Yayo Cáceres: «Molière fue un hombre muy osado y valiente haciendo humor»

«La clave de la modernidad de Molière está en su sentido de la comicidad, caracterizado por una tremenda osadía e incorrección política. Fue un hombre muy valiente haciendo humor», explica Yayo Cáceres, director del montaje de la compañía 'Ay Teatro'. «Hoy nos hace falta más que nunca su ejemplo. No sólo por la nueva censura estatal, sino por la autocensura y la cancelación. Debemos volver a reírnos de nosotros mismos y ser libres».

'Viva Molière' nace del afán de Cáceres y él dramaturgo Álvaro Nieto por llevar a escena al autor francés, del que ambos se reconocen «fanáticos». Finalmente, surgió la excusa de un viaje a la Tierra de la diosa Fama en busca de marido, lo que le conduce hasta la figura del cómico y permite articular los distintos elementos de la obra. Entre ellos, escenas completas de 'El burgués gentilhombre', 'El avaro', 'Don Juan, 'El cornudo imaginario', 'La escuela de los maridos', 'Tartufo' y 'El enfermo imaginario», que se representan con fidelidad a los textos.

Por lo que se refiere al acercamiento biográfico, Cáceres reconoce que no fue fácil porque existen versiones muy contradictorias de su vida. «Una de sus biografías más conocidas le presenta como un cómico de la legua, recorriendo los caminos con su carromato». Es la versión romántica del personaje. Pero una segunda biografía, mejor documentada, nos revela que, en realidad, fue un hombre de la Corte, que logró el empleo de tapicero real del rey y que tenía una casa en Saint Honoré.

«Esta segunda versión echa por tierra el romanticismo del personaje, pero me resulta incluso más interesante. Lo muestra como un ser humano capaz de criticar aquello con lo que convive», explica el director. Por otra parte, «me parece falsa esa visión idealizada de los actores… a todos nos gusta el dinero y vivir bien».

Cáceres cree que la grandeza del creador francés radica en que es «uno de los grandes observadores de la condición humana. Una frase que le define bien es esa que afirma que 'las comedias se han hecho para retratar los defectos de los hombres'. Fue, además, capaz de enfrentarse con la Iglesia de la época y con el poder, y sufrir las consecuencias». De hecho, sus obras 'Tartufo' y 'Don Juan' tardaron varias décadas en poder estrenarse.

En el Impromptus de Versalles, que recrea una supuesta conversación entre Molière y su troupe antes de actuar ante el rey, su compañía se muestra preocupada: «Se está quedando sin temas, maestro». A lo que él responde con humor: «Pero si no dejan de dármelos». Y así debió ser porque su legado teatral es inmenso, con comedias, farsas, tragicomedias y ballets. También de esta última modalidad 'Vive Molière' incluirá una pequeña muestra, con las coreografías de Nuria Castejón.

La obra cuenta con música en directo, interpretada al piano, así como una escenografía flexible y que se puede transformar, con un gran tobogán como elemento central, junto a otro puñado de elementos que al moverse permite transformar la escena. «El teatro», afirma Yayo Cáceres, «siempre tiene que producir poesía en el espectador».

Este mismo domingo 23, Olmedo Clásico ofrecerá un segundo espectáculo, 'Esperando a Will', en sesión matinal (11 horas) en el Centro de Artes Escénicas San Pedro. Se trata de un 'musical shakespeariano' en el que tres clowns reflexionan sobre los grandes temas de la existencia con el dramaturgo inglés como telón de fondo. El espectáculo forma parte de la programación 'Olmedo Clásico en Familia'.