Están perdidos en los despachos de Tele 5. Llevan tiempo pendientes de las audiencias sin encontrar un éxito, esperado o inesperado. La sensación, desde fuera, con viento en contra, es que hay inacción. Parece que la única salida del atolladero es recuperar formatos que funcionaron ... antaño. Ahora le ha tocado el turno a 'Caiga Quien Caiga', en adelante 'CQC', un programa que ya tuvo su momento, cuya fórmula no apunta a tener el mismo tirón en la actualidad, básicamente porque los tiempos han cambiado. El consumo audiovisual y la propia sociedad no es la misma que a mediados de los años 90.

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Aunque los gustos mayoritarios permanecen, quienes disfrutaron en su día con las tropelías de los reporteros dicharacheros de las gafas de sol probablemente ahora lo ven como un producto descafeinado. Y las nuevas generaciones tienen lo mismo, multiplicado por mil, en las redes sociales. De hecho, los nuevos fichajes que mejor funcionan vienen de Internet: el joven Carles Tamayo, periodista especializado en sectas y estafas responsable del fenómeno 'Cómo cazar a un monstruo', y Daniel Fez, un tipo graciosísimo, con personalidad propia, con millones de seguidores en TikTok.

Vivimos tiempos difíciles para el «sin pelos en la lengua». Los políticos, y el famoseo, pillados 'in fraganti' en la calle, no se van a soltar tan fácilmente delante del micrófono porque, a día de hoy, se puede viralizar cualquier tontería sacada de contexto. Los entrevistados cada vez miden más sus palabras, a no ser que busquen directamente un titular. Además, estos días hemos visto cómo ha volado por los aires algún micro. En este marco, los nuevos rostros de CQC, con Santi Millán en el centro de la mesa, no lo tienen fácil para mantener la imagen de irreverentes. Resulta más transgresor cualquier meme de internet.

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