Valladolid despega hacia el cielo con la magia de Theater Tol

Cuando cae la noche, salen las bailarinas y los ciclistas de Theater Tol por la Plaza Mayor de Valladolid. Misión: concentrar la atención del público, sorprenderles desde las esquinas y dirigirles hacia un pequeño estrado donde se moverán las cantantes y el clarinetista. Allá en lo alto, en otra bicicleta que surca la zona de corrientes, hay un violinista que toca sobre un tejado imaginario, pedaleando. 'Pedaleando hacia el cielo' se llama el espectáculo que inauguró el XXII Festival de Teatro y Artes de Calle.

La compañía belga arte una 'ópera urbana', suma de música, danza, acrobacias. La grúa que desde la tarde se veía desde lejos no era para los Bordini, como recordaba en la cola una espectadora, sino para una gigantesca lámpara de la que termina colgado casi todo el elenco.

La fuerza motriz recae sobre las bicicletas que llevan soportes para transportar alzadas a las bailarinas. El blanco de sus trajes y sus alas contrasta con la oscuridad, se convierten en ángeles a veces, en cabareteras de ópera cómica, otras.

Las dos cantantes se prestan a una varipionta selección de arias y canciones conocidas, con la 'Habanera', de 'Carmen', o el 'Ave María', de Schubert, entre las más populares. Pero si bien resulta gracioso en número de suelo, la hipnosis llega cuando la grúa eleva sobre la Plaza a las cuatro bicis con los ocho ocupantes en una delicada coreografía aérea. Una pantalla circular rodea la estructura y sobre ella se proyecta la imagen detallada de los artistas y también un montaje de lugares de Valladolid, un guiño emocional muy apreciado por el público. Bengalas, confeti y globos subrayan el carácter festivo y poético de la propuesta. Theater Tol montó al público en sus bicicletas hacia el cielo, como antaño E. T. Gustó y emocionó. Estaría bien que en segundo pase de hoy se apagaran las pantallas del banco sito en la plaza y la de promoción de la actividad de la ciudad que anunciando el espectáculo, competía con él.

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