Gus Van Sant: «Warhol lucha por controlar su destino pero es devorado por su mundo»

–Warhol es un icono occidental desde los ochenta. ¿Por qué elige esa primera década de los sesenta?

–Me interesan sus primeros años, cuando de repente adquiere notoriedad con su serie de las latas de sopas. Esas latas que parecían un fiasco y fueron ridiculizadas luego se convierten en el símbolo del pop art. También era el momento de un gran cambio en el mundo del arte, desde la inflexibilidad del expresionismo abstracto a otras cosas, entre las que estaba el arte pop. Es el momento de artistas y escritores como Warhol, Ken Kesey, Norman Mailer, todos empeñando su creatividad en hacer películas que ellos creían podían ser una forma más expansiva y popular, un poco como en la actualidad la curiosidad por el blockchain (cadena de bloques, de contenidos, de creadores, sin intermediarios).

–¿Le interesaba más su juventud que la gloria posterior?

–También es interesante su celebridad pero la vida de Andy es una larga historia y he empezado por este primer capítulo. Los últimos años están cimentados en esta explosión de originalidad y en la mercantilización de lo que entendía como un artista plástico. Creo que quería centrarme en eso. Siempre hay que dejar algo fuera en las obras biográficas.

–¿Quién era él entonces: el pintor, el creador de performances, el director o el personaje por encima de todo?

–Andy se convirtió extrañamente en un gurú de aforismos y del caos que invitaba a tantos personajes y visitantes como podía a su estudio. Hacía arte con y a partir de ellos.

–Le rodearon cientos de personas, pero ¿qué compañeros de camino ha elegido?

–Había mucha gente esporádica pero también algunos habituales.Entre estos últimos estaban Edie Sedwick, Gerard, Fred, Irving Blum, Nico, Valerie, Leo Castelli, Truman Capote, Clement Greenberg, y hasta la Virgen María.

–¿Qué vector dominante vertebra esa vida tan social y prolija que usted recrea?

–El principal tema que espero haber transmitido es el artista desde fuera, en el mundo, que cuando mira hacia dentro lucha por controlar su destino pero es devorado por el mundo que ha creado.

–Al inicio de su carrera consideró la pintura, ¿le gustaba el pop art?

–Mi generación fue influido directamente por el pop art, pero no nos dedicamos a él específicamente. No estoy seguro de qué hubiera hecho aunque recientemente he vuelto a pintar y es neoexpresionismo.

–¿Le interesan los 'biopics'?

–Muchas de las películas que he hecho son biográficas, 'Mala Noche', 'Drugstore Cowboy', 'Mi Idaho privado', 'Elephant', 'Mi nombre es Harvey Milk', así que sí, se puede decir que me influye la vida de la gente.

–¿Para cuándo su próxima película?

–Muy pronto.