Rocío Flores y el guardia civil de Palencia hacen las paces en 'Supervivientes'

Rota de dolor y envuelta en lágrimas, la pareja de Ortega Cano no atendía a las preguntas de la presentadora que se arredró al ver así a la concursante. Pronto solicitó al doctor que entrase en plano para atender a la diseñadora y todo quedó en un susto. Y no fue el único que Aldón proporcionó a la audiencia, aunque el otro ya era grabado. Resulta que Ana María no se defiende bien en el agua y, aún así, decidió salir a pescar. En busca de un buen pez, la mujer fue adentrándose en el agua hasta que perdió pie y tuvo que solicitar a gritos la ayuda de sus compañeros. Fue Hugo Sierra el que la rescató y la afligida bromeó: «A punto ha estado Ortega Cano de quedarse viudo». Su salvador sonreía entre incrédulo y guasón. Y el gesto ha sido uno de los pocos simpáticos que ha tenido el uruguayo en los últimos días porque él y su chica, Ivana Icardi, están bastante enfadados. La pareja no comprende por qué la audiencia no quiso regalarles una noche de pasión a solas. «Nunca vi una cosa igual, ¡qué asco!», refunfuñaba él a la luz de la luna. Su enamorada tenía una respuesta: «No nos quieren juntos». Y él, negando con la cabeza, se preguntaba el por qué.

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El Norte

La unificación de los equipos ha servido para que, en solo tres días, cambien mucho las alianzas. Rocío Flores ha hecho las paces con Jorge Pérez, el guardia civil de Palencia-tras pedirle disculpas por acusarle falsamente de haberse comido el arroz- y se ha distanciado de Fani, que ahora hace muy buenas migas con Ferre. Éste último anda cabizbajo porque su supuesto amigo Barranco le decepcionó al nominarle. Y la amistad se ha roto, pese a que el tronista intentó explicarle su decisión. Los que se llevan de perlas son Jorge y Elena Rodríguez. Al guardia civil le impresiona la evolución que la madre de Adara ha tenido en el concurso. «Has sido como el Fénix y has resucitado de tus cenizas», ponderó. Y entre todos ellos pulula Avilés que quiere ser el perejil de todas las salsas y aprovecha para meter cizaña cada vez que puede o le dejan.