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¿Les gustan los callos? A mí mucho. En general soy adicto a la casquería, pero unos buenos callos, bien guisados, me parecen lo mejor. De lo de mojar pan en la salsa ya ni les hablo. Por eso, estos días de confinamiento he recurrido ... mucho a restaurantes que incluyen los callos en sus envíos a domicilio. 'Viajan' muy bien. Basta con calentarlos y ya están listos para disfrutar. Con la ventaja añadida de que pueden conservarse bastantes días en el frigorífico. Así que no me he podido resistir a probar en casa los que hacen a la madrileña en La Tasquería, estrella Michelin; en Taberna Pedraza, en La Catapa (mi barra favorita), o en Santerra. O los que guisa con garbanzos, a la gallega, Manuel Domínguez en Lúa, también con estrella. Que los buenos callos, por vulgares que parezcan, lo mismo se pueden encontrar en la más modesta taberna que en mesas de postín.
No hay zona de España donde no se guisen. Estos trozos del estómago de la vaca, a los que habitualmente se añaden patas y morro para darles esa melosidad que pega los labios, eran considerados comida de pobres. Hasta que hace siglo y medio el madrileño restaurante Lhardy los incorporó a la alta cocina. Probablemente es Madrid la ciudad donde más se consumen. En la capital se guisan con chorizo y morcilla, con un alegre toque picante.
Pero los encontramos por toda nuestra geografía: cap i pota catalana; el menudo andaluz con garbanzos y un toque de comino; los gallegos, que también incorporan garbanzos; a la asturiana, cortados en trozos mínimos... Hay casi tantas recetas como cocineros. Callos más o menos picantes; más o menos especiados; de los que pegan los labios (los mejores) o menos melosos; con más morros y patas que tripas, y viceversa; con salsas espesas o más ligeras; más enteros y resistentes al mordisco o más tiernos; con morcilla o sin ella…
No somos los únicos que los comemos. Prueben si pueden las 'tripes a la mode de Caen' o a la lionesa, con vino blanco y mostaza, en Francia. La 'trippa a la romana', con tomate, cebolla y queso rallado, de la capital de Italia. O los guisados con alubias blancas y cilantro de Oporto. Ya preparo una ruta de los callos para el día en que pueda salir de Madrid.
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