Paolo Vasile. MARTA FERNÁNDEZ JARA

Paolo Vasile

Crítica TV ·

Habrá que ver si su salida cambia el rumbo de un grupo de comunicación que hace pocas semanas renovaba a su máxima estrella, Jorge Javier Vázquez, figura que simboliza la última y fructífera etapa de los 23 años que Vasile lleva al frente de la nave

Iker Cortés

Madrid

Viernes, 21 de octubre 2022, 00:36

Dice Paolo Vasile, todavía consejero delegado de Mediaset España, que su intención era anunciar el calendario en torno al cual se llevaría a cabo su relevo el próximo 26 de octubre, coincidiendo con el consejo de administración. «Pero alguien se ha enterado y ha querido ... darme un golpe, como si fuera una venganza», sostiene, en una de las entrevistas que ha concedido tras conocerse que al ejecutivo le quedan muy pocos telediarios al mando. Lo de venganza tiene guasa, viniendo de un italiano.

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Sea como fuere, habrá que ver si su salida cambia el rumbo de un grupo de comunicación que hace pocas semanas renovaba a su máxima estrella, Jorge Javier Vázquez, figura que simboliza la última y fructífera etapa de los 23 años que Vasile lleva al frente la nave. Al fin y al cabo, el directivo fue el máximo garante de un modelo de hacer televisión basado en el entretenimiento barato, la telerrealidad y la creación de su propia incubadora de famosos, que iban moviéndose de programa en programa, con 'Sálvame' como epicentro de todo. Logró, incluso, que Antena 3, harta de imitar a la cadena de Fuencarral sin recibir sus frutos, diera por perdido el asunto del corazón, provocando el trasvase de una buena parte de los colaboradores de la cadena «triste» -así la llamaban desde 'Sálvame'- a Telecinco, con María Patiño y Chelo García Cortés a la cabeza.

Aquella televisión tan faltona y sucia como fresca y espontánea no solo proporcionó a Telecinco un liderazgo indiscutible desde 2012 hasta 2021, sino que alumbró una buena estirpe de imitadores -¿qué son, si no, 'El chiringuito de jugones', o el ya extinto 'La Sexta noche'?-. Puede que se haya agotado la formula. De ser así, se viene una televisión más limpia y blanca, pero también más encorsetada, cursi y convencional.

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