierra pintó un mural de grandes dimensiones dedicado al vino, al pan y a la historia de Mucientes en la pared de una nave. Un fresco que Sierra fue pintando en 2015 con los consejos que le daban los vecinos que se acercaban a verle aplicar el dibujo y el color. Es el punto de destino que marca este museo al aire libre.
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El Ayuntamiento compró dos bodegas contiguas de 235 metros cuadrados en 2004 con dos lagares del siglo XVI. Uno de los lagares estuvo en funcionamiento hasta 2000 y se mantiene su maquinaria original, que fue restaurada. Una maqueta del lagar y un vídeo permiten ver su funcionamiento en vendimia.
El tiempo se detiene. Allí sigue la cocedera, la pila, la viga, la prensa de zarzos, los tinos, las cerceras (llamadas zarceras en otros municipios), las bombas de trasegar, las medidas, los cestos y covanillos, y otros elementos que hablan de una elaboración que, en pocos años, se ha modernizado más que en los últimos cuatro siglos. «Siempre se ha dicho que para hacer vino solo se necesitan tres cosas: limpieza, limpieza y limpieza», apunta la alcaldesa. De ahí la importancia que tenían los pozos en el interior de las bodegas. El que no contaba con uno, se veía obligado a acudir al del vecino. Las interesantes piezas permiten conocer el pasado.
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Las llaves de la bodega solo se dejaban a los amigos, y allí están colgadas. Pero quizás una de las piezas más destacable es la taza del vino, una especie de testavin como el que utilizan los sumilleres, que el Ayuntamiento subastaba para la cobranza de tasas sobre el vino desde el siglo XVII y hasta los años 40 del XX. La pieza de la bodega es una réplica y el original se entrega, en este caso, a la alcaldesa junto al bastón de mando.
En la V Edición de los Premios de Enoturismo 2020, convocados por las Rutas del Vino de España, con el apoyo de la Secretaría de Estado de Turismo y Turespaña, no solo se destaca el proyecto de recuperación del barrio de bodegas subterráneas Cuarto de San Pedro iniciado en 2004, que ya se mencionaba en documento de 1528, sino que también tienen en cuenta los diferentes proyectos vinculados al ciclo y el calendario de la vid que ha impulsado Mucientes en los últimos años para potenciar el enoturismo. La Fiesta del Primer Vino, en febrero; ExcidaMuz, dedicado a la poda, el senderismo y la degustación, en marzo; Vendimiario, que invita al visitante a conocer cómo se vive la vendimia, la elaboración del vino y su comercialización, a principios de octubre, y A la Rebusca, a finales del mismo mes, para encontrar esos racimos que han quedado en las cepas después de recoger la cosecha.
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Las visitas enoturísticas son personalizadas y para ello hay que llamar al 983 587 623 para reservar. Además el Centro de Interpretación es accesible para aquellos que tengan problemas de movilidad. No pierda la oportunidad de realizar una parada en los bares y las bodegas para probar los excelentes vinos que se elaboran en Mucientes, amparados por la Denominación de Origen Cigales.
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