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Jóvenes por el Vino es una asociación sin ánimo de lucro que nació con el objetivo de unir juventud y vino de manera sencilla. Manuel Cuadrado, presidente y fundador, se declara amante del vino y de Valladolid. El mundo enológico está lleno de tópicos y de tecnicismos que únicamente son eso. Hay uno que tiene especial fuerza y que se relaciona de manera directa con la población de entre 20 y 35 años. «Los jóvenes no pueden beber vino porque no lo entienden» es una de las frases más recurrentes cuando de vino y juventud se habla. La asociación vallisoletana Jóvenes por el Vino nació con el objetivo de desmontar ese eslogan y ofrecer de manera sencilla, divertida y sin tecnicismos catas y actividades vinícolas. Manuel Cuadrado, presidente de Jóvenes por el Vino, ofrece su particular visión sobre «el producto estrella de la tierra vallisoletana».
–¿Qué es Jóvenes por el Vino y con qué fin se constituye la asociación?
–Jóvenes por el Vino nació de la iniciativa de dos amigos que jugábamos al rugby. En un tercer tiempo nos dimos cuenta de que queríamos pedir un vino y no había. Si estamos en una tierra de vino y no nos ofrecen uno de nuestros productos de calidad es hora de poner solución al problema. Existe un tópico y es que los jóvenes no entienden de vino y que en el deporte no se puede ofrecer vino, pero sí otros productos como la cerveza. Empezamos a buscar la solución y creamos Jóvenes por el Vino con el objetivo de acercar el mundo enológico a la población joven. Quisimos realizar catas de manera informal en las que no se utilizaran tecnicismo o palabras extrañas, simplemente disfrutando de la copa de vino.
–¿Cree que vino y juventud pueden convivir en armonía sin necesidad de entender sobre enología?
–El vino no es para entenderlo sino para disfrutarlo en compañía. Los comentarios de «eres joven no puedes entender o beber vino» son demasiado absurdos y tradicionales. Hay que empezar a reinventarse, a apartarse y a no tener miedo a beber una copa de vino y decir que está bueno simplemente, sin necesidad de dar más explicaciones innecesarias.
–¿Cuál es la mejor manera para probar una copa de vino?
–De manera divertida, con un buen ambiente, en compañía de amigos y en un momento especial. No hay que entrar en el tema de qué tipo de vino es mejor para empezar, sino en cuál te llama la atención, cuál te apetece o cuál simplemente quieres probar.
–¿Qué debe tener un buen vino para interesarte por él?
–Las personas nos guiamos por los ojos y por la intuición en la mayoría de decisiones que tomamos. Con el vino pasa algo similar porque yo, por ejemplo, me intereso por un buen vino cuando me entra por los ojos. Otra de las partes imprescindibles es el boca a boca, las recomendaciones y lo que ofrecen tiendas o bodegas de confianza. Incluso me atrevería a decir que los medios jugáis un papel fundamental también.
–¿Cuál es el momento perfecto para descorchar una botella de vino?
–Cuando me apetece beber vino. No tengo un momento idóneo o predeterminado. El vino es tan variopinto y tenemos tantos tipos de vinos que se adecúan a un momento u otro que debemos jugar con ellos y experimentar sensaciones.
–¿Cómo describiría Valladolid en relación con el vino?
–Valladolid es vino y el vino es Valladolid. Tenemos una tierra espectacular en cuanto a esta bebida que se ha convertido en una identidad propia vallisoletana. Me atrevo a decir que Valladolid tiene potencial en vino, en elaboración, en marca y en poderío a nivel mundial.
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