La cultura baja a la bodega y empapa al vino con mucho arte
Enoturismo ·
Visitar Liberalia permite descubrir pinceladas de pintura y notas musicales, además de disfrutar de sus vinosHay mucha cultura y mucho arte en esta bodega. Cultura y arte que, sin duda alguna, se transmiten y 'contagian' a los vinos. Juan Antonio Fernández es un gran amante de la ópera y la música ha sido una prioridad entre sus propuestas enoturísticas. Desde las jornadas de flamenco a los conciertos para perros y burros, porque «ellos también tienen derecho a disfrutar de la música», según defiende siempre el propietario de Liberalia, situada a las afueras de Toro (Zamora).
A la entrada de esta bodega de la Denominación de Origen Toro, recibe al visitante un gran pentagrama de hierro forjado colocado en la pared en el que se reproducen las corcheas y semicorcheas de los dos primeros compases del inicio del Otoño de Vivaldi. Esta es la primera parada de una pequeña ruta que continúa por los olivos que rodean la bodega, dedicados a grandes compositores italianos de ópera, desde el más longevo Giuseppe Verdi, como Liber, uno de los grandes tintos de Liberalia, a Gaetano Donizetti y Giacomo Puccini. Tres estilizados cipreses, recuerdan las tres óperas de Verdi más representadas: 'Rigoletto', 'La traviata' y 'El trovador'. Otro de los olivos rinde homenaje al director de orquesta toresano Jesús López Cobos, visitante asiduo de la bodega, que murió en Berlín y está enterrado en el monasterio de Sancti Spiritus de las dominicas contemplativas de Toro.
Pero no solo la música alimenta el espíritu de los visitantes de Liberalia. También la pintura tiene un gran peso en las propuestas de Juan Antonio y de su hija Beatriz Fernández Pujo, que es, además, la presidenta de la Ruta del Vino de Toro. El torreón exento del resto de los edificios de la bodega albergará en próximas fechas una retrospectiva de las pinturas del propio bodeguero y de la pintora zamorana Carmen Ratón, que además es maestra de yoga. De hecho, tienen previsto practicar esta disciplina entre las viñas que rodean la bodega, el mejor espacio para conectar el cuerpo, la respiración y la mente.
Desde la zona social, donde se localizan la sala de catas y la tienda, se accede a la bodega subterránea, a través del llamado Rincón del Greco, donde se exponen 20 obras de arte en tapas de barricas de pintores que se inspiraron en 'El caballero de la mano en el pecho'. En un piso intermedio destacan fotos que recuerdan a ilustres visitantes y algunas de las obras del bodeguero, entre ellas el violín-paleta de colores que ilustra la etiqueta del vino Liberalia Uno. Más abajo, en la sala en la que se crían los vinos en barricas antes de ser embotellados, se conservan todas añadas de Liberalia desde la cosecha de 2000, junto a dos antiguos y hermosos harmonios. Es el dormitorio de botellas, llamado la Memoria y el Tiempo.
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