Las Valquirias presumen de vecindario

Las Valquirias han aprovechado la cuarentena para conocer mejor a vecinos con los que cada día comparten ventana y mostrar sus mejores cualidades artísticas. Así, en sus virales videomontajes han tenido oportunidad de pedir el temazo 'Resistiré' a su vecina de abajo, una que se llama Audrey que sueña con una vacaciones en Roma. Tantas horas han hecho en sus ventanas que también han presenciado un romántico encuentro de dos vecinos que se han enamorado y que se llaman Ricardo y Julia. Él llegaba en limusina y tenía miedo a las alturas. Sus miradas indiscretas han cazado también a otro pintoresco vecino, que en lugar de mascarilla, lleva una máscara pintada con una irónica sonrisa. Respondía al nombre de Joker.

Ellas cuentan que quedan muchos vídeos más para seguir entreteniendo al público durante la cuarentena. Y es que, estas actrices han encontrado en el humor, la receta perfecta para escapar temporalmente de esta situación. «Este viernes presentaremos a una nueva vecina. Una rubia despampanante», anuncian Frechilla y Negro sin querer dar más datos. La idea de hacer estos vídeos arrancó antes de que se decretara el estado de alarma. «El primero de esta serie lo hicimos ante un supermercado, vestidas de lentejuelas y haciendo acopio de papel higiénico», dice María. «Tenemos un vecindario muy variopinto, con personajes que los vallisoletanos debían conocer y que iremos presentando en sus redes con el hashtag es #ElvecindariodelasValquirias», informan.

El proceso de creación no ha sido fácil. Acostumbradas a trabajar codo con codo, las videollamadas se han convertido en una herramienta fundamental para ellas a la hora de crear. «Detrás de cada vídeo hay largas horas de trabajo. Hemos analizado muchas escenas de películas para poder encajar los diálogos. Nuestros guiones están muy cuidados y lo hemos grabado cada una desde nuestra casa, con una logística a veces complicada. Estamos muy contentas con la respuesta de la gente. Queríamos que supieran que seguimos ahí y que puedan ver cómo pasa Valquiria estas semanas de cuarentena», dice Alba.

Este tándem teatral ha visto bajar el telón antes de tiempo para muchas de sus actuaciones programadas. El 2020, año de Delibes, era también su año. Tenían en cartel numerosas representaciones para su último trabajo, «De Miguel a Delibes», que les estaba dando muchas alegrías, pero que gracias al coronavirus, han tenido que suspender. «Como compañía, ahora mismo estamos atravesando una situación complicada. Igual que todo el sector. Estamos muy a la expectativa, viendo que medidas se van a tomar y como va evolucionando todo. Somos conscientes de que nuestro gremio será uno de los que tendrán más dificultad para volver a esa normalidad», explica Alba. «Marzo y abril eran dos meses muy importantes para nosotras. Teníamos muchas actuaciones cerradas aunque estamos contentas y agradecidas porque los programadores nos han transmitido su intención de buscar nuevas fechas», completa María.

Ven complicado el futuro del sector cultural. «Todavía no nos hemos recuperado de la crisis del 2008 y de repente llega todo esto. Han surgido muchas plataformas en las que nuestros compañeros han sido muy generosos volcando sus trabajos para el público, y aunque está muy bien, está claro que el teatro tiene que volver, porque está pensado para ser consumido en directo. No podemos acostumbrarnos a verlo desde una pantalla. Costará que las artes escénicas vuelvan a la normalidad, pero van a volver, porque es imposible que no vuelvan. Hablan de la reducción de aforos, algo que es inviable e insostenible para muchos teatros. Hay que buscar otras alternativas, eso si, siempre protegiendo al público», afirma Alba.

Los vídeos son un sello de Valquiria Teatro. Se han convertido en un código y en una forma de expresarse que han ido afinando cada vez más acertadamente. Por medio de ellos, el pasado año se postularon para participar en la gala de los Premios Max, y consiguieron el efecto esperado. Están encantadas con la respuesta del público, pero están deseando volver a los escenarios, «es donde pertenecemos», dicen. Mientras regresan, ¿No les pica la curiosidad por saber quién será esa vecina rubia tan despampanante que vive en su mismo bloque?