La importancia de llamarse arcilla o pizarra, o cómo el suelo condiciona al vino
Los expertos que han participado en Duero Wine destacna el papel que juega el terreno en la confección de los grandes vinos
El tipo de suelo determina los atributos de la uva y, por tanto, la calidad del vino. El terreno, junto al clima, la altitud ... y la variedad de la uva, es un factor clave que aporta a cada vino sus aromas, sabor, color y estructura. Los principales tipos de suelos adecuados para el viñedo son arcillosos, arenosos, graníticos, pizarrosos y francos. La riqueza y variedad de los suelos de Castilla y León juega a favor de la diversidad de sus vinos, de manera que tiene enorme relevancia la formación geológica de la comunidad autónoma. Así lo puso de manifiesto el geólogo Octavio Artieda (UNEX) en el congreso Duero Wine, celebrado en la Feria de Valladolid.
Ya en el terreno práctico, Almudena Alberca, Master of Wine y directora técnica en Entrecanales Domeq e Hijos; Gonzalo Iturriaga, de Tempos Vega Sicilia; Alberto García, de las bodegas Mauro, San Román y Garmón Continental; y Telmo Rodríguez, de la Compañía de Vinos Telmo Rodríguez, explicaron la influencia de los suelos y su potencial organoléptico en sus grandes vinos.
Revalorizar los suelos y las viñas
Dado que las cualidades del suelo alcanzan gran relevancia, muchos intentan poner en valor los viñedos plantados en los mejores terroir. Así, Peter Sisseck, Bertrand Sourdais, Ricardo Pérez Palacios y Dirk Niepoort, prestigiosos enólogos y elaboradores de grandes vinos de la Ribera del Duero, Bierzo y el Douro portugués, abogaron por la clasificación de los suelos y el uso de los nombres de municipios, pueblos y parajes en la etiquetas de los vinos como una necesidad y una obligación para facilitar una información más precisa al consumidor.
Ricardo Pérez Palacios, de la bodega berciana Descendientes de J. Palacios, ha abanderado junto a su tío Álvaro Palacios la clasificación del viñedo por municipios, parajes y parcelas en la DO Bierzo y en la DO Calificada Priorat. En 2019, la DO Bierzo hacía historia y se equiparaba a las grandes zonas vitivinícolas mundiales como la Borgoña francesa o el Piamonte italiano, después de dificultades técnicas y administrativas. Pérez Palacios explicó que el trabajo fue arduo para buscar las coincidencias en las capas de varios mapas de El Bierzo de factores como los tipos de suelos, la existencia de agua, la exposición solar, la edad, etc. Así, comprobaron que las coincidencias llevaban a las mejores viñas. «Esta clasificación permite revalorizar el vino y, con ello, la zona, la tierra y la viña», aseguró.
La pirámide
Se trata de una pirámide en la que abajo se sitúan los vinos genéricos de la DO Bierzo, por encima los procedentes de municipios, pueblos y parajes, y arriba del todo, el vino de viña clasificada y el gran vino de viña clasificada (estos dos últimosno serán realidad hasta dentro de unos diez años). El enólogo recordó que «la Ley de la Viña y el Vino de Europa permite el uso de las menciones del origen de la uva, por municipios y parajes».
El ingeniero agrónomo y enólogo danés Peter Sisseck, de Dominio de Pingus, considera que vincular e identificar los vinos con el municipio o pueblo en el que se encuentra la viña serviría para orientar al consumidor. En su caso, utiliza el viñedo de un único municipio para Flor de Pingus, mientras que elabora Pingus con las uvas de dos parcelas diferentes.
Por su parte, el enólogo francés Bertrand Sourdais, de Dominio de Es, Antídoto y Domaine de Pallus, argumentó que cuando llegó hace 20 años los viñedos de Soria eran considerados los peores de la Ribera del Duero, zona más fresca y alta puesta en valor en la actualidad. Desde su punto de vista, «la clasificación de los suelos es una obligación». Aunque entiende que es muy complicado para una DO con 110 kilómetros de largo, propone que se haga poco a poco porque la Ribera del Duero es muy grande y se podrían distinguir cuatro zonas más definidas (Soria, Burgos Norte, Burgos Sur y Valladolid).
El portugués Dirk Niepoort compartió la idea de los anteriores y recordó que Oporto fue la primera denominación de origen del mundo en clasificar los vinos, pero todavía están «en proceso de conocer sus suelos y las variedades porque la tendencia hace 30 años era mezclar los vinos y las uvas, y ni siquiera se mencionaba el Douro».
Hay un movimiento que busca poner en valor los viñedos plantados en los mejores terrenos de las diferentes DO
La influencia de los suelos también se puso en evidencia en la cata magistral del enólogo berciano Raúl Pérez, uno de los expertos más prestigiosos del sector, que explicó algunas de las claves de los vinos del paraje Rapolao del Bierzo, un proyecto en el que ha implicado a otros viticultores y productores, situado en Valtuille, de los que llevó siete vinos elaborados con uvas de diferentes parcelas, suelos, tipos de maceración y envejecimiento, pero que comparten una filosofía común.

Con nombre propio
Durante los dos días de congreso, muchos han sido los protagonistas, pero hay que citar a dos hombres clave en la Ribera del Duero. El lunes, se cataron seis añadas míticas de Tinto Pesquera, la marca más emblemática del bodeguero fallecido Alejandro Fernández, que lograron emocionar a los participantes. Ya el martes, otro de los grandes personajes del mundo del vino en Castilla y León, el bodeguero ribereño Luis Sanz, de Dehesa de los Canónigos, recibió el reconocimiento Duero de Honor. Son solo algunas pinceladas de un amplio e interesante programa en el que se volvió a profundizar en la calidad de los vinos regados por el río Duero.
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