Secciones
Servicios
Destacamos
M. E. García
Martes, 9 de junio 2015, 21:25
Todo explotó con el final del sexto capítulo de esta última temporada titulado Nunca doblegado, nunca roto. Esa escena en la que Ramsey viola a Sansa mientras Theon mira fue la que desató las iras de la web, una más, ante la violencia física y mental que se mostraba. Para mí, que me lo olía desde casi el principio, fue hasta suave. He leído unas cuantas de las miles de páginas que forman La Canción de Hielo y Fuego y, créanme amigos, como dice Melisandre la noche es oscura y alberga horrores. Y ese no es el peor.
La llegada de Sansa a Invernalia es uno de los puntos que más controversia han generado en el eterno debate: libros-pantallas (de cine o televisión, es lo de menos). Tanto se lió la madeja que el propio George publicó una entrada en su blogexplicándose y, de paso, regañando a todos los que habían osado criticarle. Viene a decir que los creadores de la serie están intentando hacer el mejor trabajo posible, lo mismo que él con los libros, y asegura que en ambos formatos se llegará a la misma conclusión.
Sin ser talibana de los libros (ni de la Canción, ni de ningún otro), sí es cierto que en relación a lo que se ve en la televisión existen cambios que pueden enfadar al lector, ya que desvirtúan el tono de la historia. En concreto la desaparición de algunos personajes y, sobre todo, esa manera de resolver en un par de capítulos tramas que en la versión escrita pueden ocupar cientos de páginas. La estafa no es para el espectador, es para el lector.
La unión de Tyrion y Daenerys es un claro ejemplo. Ese momento puede producir en un lector emoción sin límites, o cabreo. Es en el quinto libro de la saga, Danza de Dragones, cuando la reina de Mereen y el pequeño de los Lannister se encuentran más cerca, pero nunca llegan a hablar. Es más, Dany vuela con Drogon sin verse cara a cara con Tyrion y resulta que en la serie, en media temporada, Tyrion ya es su consejero. El cambio es inteligente para mantener el interés, pero es cuestionable que se maree la perdiz en la versión literaria para que después el espectador contemple, con estupor, como esa trama se finiquita casi de inmediato en la pantalla.
Jorah, acompañante de Tyrion cuando llegan ante la reina, también ha visto modificada su relación. El caballero nunca confiesa el amor que siente por ella, algo que sí que hace en los libros, durante una travesía en barco. También del otro lado del Mar Angosto, Barristan ha acabado asesinado en las calles, mientras que en las páginas el anciano caballero dedica toda su sabiduría sobre la vida y la espada a ayudar a la amada reina. Otro personaje fallecido prematuramente es Jojen Reed. Sobre el papel sigue acompañando a Bran en su aventura más allá del muro, aunque se encuentre gravemente enfermo.
En cuanto a los personajes desaparecidos en combate, al menos de momento, se encuentran: Manosfrías, Lady Corazón de Piedra, Aegon, Griff, Aerys y Arianne, sobre todo Arianne. De los dos primeros nadie ha confirmado que nunca aparecerán en la serie, así que todavía podrían aparecer. El papel de Griff lo está asumiendo en parte Jorah (un caso parecido al de Belwas con Daario y Barristan), mientras que Aegon simplemente no existe, al menos de momento. De todo ello se podría deducir que es un Targaryen falso y que Daenerys de la Tormenta es la auténtica y única de su casa.
Dorne es, con diferencia, la gran perjudicada esta temporada. El problema no es que sea Jaime, acompañado de Bronn, el que acuda a rescatar a Myrcella, mientras que en Festin de Cuervos dedica sus esfuerzos a otros menesteres. El problema es que Las Serpientes de la Arena son, hasta este mismo momento, una caricatura de sí mismas. No importa que no encajen las descripciones físicas, es que han quedado reducidas a tres tías que sirven para enseñar y luchan en plan heroína de videojuego. Lejos queda la importancia que Martin da a la mujer en la sociedad dorniense: las mujeres heredan, por ejemplo. Esa es la clave; por eso la ausencia de Arianne es incomprensible. Es ella la que clama venganza por su tío (en este caso ese papel lo toma Ellaria) y pretende reclamar Los Siete Reinos para Myrcella ya que es la hermana mayor de Tommen. Y es que en Dorne no quieren matar a la Lannister, quieren usarla para tomar el poder.
Es cierto que puede que en un futuro Arianne aparezca de alguna manera en Dorne. Y es de esperar que el tiempo haga que Las Serpientes empiecen a tener profundidad como personajes.
Los otros enormes perjudicados son los Greyjoy y las Islas del Hierro. ¿De verdad hace falta una explicación? Parece que tener un lema como Nosotros no sembramos no es suficiente para que demuestren, de verdad, su fiereza. En cinco temporadas no han debido encontrar el momento. Yara es una sombra de Asha, de los hermanos de Balon no se sabe nada todavía. Parece que uno de los personajes que se solicitan en el casting casa bastante bien con Ojo de Cuervo. Es de esperar que HBO restaure, en cierta medida, el agravio cometido contra estos vikingos.
En el Muro también las cosas han cambiado, aunque en menor medida. Para empezar la serie ha matado a Mance Ryder. La saga literaria lo mantiene y lo envía como un espía a Invernalia para que libere a la que creen que es Arya (en realidad Jeyne Poole).
Los Tyrell han sufrido alguna pequeña modificación. Loras en Juego de Tronos sirve de excusa a los gorriones para encerrarlos tanto a él como a su hermana. En la saga Cersei envía a Loras a una misión suicida en Rocadragón. La reina madre no consigue del todo su propósito puesto que Loras sobrevive aunque en muy mal estado. La situación del patriarca de la familia también es diferente. Cersei le ha nombrado Consejero de la Moneda y le ha enviado al Banco de Hierro de Braavos para negociar la deuda de la corona. En los libros, Cersei le envía a Bastión de Tormentas con un cometido que resulta todo un éxito. A su vuelta a Desembarco del Rey Kevan e nombra Mano.
Y es que, siendo sinceros, ya hace tiempo que se establecieron cambios, aunque nunca tan profundos, entre Juego de Tronos y La Canción. Ahí está (parece que ha pasado un siglo) la Boda Roja. Talisa como personaje totalmente inventado y muerta en la Boda Roja mientras que su correspondiente literario se libra, por traidora, al no acudir al enlace.
Brienne también toma un camino diferente. El literario es tan errático y absurdo que se agradece el cambio. En este caso, Brienne deja marchar a Arya no sin antes matar al Perro en un combate singular. Cuando encuentra a Sansa por primera vez, la mayor de los Stark rechaza sus servicios. En la saga literaria aún no se ha encontrado con ninguna de las dos. Puede que nunca lo haga.
Y hablando de Sansa, en HBO han decidido que su amiga Jeyne Poole, verdadera esposa de Ramsay en los libros (suplantando a Arya) es la que sufre los horrores del matrimonio mientras Sansa se queda en el Nido de Águilas. Poole escapa, pero no está claro que Sansa vaya a seguir el mismo camino.
Aunque parezca mentira Arya es uno de los personajes menos damnificados por los cambios. Su historia avanza más rápida y cambian sus nombres, pero en esencia, es la misma. En HBO vemos la cara de Jaqen como su mentor en la Casa del Blanco y Negro, algo que nunca se menciona en los libros, pero es perfectamente factible. Es necesario dar al personaje una cara y la del asesino sin rostro es familiar para el espectador. Todo un acierto.
Estos son muchos (aunque no todos) de los cambios que ha planteado HBO a la Canción de Hielo y Fuego. Es importante saber que todas las modificaciones cuentan con el visto bueno del autor del libro, que ha declarado en varias ocasiones que Benioff y Weiss conocen las líneas maestras y que saben cuál será el final lo que les permite trazar las temporadas de Juego de Tronos con solvencia. Solo queda disfrutar del camino, de cualquiera de los dos.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.