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La cuarta temporada de Stranger Things es redonda. Un argumento más que bien atado y una narrativa sobresaliente sin perder la esencia de lo que ha sido a lo largo de estos años: una retahíla de referencias a la cultura pop de los ochenta. Y ... una vuelta de tuerca en este mismo sentido: la autorreferencia.
------------ALGUNOS SPOILERS-------------
En esta ocasión las declaraciones de los hermanos Duffer y de los actores eran claras. La principal inspiración para este año habían sido las películas de terror de los ochenta. Y sí. Es muy fácil reconocer Pesadilla en Elm Street, con ese malo -el mejor construido hasta la fecha- que asesina en un plano mental, muy similar al famoso asesino de los sueños, pero no igual. Vecna puede matar sin que los personajes duerman. Simplemente se apodera de su mente. El homenaje se hace más evidente cuando Robert Englund, que encarnó a Freddy Krueger en el cine, es Victor Creel, el único superviviente de Vecna y una de sus primeras víctimas.
Al mismo nivel que Pesadilla en Elm Street se encuentra It en cuanto a inspiración se refiere. Tiene mucho que ver con el villano de esta temporada, esta vez, con la manera de matar. Igual que el payaso recurre a los miedos de los niños, Vecna bucea en traumas y malos tragos para hacerse con su mente y asesinarlos de la peor manera posible. Y es aquí cuando entra El Exorcista. Esa manera de retorcerse, de levitar, la terrible ruptura de huesos, la levitación violenta... recuerda mucho a la cinta de William Friedkin.
Referencias anteriores
En Once reconocemos a Carrie. Sin poderes y acosada al más puro estilo Stephen King. A veces de manera exagerada, la escena de la pista de hielo y el batido es una clara referencia a Carrie cubierta en sangre de cerdo. Existen un par de momentos en los que parece que recuperará los poderes y arrasará con todos aquellos que la atormentan. Sin embargo, explota de la manera más terrenal posible. Con un patinazo literal en la cara de su principal acosadora que sabe a gloria.
Es imposible hablar de Stranger Things sin recordar Dungeons and Dragons. Desde que en la primera temporada el malo oficial se le bautizara como Dermogorgon y en una de las primeras escenas los chavales salen jugando al popular juego de rol, las referencias y homenajes no han parado. En esta temporada la más evidente es, otra vez, el nombre del villano, Vecna. En D&D se trata de un mago que por el miedo a la muerte acaba, irónicamente, no muerto y más poderoso que nunca.
Otro homenaje a este juego de rol y a todo este tipo de juegos se encuentra en la propia trama. Hubo unos años en que jugador de rol era prácticamente sinónimo de psicópata. La serie revive ese recuerdo cuando el capitán del equipo de baloncesto y sus amigos apoyándose en publicaciones en medios de comunicación extienden la creencia de que el 'Hellfire club' (club del fuego del infierno) es una secta satánica que se dedica a asesinar adolescentes. El nombre podría ser una mención a un malvado grupo de mutantes de X-Men.
El culpable, según todo el pueblo, tiene que ser Eddie, el nuevo personaje de esta temporada y como Rod, en Pesadilla en Elm Street carga con la culpa de las muertes de Freddy, como aquí Eddie carga con las de Vecna. En este mismo sentido, el de buscar pistas sobre el futuro de los personajes en estas referencias encontramos a Nancy. La Nancy de Stranger Things, es tamibén la Nancy de Pesadilla en Elm Street, además sus paralelismos en el carácter resulta que fue el último intento de asesinato de Krueger.
De vuelta a Eddie. Su aspecto es sospechosamente similar a la mascota de Iron Maiden. Además, hace los mismos cuernos con las manos que Angus Young de ACDC. Y de nuevo nos damos de bruces con acusaciones de adoración al diablo y similares.
Stranger Things también se autorreferencia. Y lo hace de maravilla. Un paso más en el salto de calidad que ha experimentado durante esta entrega. El 'deep fake' de Once pequeñita es casi perfecto y la manera de descubrir el verdadero pasado de la niña, brillante, ya que la serie vuelve sobre si misma para dar una explicación a lo que ocurrió en el laboratorio el día que Once se escapó.
Es fácil reconocer todas estas películas a lo largo de estos siete capítulos: son prístinas y muy poco sutiles. Pero en Stranger Things se mencionan grandes sagas que, al menos, se merecen un par de líneas. Dustin, personaje sobresaliente y friki como el solo dice, en un determinado momento que no le cuenten nada sobre probabilidades. Algo así le suelta Han Solo a C3PO en El imperio contraataca:
- C-3PO: «Capitán Solo, se le ha olvidado que nuestros escudos—»
- Han Solo: «No. Y no me digas las probabilidades.»
- C-3PO: «No tendría ningún sentido. Sin escudos funcionales, nuestras posibilidades de alcanzar la superficie del asteroide son demasiado pequeñas para calcularlas.»
La mención a El Señor de los Anillos y más en concreto a Mordor viene ya cuando Nancy, Steve, Robin y Eddie se cuelan en el Upside Down a través del portalago. Hablan de atravesar Mordor para acabar con el Anillo pero el pobre Steve no se entera: ¿qué es Mordor?
¿Y Cerebro? De nuevo, Dustin nombra de esta manera al ordenador que ha programado para tratar de encontrar y ayudar a Eddie. El mismo nombre que la súpercomputadora que usa el profesor Xavier en X-Men. Una de propina: en uno de los flashbacks sale una joven Courtney Cox en un episodio de Misfits Of Science (1985-86), serie en la que la actriz de Scream interpretaba a Gloria Dinallo, una chica que, como Eleven, tiene poderes telequinéticos.
Sin duda la mejor escena de esta temporada tiene dos protagonistas indiscutibles. Max y la canción 'Running up that hill' de Kate Bush. Stranger Things ha devuelto a esta pieza musical 37 años después a las listas de éxitos. Se publicó por primera ver en 1985 en el álbum 'Hounds of love'. Sirve a Max para evadirse y sobrellevar el duelo por su hermano Billy y ya de paso escapar de Vecna. Así aprenden como pueden defenderse del monstruo que les acecha desde su propia mente.
La canción puede interpretarse en la serie en dos vertientes. La primera, la que la propia autora quiso darle en su día. Bush habla de la relación entre un hombre y una mujer, que se quieren mucho pero que no pueden estar juntos porque son muy diferentes, por eso, uno y otra se ponen en el lugar del prójimo. Esto tiene que ver con la relación que mantienen Lucas y Max esta temporada en la que ya no son pareja, pero se siguen apreciando y queriendo en la distancia.
La otra cara de la moneda es más literal y es que Max tiene que correr cuesta arriba hasta una colina para escapar de los tentáculos de Vecna. Durante todo el tiempo Max escucha la canción y comienza a recordar momentos felices con sus amigos que hacen que se abra una ventana hacia la que se precipita.
A falta de dos capítulos y cuatro horas de cuarta temporada de Stranger Things estas son las referencias y menciones hasta la fecha. Y como curiosidad final, ya que ni Hopper ni Joyce aparecen en este texto, es destacable, por si alguien se lo ha preguntado, que el actor que interpreta a Enzo, el guardia del gulag, es el hombre sin rostro de Juego de Tronos, el alemán Tom Wlaschiha.
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