

Secciones
Servicios
Destacamos
Con 'Tiresias', el triunvirato compuesto por Joan Espasa, Carlota Ferrer y José Manuel Mora hilvanaron un texto nuevo y original en torno al adivino griego ... capaz de predecir la providencia... y no poder hacer nada por cambiar las tragedias por venir. Tiresias aparece en 'Edipo Rey', en 'Antígona', en 'Las bacantes' o en un capítulo de 'La odisea', entre otros textos, y este fin de semana viene al Teatro Calderón tras su estreno en el Festival de Mérida.
Esta versión de Carlota cuenta con buena parte del elenco de origen local: Alberto Velasco, Paula Mendoza, Alfredo Noval... y, en la piel del protagonista, Óscar de la Fuente. «Es un personaje que sufre por todo lo que le pasa y lo que ve que está pasando y que resulta imposible de cambiar», explica el intérprete de Medina del Campo, recientemente nominado a los Goya por su papel de Vicente en 'La casa' de Álex Montoya, premio que le valió el Feroz el pasado enero. Como en 'Las metamorfosis' de Ovidio, Tiresias ha mudado de sexo tras haber sido encarnado, hasta la fecha, por Anabel Alonso, y ahora es De la Fuente quien asume el rol de este vidente ciego, condenado a no ser escuchado por los poderosos:
«Su relevancia hoy resuena en que se tienen la sensación de que todo se vuelve a repetir: los políticos y gobernantes siguen sin escuchar, los tecnócratas ejercen su poder y las grandes potencias y multinacionales hacen de su capa un sayo», enumera De la Fuente. «Y no hay que ser un adivino para ver hacia dónde estamos yendo, no hay más que mirar al cielo y ver cómo cambia el clima y cómo evolucionan las cosas».
Con la conjunción casual que ha unido a De la Fuente con un buen número de intérpretes de Valladolid para este 'Tiresias', que se representará en el Teatro Calderón a lo largo de todo el fin de semana (viernes, sábado y domingo), el actor vive un momento laboral bañado en miel: «Estoy muy feliz con varios proyectos a la vista y ganas de descubrir nuevos lugares y personajes». Y un deseo a futuro: más que hacer 'Hamlet', como marca el cliché de todo actor de teatro, De la Fuente tiene debilidad por Mercucio de 'Romeo y Julieta':
«Estoy muy cómodo con los roles secundarios», confiesa, a pesar de que en esta obra encarna el papel principal. «Los actores somos actores, todo tiene que ver con la confianza para que me quieran como protagonista, y se demuestra que se puede hacer igual un rol que otro, perfectamente», remarca.
Con el protagonista recién llegado al elenco de 'Tiresias', sus compañeros vallisoletanos han recibido el cambio entre la alegría y la naturalidad, e incluso siendo conscientes de que una nueva energía interpretativa es capaz de cambiar, de alguna manera, sus propias actuaciones.
«Se ostenta una cierta soberbia en Edipo, que a Carlota [Ferrer], le interesa mucho, y cuyo shock es más grande cuando el Tiresias de Óscar le revela la verdad sobre su padre y su madre», explica Alfredo Noval, que interpreta en la obra al trágico rey de Tebas pero también a Narciso y a Penteo de 'Las bacantes'. «Hay algo de esta tierra, de Valladolid, que surge como una predisposición para trabajar juntos, una piña que se hace en los ensayos y luego en el escenario se respira, el público es capaz de verlo», añade.
«Ha sido un lujo contar con Anabel Alonso para Tiresias, y lo está siendo con Óscar de la Fuente, que te obliga a estar despierto, con la escucha activa y dar las réplicas de otra forma», aporta Alberto Velasco, intérprete de Cadmo ('Las bacantes') y Creonte en 'Edipo Rey' y 'Antígona', un personaje de «una continuidad elocuente, de ambiciones políticas tranquilas primero y villano desmesurado y ambicioso después». Para Velasco, la conjunción de talento vallisoletano sobre las tablas resulta «verdaderamente alucinante». En sus palabras, «en Madrid te encuentras más «lobbies» de las escuelas de Granada, Sevilla, Barcelona... Los castellanos somos más 'diáspora', por lo que cuando nos juntamos tantos solo nos queda celebrar el encuentro».
'Tiresias' se representa viernes, sábado y domingo en el Calderón, en su adaptación a teatro cubierto, y vertebra a lo largo de dos horas «cuatro tótems de la mitología grecolatina», en palabras de su directora, Carlota Ferrer. A pesar de ello, se trata de una obra que conversa de tú a tú con el espectador del siglo XXI: «Hablamos de la búsqueda de la verdad, incluso cuando los demás no la quieren escuchar; algo muy pertinente en esta época de bulos y redes sociales, pero también abordamos el proceso de bondad y belleza que hay en la verdad y cómo, cuando uno quita la incertidumbre, lo que queda es dolorosamente insoportable».
Sobre el cambio de su protagonista, la directora valora que «un actor diferente, aunque haga el mismo personaje, tiene una originalidad y una autenticidad, y hay que trabajar a los intérpretes como si fueran materiales de escultura, pues ofrecen registros, recursos y un viaje interpretativo distinto, aunque estén 'tocando las mismas notas'...». Ferrer anticipa en la labor de De la Fuente «un trabajo extraordinario de un actor que se ha metido en un brete que no todo el mundo aguanta: hay algo en él de frescura, dinamismo y de don de la palabra muy versátil, que le permite meterse en el drama, en la tragedia y en la comedia».
Con más preguntas que certezas, este viaje emocional y conmovedor con tintes filosóficos y existenciales descansa, y mucho, en la prosodia de la palabra. Por eso, nada como un elenco casi 100% vallisoletano para vehicular estos mensajes a través de la lengua española: «Hay algo que se nota en las geografías y es donde la gente de la calle habla muy buen castellano, y en una obra como 'Tiresias', donde el lenguaje seduce e incita a buscar la verdad, sea a favor o a costa de los poderosos, el reconocimiento de la catarsis viene dado a través de la palabra».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.