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Figura del periodismo internacional en la segunda mitad del siglo XX, maestro de corresponsales de guerra, periodista en estado puro, informador por excelencia, fundador y director de agencias de noticias... Y encumbrado por sus colegas –que en una profesión como esta define el éxito de alguien– «líder natural de un colectivo periodístico, la Tribu, que avizoraba la realidad y la transmitía sin ánimo de notoriedad ni fin crematístico alguno. Una generación de reporteros que se rigió por normas no escritas y que, con actitud y aptitud, acercó a España lo que ocurría más allá de sus fronteras, en tiempos donde hacerlo no resultaba sencillo».
Quien así habla es otro periodista, Víctor López, que ha dirigido una biografía audiovisual que será emitida esta noche, a las 21:30 horas, en el programa 'Imprescindibles' de La2 de TVE, bajo el título 'Manu Leguineche. El bohemio número 10'. El documental también será emitido posteriormente en la cadena autonómica vasca, EiTB.
El documental aborda la inigualable personalidad de Manu Leguineche. Detalla viajes, aficiones y vivencias, personales y profesionales, que marcaron su particular manera de concebir el oficio y la vida. Todo hilado a través de 30 entrevistas realizadas a prestigiosos profesionales de la comunicación (entre otros, Javier Reverte y Jesús Picatoste, recientemente fallecidos; Joaquín Bardavío, Pilar Cernuda, Mariano Guindal, Juan Cruz, Diego Carcedo, Vicente Romero, Gervasio Sánchez, Ramón Lobo o Pedro Aguilar), familiares y amigos.
Realizado por la productora de López, El Frac del Frame –con la que debuta a nivel nacional– en coproducción con VolandoVoy.Tv, el documental está rodado entre el País Vasco (Arrazua, Gernika y Bilbao), donde Leguineche pasó su infancia; Navarra (Tudela), donde estudió; Castilla y León (Valladolid), donde inició su labor periodística junto a Miguel Delibes en El Norte de Castilla, el diario decano de la prensa en España; Madrid, donde creó sus agencias de noticias y alcanzó el éxito profesional, y Castilla-La Mancha (Brihuega, Guadalajara), donde residió hasta el final de sus días. Para Víctor López, el director de este documental, «los referentes son fundamentales en cualquier profesión y Leguineche lo es de ética, rigor y honestidad periodística. En estos momentos en los que el colectivo de la noticia vive horas complicadas –ahí están las 'fake news', la politización de algunos medios y la banalización de la información–, inspirarse en el enfoque profesional de periodistas como Manu Leguineche podría servir para forjar alternativas».
Manu Leguineche es definido por López en su biografía audiovisual como «un periodista polivalente». A fin de cuentas, la obra del 'jefe de la Tribu' se extiende por prensa, radio, cine y televisión, en múltiples iniciativas periodísticas y una editorial –Maorí–. «No quería permanecer encerrado en un despacho porque el periodismo para él era todo lo contrario. Además, fue un hacedor de equipos extraordinario. Tenía don de gentes y gran intuición, aunque también un fuerte temperamento. Intentaba sacar lo mejor de su plantilla, más que un equipo una familia. Les enseñaba periodismo día a día. Muchos de aquellos jóvenes plumillas se han convertido con el tiempo en prestigiosos informadores del panorama nacional, sin ir más lejos, Pilar Cernuda o Mariano Guindal, que aparecen en el documental».
Pero si hay que buscar un término que defina el hacer periodístico de Leguineche ese es el de calidad. Así lo corrobora el propio Víctor López: «El buen periodismo nunca pasa de moda, y el de Leguineche es como un viejo vinilo que agita la respiración de los grandes clásicos, en contraposición a las actuales fusiones digitales, más efectistas pero quizá menos profundas. Ha pasado con la música, con el cine, con la moda... El viejo periodismo puede volver a servir de inspiración. Eso es lo que he pretendido reflejar en el documental, pequeño homenaje a quien para mí sigue simbolizando un faro».
Y, evidentemente, la calidad en el quehacer diario profesional conduce al prestigio de la firma. «El prestigio que atesoraba Manu Leguineche hizo que los grandes medios de comunicación quisieran contar con él para dirigirlos, pero prefirió declinar las propuestas y seguir con sus agencias de noticias para poder hacer un periodismo libre, alejado de líneas editoriales e intereses políticos, que le permitieran desplazarse a los epicentros informativos sin tener que rendir cuentas a nadie. Incluso le llegaron a proponer unificar todas las agencias privadas de España en una única que pudiera hacer de contrapunto a las oficiales, sin embargo su vocación no eran las cifras, sino las letras», relata López.
Pero detrás del periodista, del escritor, del contador de historia, del reportero de guerra lo que subyace es un gran humanista, lo que engrandece más la figura de Manu Leguineche. «Hizo gala de un enfoque humanista para contar verdades universales a través de personas anónimas. Su sensibilidad, erudición y vuelo crítico le llevaron a desarrollar un periodismo plural y honesto. Manu no creía en la objetividad, pero sí en la imparcialidad, decía que había que jugar limpio con el lector. Tal vez esa máxima 'leguinechana' vuelva a estar de moda algún día. La sociedad lo agradecerá», desea Víctor López, el director y guionista de 'Manu Leguineche. El bohemio número 10'. Un trabajo en que han participado también Yeray Martín, como director de Fotografía;Darío Idoate, como auxiliar de producción; Rafael López, imagen; Joaquín Rebollo, sonido y la música de Kepa Junkera.
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