Ángel Expósito: «La clave es sacar el micrófono a la calle y huir del politiqueo»

–Su espacio es el único que ha crecido en su franja. ¿Cuál es la clave del éxito de 'La Linterna'?

–Creo que son un montón de factores, pero si tuviera que resumir diría que la normalidad, hablar al oyente como si estuviera junto a él, acompañándole; sacar el micrófono a la calle, ir yo con el equipo allí donde creemos que está la noticia y, sinceramente, huir del politiqueo lo más que puedo. Centrarme, según mi humilde criterio, en los asuntos que más interesan a la gente, que ahora mismo son la economía y la salud.

–Los buenos datos de audiencia le sitúan muy cerca del liderato. ¿Le obsesiona ser el número uno?

–No. A mí lo que me obsesiona, y que no suene muy futbolístico porque precisamente no soy del Atleti, es el 'programa a programa'. Hacer cada noche el mejor editorial posible a las ocho. Organizar el próximo viaje y el próximo programa fuera. Mi obsesión es hacer la mejor pieza posible para el programa de cada tarde.

–Por favor, explique por qué la culpa de que usted sea periodista la tiene Gloria Fuertes.

–(Se ríe). Porque cuando tenía 13 o 14 años, allá por el Pleistoceno, el profesor de Lengua y Literatura, un tipo del PCE, don Isidro, montó una conferencia de Gloria Fuertes en un salón de la Unesco. Y nos llevó a tres o cuatro que nos gustaba la Lengua. De aquello salió una entrevista y Gloria Fuertes nos recibió en su casa a cuatro chavalines. Esa sensación de preguntar a alguien tan importante me gustó tanto que dije «oye, yo me quiero dedicar a esto».

–A veces se autocensura porque si no, según dice, «le regañan». Lo cierto es que no parece que se muerda mucho la lengua...

–¡Uf, yo soy muy mal hablado! Y a veces me sale ese puntito macarra que tenemos los madrileños. Desde el punto de vista de meterme en los líos y hasta llorar cuando me rompo, no me modero absolutamente nada. Pero en las expresiones y calificativos sí.

–¿Se puede hacer buen periodismo cuando gobiernos, partidos y otras instituciones intentan controlar al máximo la información?

–Sí. Se puede y se debe. Mas allá de que nos intenten controlar, que es un histórico en la historia del periodismo, creo que tenemos un porcentaje de culpa por dejarnos. El primer trabajo del periodista es elegir el tema. Luego eliges enfoque, tertulianos, entrevistados o paginación, pero antes tienes que elegir el tema. Y eso es nuestra responsabilidad. Ahí no se mete ningún gobierno. Si luego se intentan meter, oye, allá ellos. Nuestro trabajo es que no lo consigan.

–¿Qué ha sido lo más difícil de su trabajo durante la pandemia?

–No poder viajar. Sin duda. No poder ir a cubrir las elecciones de EEUU a la frontera de California con México, no poder volver a Irak a cubrir el viaje del Papa a Mosul o a África, que teníamos pensado ir al Golfo de Guinea, y no poder ir a zonas de conflicto, que es lo que más me gusta de mi trabajo.

–Porque es experto en Defensa...

–Estando en Europa Press de director hice el curso de Defensa Nacional y me marcó mucho. No me considero un especialista, pero sí me gusta mucho la información internacional. En cualquier lugar del mundo donde haya un lío encontrarás un diplomático, un misionero o un cooperante español, y por suerte seguramente un soldado. Y si vas con ellos es como ir con los ángeles de la guarda.

–¿Percibe que sus oyentes están hartos de la crispación en que se ha instalado la política?

–Mis oyentes y tus lectores. Todo el mundo. Y nosotros mismos también estamos hartos. No tanto de la crispación, que es una consecuencia, sino de la politización absolutamente de todo. Tenemos muchísimos problemas muchísimo más graves que los que nos quieren marcar los partidos.

–¿La devaluación de la política tendrá consecuencias a futuro?

–La devaluación trae consigo una absoluta desafección. Que la política se 'cutrerice', se encrespe y se aleje de la gente tendrá consecuencias muy negativas. A los periodistas nos pasa parecido: en la medida en que nos retroalimentemos con los políticos, nos alejaremos de la gente. Así que cuidadito.

–¿El resultado de los comicios en Madrid afectará a otras regiones?

–Digamos que en Castilla y León ya gobierna alguien muy parecido. A ver, España es mucho más que Madrid. Lo decía Rajoy y tenía toda la razón. En Madrid no tenemos comuneros, como en Castilla y León, ni idioma propio. Al no tener ese concepto del terruño, se vota en clave nacional. De ahí a extrapolar el voto a otras regiones, directamente, creo que no.

–Como analista cualificado de la actualidad, ¿considera que lo peor de la crisis está por llegar?

–No sé, quiero pensar que no. Pero quedan muchísimos años de paro, de deuda, de déficit. Todo esto va a haber que pagarlo con muchísimo esfuerzo y sin duda pasará a nuestros hijos. Quedan años y años de apreturas y de gestionar un marrón muy importante que no ha hecho más que empezar.

–En este mundo hiperconectado y marcado por las redes sociales, ¿la radio tiene futuro?

–¡Todo! Yo empecé de becario en Europa Press y acabé de director. He tenido la suerte de ser director de 'ABC' dentro de Vocento; de 'tertulianear' en radio y televisión, dirigir un informativo... De todos los medios de comunicación, la revolución digital a quien le ha venido de perlas es a la radio. Por el mismo coste antes te oían donde llegaba la emisión de tu poste y ahora te oyen en Wisconsin. La cercanía, penetración e influencia de la radio no solo no ha bajado, sino que va a aumentar.