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La risa y la música se han oído más fuerte que las proclamas electorales de las casetas instaladas en el eje Fuente Dorada-Calle Santiago. El Festival de Teatro y Artes de Calle (TAC) animó la mañana en el centro de la ciudad con diferentes ... propuestas que han sacado la sonrisa y las ganas por jugar e implicarse en los montajes en el numeroso público que ha presenciado media docena de representaciones.
Las más tempranas comenzaron sobre las doce del mediodía. Colette Gomette & Anna de Lirium han puesto el lado más cómico con una gestualidad cándida y estridente respondida con el sonido de fondo de los pavos del Campo Grande. Con la grada a rebosar de un público dispuesto a tostarse al sol, el espectáculo ha congregado a numerosos curiosos tras las vallas.
En la plaza de Fuente Dorada, la Compañía Silere Arts movilizó a varios y heterogéneos grupos de viandantes en una propuesta en colaboración con alumnado de la Escuela de Arte Dramático de Castilla y León. A golpe de silbato, una docena de actores y actrices ataviados como gimnastas corrían, escalaban farolas o utilizaban el mobiliario urbano para unas coreografías apoyadas en dados gigantes de color plateado que eran volteados al aire por el público al son de música de un grupo de dulzaineros. Los dados eran llevados en andas a modo de procesión laica, lanzándose de un lado a otro de la calle ante el disfrute de jóvenes y mayores que pugnaban por impedir que las piezas tocasen el suelo. «Este número busca que la gente vuelva a salir a jugar a las calles, utilizar la trama urbana como un tablero de juego», explicaba Andrea Paz, directora de la compañía mientras a golpe de megáfono animaba a la multitud a divertirse. Chocante resultaba ver a tanta gente entregada al juego en común en torno a los dados flotantes, de movimiento imprevisible hacia cualquier rincón de la plaza del Salvador y la calle Mantería. Y lo más llamativo, la diversión colectiva (sobre todo los más jóvenes) prescindiendo de teléfonos móviles, salvo los más renuentes, más empeñados en grabar la escena que en disfrutarla.
Más pausado era el ambiente en la zona de Portugalete, donde Elelei Dance Teatre ofrecían su espectáculo de danza a ciegas, seguido por numerosos viandantes. Poco que ver con la fanfarria desplegada por los nueve danzarines de Ulik et Le Snob & Cies que se desplazan erguidos sobre ruedines tocando bandas sonoras de Mike Oldfield o Pink Floyd. Su paso por la calle Santiago arrastró en procesión a numeroso público en silencio tras las vistosas túnicas móviles de los músicos.
En la Rosaleda, la compañía vasca Osa+Mujica interpretaba 'Paseíto', una obra que cuenta a través de la danza el conflicto interno de dos amigas que se pasean por la vida mirando constantemente hacia afuera, una búsqueda insaciable que solo cesa tomando la existencia como juego, una invitación a vivir el presente. Con una asistencia más nutrida, en la plaza de Santa Cruz, la pareja de actores franceses Franck Mouget y Xavier Salot (Le Muscle) se hicieron esperar y comenzaron con diez minutos de retraso para ejercer como policías de proximidad, dando alocadas instrucciones a todo el que se atrevía a pasar a su lado.
La tarde promete con más de cuarenta propuestas tomando espacios públicos del centro de la ciudad y del parque Patricia, en Pajarillos, hasta la media noche.
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