«Decir que un vino es bueno ya no vale: ha de ser diferente»
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Presidente de honor de la Guía Peñín: «Castilla y León es uno de los territorios del mundo más interesantes para el vino por la heterogeneidad de las zonas productoras»Agapito Ojosnegros
Sábado, 21 de diciembre 2024
Hace apenas unas semanas se celebró en Madrid el XXIV Salón de los Mejores Vinos de España, la mayor exposición de vinos de todo el país que engloba a aquellos que reciben una puntuación de 90 a 100 puntos en la prestigiosa Guía Peñín –organizadora del citado evento–. Su artífice, José Peñín –ahora, a sus 81 años, presidente honorífico de la Guía–, fiel a la cita, concitó y concentró de nuevo las miradas y la admiración de muchos de los profesionales que pisaron la moqueta del pabellón 14 de IFEMA, donde el veterano prescriptor diseccionó con precisión de láser quirúrgico el sector del vino respondiendo amable y cordialmente a las siguientes preguntas.
–¿Como ve el sector del vino en España en estos momentos?
–Como imagino que con otras industrias o sectores, pasa por la vía de la cordillera con puntas de éxitos y vaguadas de crisis. En el vino ocurre igual. Lo único destacable de este momento es que el valle que estamos pasando, de una ligera caída del consumo, no se ha debido al cambio de ciclo: que desde hace 15 años está bajando el consumo. Se está pasando del consumo cotidiano de la botella de vino en la mesa al consumo esporádico, al consumo ocasional, del vino del viernes por la noche (por ejemplo), porque el vino ya no es un producto de primera necesidad. Ese consumo ocasional, que iba para arriba, lentamente ha caído.
–¿Eso es preocupante?
–Yo espero que esto sea temporal. Es preocupante por una sencilla razón: porque ya no es un cambio de ciclo. Son consumidores que ya conocen el vino y, por tanto, si hay menos consumo, entiendo que es, posiblemente, por que haya menos consumidores.
–¿Afectaría a todos los productores por igual?
–En general, la parte de arriba está salvada; la parte de los grandes vinos, los vinos de marca, los vinos famosos por su calidad. Esta parte está salvada y tiene más o menos el futuro asegurado. La parte de abajo, el vino más industrial (el granel), esa también porque entra en una mecánica de márgenes muy pequeños, pero de gran producción, y porque tampoco son muchos los que hacen tan grandes producciones; y esto al final va a seguir existiendo. En cambio, en la parte intermedia es donde está el problema, que es donde hay más bodegas.
–¿Cuál es el futuro del vino mundial y del español en particular?
–Hay crisis general de consumo porque ahora todos los éxitos y todos los males son globales, ya no hay diferencias de un país a otro. En todos hay una ligera caída del consumo. Todo lo que está pasando en cualquier país se traslada a todo el mundo, la globalización se está percibiendo en las altas, medias y bajas esferas. Conclusión: que vamos a tener que debatir entre un consumo menor pero más caro, y mejor, por supuesto.
–¿Qué opina acerca de la proliferación de 'influencers' también en el mundo del vino?
–Que una persona de 80 años sea favorable a 'influencers' choca bastante. Pero seamos realistas. Yo tengo una experiencia de comunicación de 50 años, he escrito libros, he colaborado en un montón de revistas, periódicos, programas de radio..., y hoy toca los 'influencers'. ¿Qué ventaja tienen los 'influencers' sobre los comunicadores de toda la vida?, Pues que llegan con su lenguaje, con su mirada; llegan a los jóvenes.
–Los jóvenes, he ahí el gran reto del sector del vino.
–Nosotros no somos capaces. Transmitimos un discurso serio, real, positivo, pero eso quizá no encaja. Acerca de lo que decíamos, de que el vino es un producto de consumo ocasional, e incluso un esnobismo, eso queda mejor reflejado por un chico o una chica que diga que ha probado este vino o este otro. El consumidor que sigue a esos 'influencers' no compra el vino porque piense que es una autoridad en la materia, simplemente porque le está transmitiendo una corriente, o un estilo de vida. Posiblemente sean los que más cerca estén de los jóvenes, el sector que es el más refractario a entrar en el vino.
–Entonces, aportan.
–Sí, porque su mensaje es muy cortito, pero es válido. No dicen mentiras, siempre puede haber alguno, claro, pero es minoría. He estado usando todas las redes sociales de 50 'influencers' de todo el mundo y me he dado cuenta de que todos transmiten el mensaje adecuado, comentan lo que los jóvenes quieren oír. Es perfectamente compatible su labor con la nuestra, la de los prescriptores y los periodistas, porque nosotros al final nos convertimos en los 'influencers' de los 'influencers'. Ellos entran en una franja de edad de consumidor de 18 a unos 30 años, y a partir de ahí entramos nosotros.
–Por tanto, para aquellos que deseen un información más profunda y profesional, ahí les tienen a ustedes.
–Exactamente. Ahí están los periodistas de vinos de este país. Aunque en este país se lee muy poco de vinos. No pasa lo mismo en Portugal, Francia, Estados Unidos y hasta en Colombia. Tengo menos seguidores en redes sociales que los que tiene un 'influencer', pero también es verdad que son más fieles, porque los que tengo no es porque yo les capte por mi forma de escribir o, si hago un video, por la forma de hablar. Sencillamente, me siguen por lo que estamos comentando, por conocimientos y trayectoria.
Castilla yLeón
–¿Cómo valora los vinos de Castilla y León?
–Castilla y León es un territorio de los más interesantes que hay en el mundo porque hay vinos muy diferentes, no solo porque cada zona tiene unas características distintas, sino por las variedades de uva; es increíble el número. Es un territorio lo suficientemente amplio para que existan diferencias entre un área casi mediterránea, como puede ser Los Arribes; una continental, como puede ser la Ribera del Duero, Arlanza o León; y una zona atlántica y húmeda como puede ser El Bierzo.
–Extensión que da para instalar muchas bodegas.
–También, y lo más importante, es que hay muchas muchas bodegas que no están adscritas a las denominaciones de origen que hacen unos vinos fenomenales. Esa especie de heterogeneidad que existen entre bodegas y vinos otorga una importancia muy grande a Castilla y León que no existe en otras regiones. Todo esto da un perfil bastante importante e insólito respecto a otros territorios de otras partes del mundo.
–¿Puntos fuertes y débiles del sector en España?
–Los fuertes, sencillamente, es que desde los 80 hemos prosperado, hemos mejorado el vino español a más velocidad que en otros países. Nos retrasamos en implantar cosas nuevas pero cuando lo hacemos lo hacemos a tope y, en ese sentido, otro punto fuerte ha sido el rápido nivel de conocimiento de los enólogos en España. Antes eran bodegueros, bodegueros capataces, y ahora hay enólogos que han trabajado en la otra punta del mundo, muy preparados.
–Lo que redunda en la calidad...
–La calidad de los vinos, por supuesto, muchísimo. También a una cierta independencia de nuestros bodegueros, quienes tienen un sentido de independencia mayor que la que pueden tener en las bodegas francesas. Aquí hay más un perfil de personalismo, en el buen sentido de la palabra. En cuanto a las debilidades, las de siempre: que lo que tenemos no sabemos venderlo. No sabemos vender porque el gran problema es que estamos acomplejados.
–¿Acomplejados por qué?
–Estamos acomplejados de que hemos sido un país de graneles hasta hace dos telediarios, pero el granel malo se hacía en los años 80, porque ahora el granel es estupendo. Es la reminiscencia del granel de los 80 lo que influye en que el comprador extranjero exija y presione a quienes hacen vino embotellado a la venta barata del vino. Habrá oído que nuestros vinos tienen una buena relación calidad precio, y no es verdad, porque esa frase era para el vino a granel. Somos los que más barato vendemos, pero la calidad de nuestros vinos a granel ahora es imbatible.
Menos tinto, más blanco
–¿Por qué retrocede el consumo de vino tino y aumenta el del blanco?
–En el 2006, en un editorial que escribí en Sibaritas, predije que el vino blanco sería más famoso que el tinto... ¡y se ha dado!
–¿Pero qué ha pasado?
–Que a principios del siglo XXI empezó a tratarse el vino blanco como si fuese tinto. Ya no importaba que el vino blanco tuviese 13 o 14 grados, que se envejeciese o fermentase en barrica. Todas las tareas que se hacían sobre el tinto se trasladaron al blanco.
–¿Cómo considera el vino: un alimento o un producto hedonista?
–El vino es puro hedonismo, simplemente es el placer de beber, porque cuando se habla de elementos nutricionales son muy pocos los que tiene. Lo que sí está bien, lo que ha hecho la cultura mediterránea, es que el vino se pueda beber en las comidas.
–Y entra en juego la recomendación de un consumo moderado.
–En general, la moderación está en una copa al mediodía y una copa por la noche, eso es una ingesta normal y equilibrada. La moderación es un principio básico. Yo bebo poco porque soy más catador; deformación profesional. Paradójicamente, el que cata mucho bebe bastante menos en general.
–¿Como dijeron en su momento Quevedo y Antonio Machado, confundir calidad y precio es de necios?
–Hoy en España puedes probar un vino en un lineal que cueste 4 o 5 euros y tiene 90 puntos de mi Guía. No se pueden confundir las dos cosas. Un vino placer, uno en el que tú no vas a captar la variedad, ni el suelo, ni toda esta serie de cosas que vamos a captar nosotros. Por 3 o 4 euros puedes tomarte un vino que te acompañe la comida; ahora, si tú quieres descubrir la complejidad del suelo, el clima, la forma de elaboración.., tienes que irte a 10 o 12 euros mínimo.
–Luis Aragonés repetía aquello de: ganar, ganar y volver a ganar. No sé si en el sector vitivinícola lo que debe aplicarse ahora y siempre es: comunicar, comunicar y volver a comunicar.
–Hay que comunicar y sobre todo hay que vender. Hoy el enólogo, como conocedor del producto más que nadie en la bodega, se ha convertido en el mejor vendedor de la bodega. Hoy un enólogo tiene capacidad para captar compradores. También cuentan mucho otros factores, no solamente el marketing.
–¿El sector del vino comunica bien en España?
–Hemos avanzado bastante en los últimos 15 años. Las bodegas tienen la tarea más importante de poner al día sus webs. ¿Por qué es muy importante la web? No solamente para el consumidor, sino para el periodista, porque hoy trabaja mucho más en el despacho que viajando. Si la web de la bodega tiene calidad, también está haciendo comunicación y publicidad.
–¿Adiós a pisar el terreno?
–Hay que viajar, moverse, por todo el planeta, porque ya no se habla de mercado interior y mercado exterior, hoy es el mercado. Tienes que saber inglés, de enología, porque el comprador también sabe más de vinos que los compradores de antes, que solamente preguntaban por el precio y no se preocupaban de más.
–Reto es la palabra que siempre está en boca de todos. ¿Cuáles están pendientes?
–Lo sabido: saber vender. Muy importante, los idiomas, y saber idiomas no solo es traducir; es hablar, es conectar, tienes que transmitir las emociones del producto, y eso lo hace, proporcionalmente, menos gente en España que los italianos, que son los reyes. Los americanos o los australianos son grandes vendedores también. En el marketing y la comunicación, que van juntos, hemos prosperado, pero siempre nos hemos creído que nuestro vino es estupendo, pero sin salir fuera. Cuando hemos salido hemos visto que nuestro vino está en una parcelita en la tienda de Londres, en un rincón. Y eso lleva muchos años así.
–¿Algún descubrimiento reciente que le haya tocado la fibra?
–En el salón de nuestra guía he probado un vino del Tíbet, de viñedos a 2.500 metros de altitud. Un vino muy bueno, estupendo, pero ya decir bueno o muy bueno no es suficiente para un vino, tiene que ser un vino diferente.
Esta entrevista forma parte del suplemento +Vinos que entrega El Norte de Castilla con su edición impresa del sábado 21 de diciembre. De igual manera, todas las piezas que componen esta publicación especial aparecerán en la web del diario decano de la prensa española. En ellas, los lectores podrán encontrar una amplia y variada gama de propuestas para brindar, acompañar las comidas y cenas u obsequiar a los seres queridos. Tintos, blancos, rosados, dulces, espumosos… Todo ello acompañado de entrevista con el actor y sumiller David Janer, el intérprete y creador Fernando Cayo, el cantante Sienna o el escritor Francisco Nalda, que dan su particular visión del mundo del vino y cómo se relaciona con las distintas disciplinas culturales. También se podrán leer algunas charlas con profesionales del vino, como sumilleres y de otras disciplinas con la arquitectura, la fotografía, la tonelería, el diseño gráfico y la medicina.
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