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Lunes, 6 de mayo 2019, 13:50
La Fundación Prada a Tope entregó la undécima edición de los Premios Palacio de Canedo a la recuperación de la arquitectura tradicional del Bierzo. En total fueron ocho las iniciativas premiadas, cuatro promovidas por instituciones o asociaciones, y otras tantas de particulares, que se ... repartieron una cuantía récord en la historia del concurso de 8.600 euros.
Este año los patrocinadores han sido el Consejo Comarcal con 3.500 euros, el Ayuntamiento de Bembibre con 2.000 euros, el de Carracedelo con 1.500 euros, el de Arganza con 1.000 euros, el Instituto de Estudios Bercianos y la Fundación pusieron otros 600 euros para los accésits.
José Luis Prada, presidente de la Fundación, bodeguero, restaurador y productor agroalimentario, viticultor, agradeció a los patrocinadores que siguieran creyendo en la iniciativa que cada año va sumando nuevas recuperaciones, señalando que «cada gesto que se haga, por pequeño que sea, incluso aunque parezca insignificante, siempre es importante porque con el paso del tiempo todo suma».
Agradeció a los alcaldes presentes en el acto, más de una veintena, a que promovieran entre sus vecinos estos premios para seguir aumentando la participación y la concienciación de que El Bierzo lo hacemos grande entre todos.
El presidente del Consejo Comarcal, Gerardo Álvarez Courel, recordó que heredaron de la anterior corporación, presidida por Alfonso Arias (presente en el acto también) el ser patrocinadores y que ellos habían continuado el testigo incrementando incluso la dotación. Anunció que le dirá a su sucesor que siga apostando por ello porque el trabajo que hacen las pedanías es insustituible en los pueblos.
Elsa García Vega, teniente de alcalde de Bembibre, también estuvo entre los patrocinadores disculpando la ausencia del alcalde, José Manuel Otero. Celebró que los premios gocen de tan buena salud y que sigan promoviendo esa mejora imprescindible de nuestro medio rural.
En similar línea se mostró Raúl Valcarce, que en nombre de Carracedelo lleva ocho años patrocinando uno de los premios. En esta edición, además, su Ayuntamiento ganó uno de ellos con el Molino de la Pradela, por lo que anunció que ese dinero quedara ahí para asegurar el patrocinio del año próximo.
En la modalidad de instituciones públicas, asociaciones de vecinos, ayuntamientos o juntas vecinales:
El primer premio, dotado con 2.000 euros fue para la adecuación del antiguo Lagar de la localidad de Rodanillo, promovida y presentada por la Junta Vecinal de Rodanillo, perteneciente al ayuntamiento de Bembibre.
El segundo premio, dotado con 1.000 euros fue para el ayuntamiento de Carracedelo, por la recuperación del Molino La Pradela, situado en las inmediaciones del casco urbano de Carracedelo. De piedra y adobe, el molino vuelve a moler como lo hizo hasta los años sesenta.
El tercer premio, dotado con 500 euros fue la recuperación de la cubierta y ábside de la Iglesia de Canedo, perteneciente al ayuntamiento de Arganza. La mayor parte de la obra fue de consolidación de la iglesia que tenía serios problemas de humedades y que amenazaba toda la estructura.
El primer premio, dotado con 2000 euros se fue a Anllares del Sil perteneciente al ayuntamiento de Páramo del Sil, en la recuperación de la llamada Casa del Duro, una cuidada restauración de una casona rural que estaba dotada de corredores, patio, jardines, etc…
El segundo premio, de 1.500 euros, se fue para una casa de San Román de Bembibre, perteneciente al Ayuntamiento de Bembibre, en la que destacaba la recuperación de la fachada principal y lateral, con un aspecto muy agradable y acorde con el entorno de la zona de ubicación en la que se sitúa
El tercer premio, de 1000 euros recayó en una vivienda de Tremor de Abajo, perteneciente al ayuntamiento de Torre del Bierzo.
Además se concedieron dos accésits, uno para la recuperación del arco de la iglesia del desaparecido pueblo de Santibáñez de Montes, que estaba recogido en Santa Marina de Montes, y que ahora luce en esta pedanía junto a su iglesia parroquial a salvo del olvido de un pueblo que ya no existe. El otro accésit fue para una vivienda de Berlanga que ha vuelto a la vida gracias a una sabia recuperación arquitectónica.
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