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Recreación de una de las entrevistas en la cárcel de Nanclares, con los actores María San Miguel y Pablo Rodríguez.
El diálogo entre el dolor y el silencio

El diálogo entre el dolor y el silencio

La compañía 43-2 remueve conciencias con ‘La mirada del otro’, la obra que recrea las entrevistas entre víctimas y disidentes de ETA, y que se representa este martes 23 dentro del Festival de Teatro y Artes de Calle (TAC)

Luis Miguel de Pablos

Lunes, 22 de mayo 2017, 18:42

El conflicto vasco no ha dejado de pitar en los oídos de quien lo ha sufrido y sufre en carnes propias. La violencia apesta, venga de donde venga. Y la palabra ETA no solo sigue revolviendo tripas y removiendo conciencias sino que, además, frena. Es un capítulo no superado. Y echa para atrás... hasta que se decide atacar y mirar de frente y a los ojos.

Esto es lo que lleva haciendo la compañía Proyecto 43-2 en los últimos años. Estudiando la convivencia en el País Vasco, analizando la violencia y profundizando en el dolor de las víctimas y los victimarios. Y esto que a primera vista bien pudiera parecer un estudio sociológico, ha terminado por convertirse en una trilogía sobre Euskadi, la memoria colectiva y la convivencia con el otro que se encuentra en su segunda parte. La mirada del otro, montaje estrenado en abril de 2015, llega el martes 23 al LAVA (sala Concha Velasco), con los vallisoletanos María San Miguel (directora, además, de la compañía) y Pablo Rodríguez en el cartel, además de Nahia Laiz. La obra parte de la vía Nanclares para recrear las conversaciones entre las víctimas y disidentes de ETA que tuvieron lugar entre 2011 y 2012 como parte del plan del proceso de reinserción.

Pablo interpreta al terrorista Aitor y María se mete en la piel de Estíbaliz, una de las víctimas de la banda criminal. A partir de ahí, se sube el telón...

- (Aitor) Entré a los 19 años.

- (Estíbaliz) Cuando yo tenía 19, mataron a mi aita. Le dieron un tiro en la nuca.

- (Aitor) Entré porque en mi juventud ETA era la resistencia. En mi pueblo la mayoría de la gente era de la izquierda abertzale y estaba de acuerdo con la utilización de la lucha armada.

- (Estíbaliz) Recuerdo que por aquel entonces, cuando mataron a mi padre, yo coqueteaba con la izquierda radical: el pelo, la ropa, los amigos, el discurso

Con este arranque, difícilmente puede moverse el espectador de su butaca salvo para retorcerse. «La respuesta del público es espectacular», apunta María, «además de por toda España hemos llevado la obra hasta Colombia, y la experiencia allí nos ha marcado a todos los que formamos la compañía. El nivel de violencia que viven allí es brutal, y no solo entendieron el mensaje de la obra sino que lo acogieron con aplausos. Al final da igual hablar de ETA que de las FARC».

Un proyecto valiente que tiene un trabajo de campo previo que resulta tan arduo como el que luego se traslada a escena. Un estudio que se basa en las múltiples entrevistas realizadas tanto a las víctimas de la banda terrorista como a dos de los victimarios -Iñaki Rekarte y Fernando de Luis Astarloa-, una de las mediadoras de los encuentros entre presos y víctimas -Esther Pascual-, y algunos de los cargos políticos que hicieron posible estas entrevistas, caso de Mercedes Gallizo (Instituciones Penitenciarias) y Txema Urkijo.

«Apostamos por el diálogo y contamos la historia de dos personas que jamás lo harían, consiguen sentarse a hablar, y lo hacemos porque pensamos que otro país mejor es posible», sostiene María San Miguel, extremadamente crítica con el tratamiento que ha tenido el conflicto vasco. «Creo que ha habido una evidente manipulación tanto política como mediática, y que se conoce más una parte de las víctimas pero al mismo tiempo se desconoce que hay gente que apuesta por el diálogo», apunta María, que comparte protagonismo en el reparto con Nahia Laiz y Pablo Rodríguez.

La obra, que ya pasó en su momento por Laguna y Medina del Campo, llega ahora a Valladolid con una espina clavada en la mochila. «Me hubiera gustado que Valladolid nos hubiera tratado mejor. Creo que hacemos un trabajo de calidad sobre una temática social muy importante que no hace ninguna otra compañía en España», lamenta María San Miguel, a quien le hubiera gustado participar en el Festival de Teatro y Artes de Calle (TAC) dentro de la Sección Oficial.

La compañía Proyecto 43-2 -nombre que responde a las coordenadas geográficas del árbol de Guernica- trabaja ya en la tercera parte que pondrá el broche a la trilogía, y que verá la luz en octubre en Eibar. En Viaje al fin de la noche abordarán la vida de los hijos de las víctimas, no solo de ETA sino también de los GAL y de la violencia en general, «que son los que tienen que construir hoy la paz con la herencia del dolor».

La función del próximo miércoles 24 en el LAVA tendrá su continuidad un día después a través de un debate en el que tomarán parte abogados, mediadores y estudiantes universitarios en la Casa Revilla.

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