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'Black Mirror' se apunta al poder femenino en su temporada más floja

'Black Mirror' se apunta al poder femenino en su temporada más floja

La mayoría seis capítulos de la cuarta temporada de la ficción de Charlie Brooker no cumplen con las expectativas

M. E. García

Valladolid

Miércoles, 10 de enero 2018, 20:58

A estas alturas de la película 'Black Mirror' lo tiene complicado con superarse a si misma. Desde aquel primer episodio titulado 'El himno nacional' que mezclaba política, poder, humillación y redes sociales ha llovido mucho para Charlie Brooker y su serie. En la anterior temporada, la primera de Netflix, dejó aquel maravilloso San Junipero. ¿A dónde ir ahora?

Black Museum.

Parece que estaba claro a juzgar por el último episodio. 'Black Museum' es una orgía autoreferencial y el mejor broche para la temporada. Además de un giro final que se espera pero no se cree. Una excusa para recorrer los límites de la consciencia humana, una manera brillante de buscarle el lado oscuro a todo lo bueno, lo optimista que desprendía uno de los capítulos más aplaudidos de 'Black Mirror'. Aquí no hay esperanza, no hay amor... solo un interés enfermizo por la 'ciencia'.

También se ha apuntado 'Black Mirror' al 'Girl Power'. Todos los episodios de esta temporada están protagonizados o coprotagonizados por mujeres: heroínas, villanas, buenas, malas... Una buena idea. Nada más que añadir.

Y vamos de menos a más. 'Metalhead' ha sido acusado de «peor episodio de la historia de 'Black Mirror'» y puede que sea verdad -aquí la firmante tiene otro candidato-. El problema es que se queda a la mitad. Ese intento de incursión en el género del terror patina por manido, por previsible y por no saber enganchar bien los clichés del género, que los tiene todos, pero mal hilvanados.

Metalhead (Cabeza de Metal)

Rodado en blanco y negro -pues vale- y protagonizado por Maxine Peake como Bella -Puede que lo mejor de 'Metalhead'- es la única capaz de transmitir algo de tensión o de miedo por lo demás... puede que sustituir una amenaza terrorífica por un 'perro' de metal asesino no ha sido lo terrorífico.

Pero, el peor episodio, el más soporífero, el más intrascendente es 'Cocodrile'. La materia prima no apunta mal. Un cacharro capaz de extraer los recuerdos sin filtrar acaba por destapar a una asesina que cometió su primer crimen para cubrir a un novio que regresa años más tarde cuando ella se ha convertido en una arquitecta de éxito para decir que va a contar todo sobre aquella noche loca en la que acabó atropellando a un ciclista. A partir de ahí Mia entra en una espiral asesina que no puede detener nadie. Un descenso a los infiernos que podría ser genial si no fuera tan sumamente aburrida. Y es complicado que un capítulo que no llega a una hora sea tan poco interesante estando plagado de asesinatos.

Cocodrile.

'USS Callister', por el contrario, es divertido. Si 'Cocodrile' se hace eterno la sensación es justo la contraria con el primer episodio. Este homenaje a 'Star Trek' con guiños con por todas partes esconde, además, un par de cameos ocultos. El primero es el del Kristen Dunst, mujer de Jesse Plemons que interpreta a Robert Daily, uno de los coprotagonistas del episodio. Por otra parte, el jugador con el que se cruza la tripulación de la nave, Gamer691, es Aaron Paul el conocido Jesse Pinkman de 'Breaking Bad'.

'Hang de DJ' es el capítulo amable de la temporada como ya lo fuera San Junipero en la anterior. 'Black Mirror' mata a Tinder a ritmo de la canción de 'The Smiths', aunque resulta un tanto plano. Lo cierto es que el final, que no todo el mundo ha llegado a enterder, es lo más esperanzador que se puede esperar de esta serie. La lectura, que los dos personajes simplemente están en una 'app' de citas en la que para medir la compatibilidad registra las veces que la pareja es capaz de 'fugarse' de ese universo virtual que se construye a su alrededor. La tecnología se hace humana, desafía al amor. Y el amor gana.

Hang de DJ.

Por último, 'Arkangel' el episodio que ha dado más nombre a esta temporada al estar dirigido por Jodie Foster es el más 'Black Mirror' de todos, el que más se pliega al espíritu de la serie. No decepciona en su desarrollo, brillante y directo. Cotidano. Un lugar cualquiera en la que la tecnología acaba por descabalar la vida de los personajes. Lástima el final tan previsible.

'Arkangel' explora los límites del control al que somete una madre a su hija por el miedo a perderla. Un muestrario de todo lo malo que puede traer la sobreprotección tan en auge en estos días.

'Black Mirror' sigue reflexionando sobre el uso de la tecnología, normalmente de manera negativa pero por la condición humana, no porque exista una maldad en el desarrollo. Si bien es cierto que Charlie Brooker se permite ciertas licencias para dejar ver un rayo de esperanza.

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