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M. E. García
Jueves, 19 de marzo 2015, 11:24
Los hay buenos, esforzados, desnaturalizados, divertidos, los que se preocupan demasiado por la familia hoy es el Día del Padre y qué mejor manera de rendirles un pequeño homenaje que recordando aquellos que les reflejan en la pequeña pantalla. Desde los clásicos que todo el mundo conoce hasta las últimas adquisiciones para la causa.
Primero están los clásicos y, dentro de los clásicos, los nacionales. ¿Quién no conoce al esforzado Antonio Alcántara en Cuéntame? Imanol Arias refleja a toda una generación de padres que permanece en el recuerdo. Otros de los grandes son Nacho Martín (Emilio Aragon) en Médico de Familia y Diego Serrano y su sueño de 7 años. Como nueva adquisición patria, de momento, se queda Pablo (Gonzalo de Castro) en B&B. Y eso que la paternidad le sale un poco de la nada.
En las series animadas también hay un buen repertorio de padres que pueden hacer temblar a más de uno. Si Homer Simpson no es el mejor ejemplo paterno del mundo Peter Griffin supera a su antecesor en múltiples aspectos: todavía más alcohólico, obeso y desalmado. Homer parece querer a sus hijos, aunque no se acuerde de Maggie; pero lo de Peter, sobre todo con Meg, no tiene nombre.
Padres clásicos
¿Qué decir de esas series que marcaron época en los noventa? ¿Esas comedias familiares que enganchaban a millones de personas no solo en EEUU sino también en España? El doctor Cliff, interpretado por Bill Cosby en La hora de Bill Cosby; Danny Tanner (Bob Saget) en Padres Forzosos; o Carl Winslow (Reginald VelJohnson) de Cosas de casa. Y un plus que es padre y tío al mismo tiempo o un tío que ejerce de padre, el inolvidable Philip Banks de El príncipe de Bel Air.
Un pasito más atrás en años y se pueden encontrar padres como el mítico Charles Ingalls (Michael Landon) de La Casa de la Pradera. Charles es centro de una familia capaz de superar todas las dificultades gracias a su unión sin fisuras. En principio, la serie parece noña y arcaica a ojos del siglo XXI pero la verdad es que es raro que en una serie de los sesenta se aceptara a miembros en la familia con la mayor naturalidad. Un caso parecido es el de La Tribu de los Brady. Mike era el padre que tenía que resolver los problemas que le surgían con su segunda hija.
Una familia clásica y extraña al mismo tiempo. Difícil combinación: Esos son los Monster. German, o Frankenstein para los amigos, es el padre. Como buena comedia familiar los conflictos paterno filiales eran el pan suyo de cada día y eso que German amaba por encima de todas las cosas a su mujer y a su progenie.
Eso sí, últimamente si hay un padre que domina la comedia es Phil Dumphy el divertidísimo, loco padre sin filtros por excelencia en Modern Family. Hay que reconocer que la serie ha renovado el concepto y no solo a Dumphy sino también a su suegro Jay Prichett y a Cameron y Mitchell. En este último caso no solo revisa a los padres, sino también a los hijos, porque la niña tiene tela.
Padres poco ejemplares
También existen padres mucho más trágicos, especiales y hasta ausentes en el más puro sentido madre de Disney. Este último caso es, por ejemplo, A dos metros bajo tierra en el que el fallecimiento del progenitor es el detonante de toda la trama. Su presencia estaba garantizada por medio de apariciones como voz de la conciencia, sentimiento de culpa o simplemente su espírtu. La funeraria Fisher and Sons, de la que nadie quiere hacerse cargo, es la causa por la que que la familia vuelva a unirse.
Una serie muy diferente que tiene también como detonante la desaparición de un padre es Sobrenatural. Cuando John (Jeffrey Dean Morgan) desaparece, sus dos hijos se lanzan a una búsqueda desesperada. Diez temporadas más tarde queda bastante claro que no era el padre perfecto: la obsesión de su hijo mayor por el negocio familiar y las ganas frustradas del pequeño por escapar del mismo negocio lo dejan bastante claro. Sin embargo, hizo lo que pudo con ellos para que sobrevivieran hasta el final.
Trágico y con muchas aristas es el personaje de Tony Soprano. Considerada como una de las mejores series de televisión, en Los Soprano se podía ver a Tony ejerciendo de padre del crimen organizado pero también obsesivo con los novios de Meadow o frustrado por no ser capaz de llegar a su hijo Anthony. No queda ahí la cosa, sino que su complejidad le alcanza también como hijo que no es tal. Ahí está su relación empresarial con tu tío, al que odia pero ama como a un padre imperfecto.
Otros padres complicados son los dos protagonistas de True Detective. Marty Hart (Woody Herrelson) es padre de dos hijas. Intransigente y autoritario no duda en abofetear a la mayor cuando le pilla en una situación que considera totalmente inmoral. Lo cierto es que la chica padece problemas mentales y él no sabe estar a la altura. Y lo de Rust (Matthew Macconaughey) ya es de traca. Llega a afirmar que su hija está mejor muerta porque falleció como una niña feliz sin que llegara a tocarla la corrupción que habita en el mundo.
Otra de esas series que han marcado una época fue The Wire. Hay varios personajes que son padres pero al que más se conoce en esa faceta es a Jimmy McNulty. El mujeriego, alcohólico y autodestructivo irlandés se encuentra separado de su mujer por todo eso y más. Tienen dos hijos en común a los que quiere. Aún así, parece que nada es suficiente para que sea capaz de frenar sus instintos primarios.
Pero si hay un padre especial es Dexter. No solo porque sea un psicópata bueno o más bien forense de día y asesino de noche sino porque acabó siendo viudo. Todo un reto. ¿Pero existe algún hombre capaz de ser peor padre que un asesino en serie? Pues sí. Don Draper (Jon Hamm) en Mad Men. Eso sí, es mal padre con excusa, como no, porque el suyo era peor.
Después hay padres contra viento y marea. Ahí está Rick Grimes (Andrew Lincoln), intentando que su hijo sobreviva al Apocalipsis zombi de The Walking Dead y, al mismo tiempo, que no pierda la inocencia. Muy complicado, inalcanzable realmente.
Otros lo dan todo por su familia: dignidad, vida, tranquilidad. Ese el Walter White (Brian Cranston), el protagonista de 'Breaking Bad' se convierte en un capo del narcotráfico enfrantándose a delincuentes, matando, esquivando a la policía, todo, por su familia.
Para alcanzar un tono más optimista tenemos a Richard Castle. Divorciado y con una hija adolescente a la que adora y quiere dar siempre lo mejor. Aunque a veces lo mejor no sea lo que él piensa. Rufus Humphrey de Gossip Girl que no lo ha tenido fácil par criar solo a Jenny y Dan, Tom Scavo de Mujeres desesperadas que ayudó a su mujer en todo lo que estaba en su mano a pesar de la ausencia de trabajo y así tenemos padres de serie casi de manera interminable. ¿Qué decir sobre ese prófugo de la justicia internacional que es el padre de Brenan en Bones? Seguramente que, mientras no sea tu padre, es un padre genial.
Mención especial merecen los padres de Juego de Tronos. Desde los ejemplares, como Ned Stark, hasta los que hacen más por la paternidad en cantidad que en calidad como Robert Baratheon, inflexibles con los demás pero amorosos con sus hijos como Stannis, padres que no son padres aunque se comporten como tal, es el caso de El Perro con Arya, padres que reconocen a sus hijos aunque sepan que son unos psicópatas como Roose Bolton, padres que no pueden ser padres como Jaime Lannister, padres autoritarios más allá de los razonable como Balon Greyjoy o Tywin Lannister, tantas aristas tiene Juego de Tronos como tipos de padres bajo el sol.
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