Joaquín Díaz comprueba el olor de un vino. CARLOS ESPESO

«Las canciones sobre vino tratan del efecto de su uso y abuso»

joaquín díaz ·

Etnógrafo. Música, relatos, vocabulario o arquitectura tienen espacio en el estudio del vino

Silvia G. Rojo

Salamanca

Miércoles, 14 de diciembre 2022, 22:06

Folclorista, musicólogo, cantante o etnógrafo son solo algunas de las facetas en las que encaja Joaquín Díaz, que ha publicado más de medio centenar de libros sobre diversos aspectos de la tradición oral y más de doscientos artículos y ensayos en publicaciones especializadas y de divulgación. En su dilatada faceta musical no ha dedicado un disco completo al vino, pero sí ha grabado muchas canciones sobre este tema.

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–¿Qué papel juega la etnografía en el estudio, conocimiento e, incluso, protección de la cultura del vino?

–La etnografía estudia la influencia del individuo en el paisaje; la plantación, cuidado y cosecha del viñedo; las herramientas para la poda y limpieza; el vocabulario específico; las costumbres en torno a la uva y su principal producto elaborado que es el vino; las variedades y los tipos de suelos donde deben ser plantadas; la arquitectura popular y las edificaciones auxiliares como lagares, guardaviñas, cillas, bodegas…

–De un modo mucho más concreto, ¿qué posición o qué lugar le da al vino dentro de su trayectoria profesional?

–He grabado unas cuantas canciones que hablan del vino y, aunque no he dedicado un disco entero al tema, he realizado varios simposios sobre sus peculiaridades y variantes, analizándolo desde todos los puntos de vista que se pueda uno imaginar, hasta el iconográfico.

–¿Qué zona o zonas están mejor descritas por el vino?

–Las que se han acogido a las denominaciones de origen, que han motivado el mejor y más minucioso estudio de sus características. En cualquier caso, desde los poetas y escritores clásicos hasta los románticos pasando por la fructífera y goliárdica Edad Media, se han ocupado abundantemente de los diferentes vinos y las zonas de donde procedían.

–En el caso de la música, ¿qué se canta sobre el vino?

–Las canciones tratan casi siempre sobre los efectos de su uso o de su abuso. Entre los romances hay alguno en el que se mezcla con veneno para darle algún «grado» más.

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–Y si vemos que se canta, ¿qué se cuenta sobre el vino?

–Principalmente relatos cortos, adivinanzas, refranes, brindis, alguna leyenda y muchas pullas, que eran el motivo principal de los antiguos lagarejos.

–En mi pueblo, te hacen un lagarejo cuando te estrujan la uva en la cara.

–Bueno en la cara o en cualquier sitio. Era una costumbre muy antigua y un poco desvergonzada. Las mujeres agarraban a un hombre que fuese solo y le estrujaban las uvas en sus partes después de haber 'tirado de pantalón'.

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–¿Hay alguna palabra relacionada con el mundo del vino que le llame la atención?

–Me llama siempre la atención la palabra majuelo, no solo porque para Columela o para San Isidoro era un término común que significaba «martillo», ya que esa forma tenía el sarmiento nuevo, sino porque ya la usábamos los niños de mi época cuando teníamos hambre. Nos poníamos de acuerdo para «dar un palo» al majuelo del vecino. 'Por Santiago y Santa Ana pintan las uvas y por la Virgen de agosto –o sea la Asunción– ya están maduras', dice el refrán, así que nosotros nos hacíamos los valientes y nos íbamos a robarle unos racimos al pobre propietario. Eso sí, con más miedo que vergüenza, que ya se sabe que «el miedo guarda la viña» y, en cuanto había peligro, salíamos como almas que llevaba el diablo.

–Cómo es la presencia del vino en la Fundación Joaquín Díaz.

-Tenemos en la fonoteca cientos de grabaciones de toda España sobre el tema y hay documentación, así como bibliografía abundante, que demuestra la vigencia y tradición del viñedo y del vino en el medio rura

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