![El alma de Alejandro Fernández](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202110/19/media/cortadas/cata-tinto-pesquera-kUID-U150874519003Bd-1248x770@El%20Norte.jpg)
![El alma de Alejandro Fernández](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202110/19/media/cortadas/cata-tinto-pesquera-kUID-U150874519003Bd-1248x770@El%20Norte.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
La primera jornada del congreso Duero Wine se cerró de la mejor manera posible, con una cata de añadas míticas de los vinos de Alejandro Fernández, dirigida por el burgalés Paco Berciano, coopropietario de la vinoteca El Lagar de Burgos y socio de Telmo Rodríguez en la distribuidora Alma Vinos Únicos. El alma de Alejandro Fernández se encontraba en el interior de seis añadas de Tinto Pesquera que conservan su estilo y que lograron emocionar a los presentes.
Paco Berciano compartió muchos viajes y experiencias con el fallecido bodeguero de Pesquera de Duero (Valladolid), de manera que pudo transmitir la filosofía de un hombre visionario que supo reinventarse a sí mismo para comenzar a elaborar vinos ribereños cuando la Ribera del Duero todavía no existía, ya que su Consejo Regulador se constituyó en 1982, y venderlos en puntos del mundo como Estados Unidos, cuando no sabía ni una palabra en inglés. «Alejandro fue mi padre vinícola y Tinto Pesquera fue una marca con la que yo crecí», reconocía Berciano, al iniciar la cata.
Antes de la cata, todos los vinos fueron decantados, primero, y devueltos, después, a sus botellas originales con sumo cuidado para evitar los posos o que hubiera alguna con defectos por el paso del tiempo. Fueron Lucía y Olga, dos de las cuatro hijas de Alejando y Esperanza, las encargadas de esta operación con ayuda de Berciano, quien recordó que el bodeguero nunca filtraba sus vinos.
Se cataron las añadas de Tinto Pesquera 2005 y Tinto Pesquera Janus Gran Reserva 2003, Tinto Pesquera 1995 y Tinto Pesquera Milenium 1996, y Tinto Pesquera 1986 y 1978, dos vinos con 35 y 43 años, respectivamente, que se mostraron vivos gracias a las elaboraciones tan singulares de Alejandro Fernández, que no filtraba sus tintos e invitaba a decantarlos, además de elegir muy bien tanto el viñedo como el momento de la vendimia. «Fueron vinos rompedores», señaló el experto.
Berciano también recordó que los Tinto Pesquera siempre envejecían en barrica de roble americano, salvo la añada de 2000, el primer Milenium, en la que utilizó roble francés.
Berciano relató como Alejandro Fernández fue a Burgos con su primera añada de 1975 y se empeñó en que se bebiran sus vinos en una ciudad en la que solo se consumían referencias de la DO Rioja. Una añada, como muchas de las posteriores, que el bodeguero elaboraba de forma tradicional junto a su mujer y sus hijas, que también embotellaban, encorchaban y etiquetaban de forma manual. Fueron las primeras 800 botellas del Tinto Pesquera que con los años se convertiría en una marca mítica de la Ribera del Duero.
Para lograr dar notoriedad a sus vinos, el bodeguero iba a los restaurantes burgaleses, como Landa, donde invitaban a algunos de los comensales a probar su Tinto Pesquera y, según destacó Berciano, los elegía al azar después de observarle y «siempre acertaba porque tenía mucha intuición». Una práctica y costumbre que el bodeguero ribereño mantuvo por toda España y el resto del mundo hasta pocos días antes de su muerte, en este caso en un restaurante de Santander.
El experto también apuntó que Alejandro Fernández fue «pionero a la hora de adelantar las fechas de la vendimia» y elegir viñedos de altura, como los que compró en 1999 en los Llanos de Santiago en Pesquera de Duero, para contrarrestar los efectos del cambio climático; tenía «un conocimiento profundo de la Ribera del Duero» y mantuvo el estilo de sus «poderosos vinos» a lo largo de su vida sin caer en las modas. Fue una cata para quitarse el sombrero que coloca los vinos Tintos Pesquera a la altura de los más grandes del mundo.
Si la primera parte de la jornada inaugural del Duero Wine 2021 puso al terruño en el centro del escenario, el turno vespertino dirigió el foco hacia los vinos del Duero en todas sus variedades. Pedro Ballesteros, uno de los expertos con más peso dentro del congreso, abrió la jornada de tarde con una cata magistral sobre los vinos de las castas no dominantes de Castilla y León. El Máster of Wine se apoyó en los «héroes que tiene el mérito de entender los vinos, de hacerlos, crearlos y defenderlos», como Jorge Monzón. «Para mí, es uno de mis héroes porque yo probé a ciegas su Peñas Aladas y casi lloro por las venas», matizó el conductor de la cata.
De vuelta al auditorio, Pedro Ballesteros moderó una mesa en la que se repasó la influencia directa del río Duero en los vinos de la mano de Master of Wine de la entidad de Fernando Mora, Almudena Alberca y Roderick Smith.
En la misma línea argumental, Juan Manuel Bellver ejerció como hilo conductor de la mesa redonda sobre el cambio en la percepción de los vinos de Castilla y León. El director de Lavinia España estuvo acompañado por expertos como Zoltan Nagy, escritor y columnista en diferentes medios digitales; Santiago Rivas (Colectivo Decantado); Andrés Proensa (Planeta Vino y Guía Proensa), Bernard Burtschy, crítico de vino y presidente de Wine Press Association of France; y María José Huertas, sumiller de la Terraza del Casino de Madrid.
A continuación, Pablo Martín, presidente de la Unión de Asociaciones de Sumilleres de España y presidente de los sumilleres de Castilla y León, compartió las mejores novedades del Duero para los sumilleres con José Antonio Cabañas, Noemí Martínez, Elia Arranz, Alba Nely, Marcelo Calvo, Eli Ivanova, Héctor Barcenilla, Adolfo Benéitez, Laura Herráez, Augusto Rufes e Iván del Pozo.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.