Las auténticas rosquillas caseras de huevo

Tal y como explica en el vídeo que acompaña la información, en primer lugar mezcla los ingredientes líquidos y posteriormente los sólidos.

La textura que debe quedar «tiene que ser manejables con las manos», por eso en ocasiones, se hace necesario rectificar. Una vez conseguido, se tapa y se deja reposar en un lugar cálido para que fermente.

Dar forma es cuestión de práctica y en su caso va uniendo pequeñas bolas a la que hace una agujero en el medio. Ya en la sartén, las trabaja con un palito para que no se quemen.

Yolanda concluye que «ahora las hacemos de manera habitual, cada 15 días, pero antes se reservaban para celebraciones, a pesar de ser un dulce sencillo»