Una bodega de cine en Ribeiro

Ahora es el empresario vallisoletano Carlos Moro el que compra el legado de José Luis Cuerda para reforzar su apuesta por la Denominación de Origen Ribeiro. De esta manera Bodegas Familiares Matarromera cuenta ya con diez elaboradoras en seis de las principales denominaciones de origen del país. Primero fue en Ribera del Duero, después llegaron las inversiones en Cigales, Toro, Rueda y Rioja y, en 2003, en Ribeiro.

«Es el momento del Ribeiro y esta bodega es una joya por su terruño: con diferentes variedades autóctonas, su suelo 'sabrego', la disposición de los viñedos en sucalcos y laderas suaves que favorecen el mayor grado de insolación de la vid, favorecen que sus vinos alcancen lo más alto de la pirámide de la calidad», ha asegurado Carlos Moro.

Para el presidente de Bodegas Familiares Matarromera, «Sanclodio es un vino gallego de presente y de futuro. Nuestro objetivo en esta bodega es apostar por estas elaboraciones de vinos blancos de uvas autóctonas propias que destaquen por su elegancia y sutileza, que transmitan frescura, delicadeza y que contribuyan a seguir aportando fama y reconocimiento internacional a la Denominación de Origen cuya especialización y calidad de sus vinos no deja de superarse día a día».

Bodegas Familiares Matarromera adquirió hace tres años Casar de Vide, en el concello de Castrelo de Miño, también en el corazón de la DO Ribeiro. De esta forma, la compañía cuenta con tres grandes proyectos en esta comarca vitivinícola gallega porque Sanclodio y Casar de Vide se suman al acuerdo de colaboración que arrancó hace más de cinco años con viticultores de la zona para elaborar CM Finca Viña Tenencia, uno de los vinos que elabora bajo su marca personal (Carlos Moro).

El vino Sanclodio se elabora con uvas procedentes de viñedos propios plantados a partir del año 2002 sobre terrenos que han sido viñedo desde el siglo XV. Las distintas fincas son vendimiadas a mano por separado, debido a su capacidad enológica y de maduración.

Son tierras que pertenecieron a los monjes del Monasterio de Oseira y luego a los de San Clodio. Se trata de cuatro fincas bien cuidadas de más de nueve hectáreas en total, plantadas con las variedades autóctonas treixadura, albariño, loureiro y godello.

La última joya vinícola de Carlos Moro cuenta, además, con un caserón del siglo XVI, que es donde se sitúa la bodega, ubicada en Cubillero-Gomariz, en la ribera izquierda del Avia.