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Los jardines, patios o grandes terrazas en viviendas, son un valor al alza durante este verano tan especial, en el que la nueva normalidad nos recomienda tomara ciertas precauciones. Esos espacios al aire libre se convierten, sin duda, en el lugar perfecto para las barbacoas ... y parrilladas en familia o con amigos. Seguro que albergarán un sinfín de celebraciones.
Ya lo decía Georgie Dann en una de sus canciones de verano en los años 80. «La barbacoa, la barbacoa, ¡Cómo me gusta la barbakiu!». Esas parrilladas que décadas después están igual de vigentes, pero con algunos cambios de tendencia. En el tema musical se alude solo a ir con amigos al campo a disfrutar de la comida a la brasa, ahora lo que triunfa es convertirse en un gran anfitrión. Dann hablaba de costillas, chuletón, chorizos, salchichas y carne en general, presidiendo el menú. Todo sigue igual, aunque se ha ampliado la carta de productos. Lo que sí ha variado radicalmente es ese vino de garrafa que pregonaba en las letras pegadizas y repetitivas, no hay barbacoa que se precie en la que no se descorche una botella de calidad, con Denominación de Origen o Indicación Geográfica Protegida, siempre con marchamo y libre de gaseosas.
Queda claro que las barbacoas son un buen plan para el verano, pero… ¿Cuáles son los secretos para preparar una buena parrillada que deleite a los invitados? Lo primero e imprescindible es contar con los utensilios necesarios. Además de, por supuesto, la barbacoa, será necesario un palo o hierro largo para mover las brasas, una pinza para girar la carne sin pincharla y un cuchillo bien afilado.
Igual de importante es el producto. Además de la calidad, también la cantidad. Es necesario calcular entre 350 y 400 gramos de carne por persona, entre entrantes como chorizo, panceta, morcillas o salchichas, y la carne principal que se haya elegido. Las cantidades generalmente se distribuyen por partes iguales entre entrantes y carne principal.
Utensilios e ingredientes listos, y el siguiente paso consiste en preparar las brasas. A la hora de elegir la fuente de calor para hacer la barbacoa, se puede optar entre leña y carbón. Las barbacoas hechas con leña triunfan en sabor, pero requieren mucho cuidado y cierta experiencia, ya que hay que mantener un fuego constante a un lado de la barbacoa para ir creando las brasas. En cambio, el carbón para barbacoa, que se puede adquirir en cualquier supermercado, dura mucho más y mantiene una temperatura constante. Para los novatos, mucho mejor comenzar con la barbacoa de carbón.
Y en el momento de cocinar. Lo más importante es no tener prisas. Dejar que la carne se cocine lentamente, sin girar continuamente. Según los expertos, el orden en el que hay que poner la carne en la parrilla depende de los cortes y productos elegidos. Si son piezas grandes, que llevan mucho tiempo de cocción, se deben colocar al fuego al principio, junto con los entrantes. De este modo los entrantes estarán listos en primer lugar y mientras se comen, la carne se terminará de cocinar. Si, en cambio, se ha elegido como carne principal: chuletas, patas o muslos de pollo o entrecots, lo idóneo es colocarlos en la parrilla un rato después de los entrantes.
También es imprescindible, aunque a veces se olvida, apagar las brasas y limpiar la barbacoa. Aunque parezcan apagadas, las brasas aún pueden mantener calor en su interior que puede ser peligroso, por lo que debes asegurarte de que antes de retirarlas y tirarlas a la basura, estén bien apagadas. Nunca se echa agua encima, simplemente se cubre la barbacoa para ahogar el fuego, o si no tiene tapa, deja que se apague sola, dándole bastante tiempo. Utensilios, ingredientes, brasas, cocina… La teoría está clara, ahora solo queda practicar y disfrutar.
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