La vida de Laura Ingalls lejos de 'La Casa de la Pradera'
Melissa Gilbert abandona la política para operarse. La niña pecosa que dio vida a Laura Ingalls sufrió en 2012 una caída de espanto mientras bailaba; más tarde el balcón de su casa se derrumbó sobre su cabeza
irma cuesta
Sábado, 4 de junio 2016, 13:51
Hace tiempo que Melissa Gilbert (Los Ángeles, 1964) se convirtió en la prueba viviente de que las desgracias nunca vienen solas. La actriz, que arrastrará de por vida el papel de Laura Ingalls, la niña de trencitas y dientes de conejo que protagonizó durante una década La casa de la pradera, acaba de anunciar que abandona la política. No es que haya perdido la ilusión, ni que sienta que la cosa pública ya no es lo que era, ni que se haya topado con un contrincante invencible. La pelirroja de los Ingalls no podrá seguir luchando por conseguir un escaño en el Senado de Estados Unidos por culpa de un par de hernias discales.
Melissa corría rauda hacía una candidatura en el octavo congreso demócrata del distrito de Michigan cuando los doctores la han aconsejado retirarse de la carrera. «Mis médicos me han advertido de que no puedo seguir el ritmo sin hacer daño a mi cuerpo», ha confesado la actriz, que deberá someterse a una operación para tratar de curar las lesiones que, desde 2012, no la dejan llevar una vida normal.
Aunque los infortunios de la traviesa Laura comenzaron mucho antes, aquel año quedó grabado a fuego en la memoria de la actriz. Corría el mes de abril y era una de las concursantes del programa El baile de las estrellas (la versión americana de ¡Mira quién baila!), cuando sufrió una caída de espanto. El golpe le produjo un traumatismo grave en el cuello y una conmoción cerebral que, además de obligarla a aparcar el concurso televisivo, la mantuvo en cama durante semanas.
Meses más tarde, como si con aquello no hubiera tenido suficiente, el balcón de la casa que tenía alquilada en el distrito Studio City de Los Ángeles se derrumbó sobre su cabeza. Los problemas de Melissa, operada por primera vez en 2003 de una lesión en la columna, pasaron entonces a hacerse insoportables. «Tengo entumecido el cuello y la mano derecha y un dolor insoportable en el brazo. Después de años de tratamiento, mis neurólogos me han dicho que no tengo más remedio que someterme a otra operación. Es una lástima porque tenía mucha ventaja sobre mi opositor y mucha gente alrededor que confiaba en que podía ganar»», contó abatida durante el anuncio de su retirada como candidata demócrata.
Esta sucesión de desdichas no son, en cualquier caso, más que una pequeña muestra de las muchas que ha ido acumulando a lo largo de su existencia. Melissa Ellen Gilbert nació un 8 de mayo de 1964 en la ciudad de Los Ángeles y, justo al día siguiente de venir a este mundo, sus padres biológicos la abandonaron. Adoptada por el actor Paul Gilbert y su esposa, Barbara Crane, tenía 6 años cuando se separaron y 11 cuando debió afrontar uno de los momentos más difíciles de su vida: la muerte de su padre adoptivo.
El suicidio de Gilbert
De aquel golpe salió gracias al apoyo del también actor y director Michael Landon, su progenitor en la serie de televisión que le lanzó a la fama y el hombre que la eligió entre quinientas candidatas para el que, sin duda, ha sido el papel de su vida.
Durante los años en que estuvo bajo la protección de Landon que interpretó de joven a Joe Cartwright en la mítica serie de Bonanza, tuvo su primer romance con el hijo del actor. Luego le seguirían muchos otros. Tom Cruise, John Cusack, Billy Idol y Rob Lowe fueron algunos de sus acompañantes hasta que en 1988 se casó con el actor Bo Brinkman, con quien tuvo a Dakota, su primer hijo. En 1995 se volvió a casar con Bruce Boxleitner y de ese matrimonio, que duró hasta 2011, nació Michael, bautizado así en honor de quien fue su mentor durante años. Tras una lista interminable de fracasos sentimentales, en 2013 se unió a otro actor, Timothy Busfield. Para entonces, la actriz ya había tonteado con el alcohol y las drogas mucho más de lo recomendable y afrontado, no solo la muerte de Landon de un cáncer de páncreas en 1991, sino la verdad sobre el fallecimiento de su padre. Y es que Paul Gilbert, a quien ella creía haber perdido por culpa de un accidente cardiovascular cuando solo tenía 56 años, en realidad se pegó un tiro. «Estaba bajo cuidado psicológico porque era un veterano de la Segunda Guerra Mundial y sufría un dolor incontrolable. Había amenazado varias veces con el suicidio, pero yo no lo supe hasta muchos años después de su muerte. Todavía me pregunto por qué yo no fui lo suficientemente importante como para que se quedara conmigo», contó en una entrevista quien ha sido, durante dos legislaturas, presidenta del poderoso Sindicato de Actores. Desde luego, si es cierto que la suerte va por barrios, no parece haber tenido un rato para pasarse por el de Melissa.
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