Valladolid
El TAC abarrota las calles entre requiebros de humor y belleza minimalistaTeatro de Calle ·
El festival vive otra jornada multitudinaria con el público alrededor de los espacios escénicosValladolid
El TAC abarrota las calles entre requiebros de humor y belleza minimalistaTeatro de Calle ·
El festival vive otra jornada multitudinaria con el público alrededor de los espacios escénicosCuatro días lleva Valladolid asomándose a situaciones insólitas en el casco histórico. Nos hemos habituado lo mismo a ver a grupos de viandantes a las once de la mañana con los brazos tendidos al cielo pegando brincos por la calle Santiago al ritmo de un ... tema de Bonnie Tyler, que a ser testigos de cómo un grupo de gente que no se conoce se junta batiendo palmas ante unos saltimbanquis que levantan una torre humana de tres cuerpos en la Acera de Recoletos. Quien pasa por allí sonríe. O se detiene a mirar. O acaba uniéndose a un espectáculo que siempre cuenta con agitadores: músicos, acróbatas, mimos, payasos, bailarinas... Es el TAC, el Festival Internacional de Teatro y Artes de Calle, que desde el miércoles revoluciona el ambiente de la ciudad y sus gentes.
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La risa, la ternura y la sorpresa pasan a formar parte estos días del paisaje local, arremolinando a miles de personas en busca de humor, emoción, deslumbramiento, también reflexión.
Junto a la Casa del Sol, en la calle Cadenas de San Gregorio, una pareja de cómicos de Studium Actoris crea situaciones desternillantes alrededor de la vieja caravana en la que se soportan a diario. Las carcajadas resuenan también en otras calles y plazas con Toti Toronell y sus repartidores que animan al público a descubrir qué llevan las cajas que transportan. De la furgoneta de la que descargan paquetes suenan por un altavoz fragmentos de temazos musicales que el público se lanza a bailar jaleado por los actores. Entre los que bailan, los que miran y los que no pensaban detenerse pero lo hacen, el tránsito peatonal se detiene y acumula nuevos entusiastas al número del TAC. También hay estos días artistas espontáneos, fuera del programa oficial, que por su cuenta exhiben habilidades con triciclos, bolos y otros artilugios. En recintos como el graderío de la Acera de Recoletos se puede ver cada actuación sentado y sin problemas de visibilidad. Por allí pasó la compañía Rauxa con números de circo, danza y acrobacia, un canto al poder de la imaginación.
No falta público que busca entornos más íntimos con propuestas más minimalistas, como la de las bailarinas de la compañía valenciana Taiat Danza en la sala 3 del Patio Herreriano.Trazaron una bella coreografía enriquecida con movimientos en torno a piezas de la exposición, como la figura en planchas de acero creada por Sahatsa Jauregi. El público aplaudió una alianza entre baile y patrimonio que también se ha dado con Elías Aguirre en las Aceñas del Pisuerga, o con Pau Arán en el claustro del Museo Nacional de Escultura. También con escenografía de mínimos presentó Kolektiv Lapso Circ en la Cúpula del Milenio su obra 'Qoroq' en torno al equilibrio y la manipulación de objetos.
El festival ha protagonizado una jornada multitudinaria con espectáculos abarrotados y encara este domingo con una veintena de actuaciones la última jornada, en la que se darán a conocer los galardones al mejor espectáculo, mejor interpretación, la obra más innovadora, el premio del público y al mejor número de circo.
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