Un momento de 'Cuerda' con Xiqui Rodríguez y Béatrice Fulconi. Teatro del Navegante

Valladolid

Teatro del Navegante aborda la salud mental en 'Cuerda'

La compañía vallisoletana actualiza la historia de Juana de Castilla en el siglo XXI

Samuel Regueira

Valladolid

Martes, 7 de mayo 2024, 00:24

Con la actual preocupación que existe en la agenda pública con todo lo que se refiere a la salud mental, y las posibilidades que brindan una actualización de la historia y confinamiento de Juana de Castilla (aún hoy apodada y conocida como 'La Loca'), ha ... encontrado Teatro del Navegante la confluencia idónea para vertebrar en 'Cuerda' una reflexión a la vez hacia atrás y hacia delante, hacia dentro y hacia fuera. La compañía vallisoletana formada por Bèatrice Fulconis y Xiqui Rodríguez presenta esta propuesta teatral el próximo jueves, 9 de mayo, a las 20.30 horas en la Sala Concha Velasco del LAVA.

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«Hablamos sobre salud mental, pero también sobre estigma e historia», indica Teatro del Navegante. «Nos basamos en la historia de la reina pero también sobre muchos de los diagnósticos que hoy abundan en la psicología clínica: depresión, ansiedad, bulimia, anorexia...», enumeran. En la ficción que vertebran, la joven Hanna Castell se ve internada en un centro de terapias holísticas para su descanso y recuperación tras la muerte de su marido y haber heredado la multinacional propiedad de su familia.«Es una historia de thriller que funciona para quien no conozca la historia de Juana I de Castilla y no tenga por qué establecer analogías, pero quien maneje los referentes encontrará numerosas claves y guiños», anticipan.

La obra también establece paralelamente a base de intervenciones de jóvenes y testimonios en vídeo, de personalidades como Lola Herrera o Javi Martín, una serie de reivindicaciones para situar la salud mental en el lugar de importancia que verdaderamente le corresponde: «Creemos que el sistema de salud debe sostener este problema y equipararlo a otros vinculados a la traumatología, a la digestión, al corazón...», denuncian. «La mente es el hermano pobre de la salud, y después de la pandemia hemos conocido un resurgimiento de estos temas».

En esta guía, Teatro del Navegante ha preferido obviar las críticas al sector de la psiquiatría que se articulan desde ciertos círculos en representación de las personas con problemas de salud mental, pero si lanzan dardos a pseudoterapeutas y 'coaches' que se atreven a tratar a la gente sin una formación profesional específica: «Escuchamos en una ponencia que antes se encerraba a la gente en un manicomio, y hoy en un diagnóstico», rememoran.

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Desde una óptica de plantear preguntas sin respuestas, Fulconis y Rodríguez abren un abanico«para que sean identificados comportamientos de mucha gente donde puede haber un problema de salud mental». Con ello también buscan hablar del estigma: «Hay personas a las que esa marca se les queda siempre vinculada, ya sean Van Gogh o la reina Juana, pero hoy también vemos cómo si un documento dice que eres una persona esquizofrénica ya no se te trata igual».

Teatro social

Con 'Cuerda', la compañía vallisoletana Teatro del Navegante hilvana una nueva puntada en el hilo de su trayectoria, con la coherencia de apostar siempre por incorporar una visión social a su puesta en escena artística. Ya se evidenciaba en su primer espectáculo, 'El último viaje', sobre familiares cuidadores de personas con gran dependencia. La perspectiva crítica femenina reluce no solo en 'Cuerda'; también en 'Cartas al emperador', sobre las mujeres de la vida de Carlos V; en 'Efecto Matilda', escrita por la propia Fulconis y sobre la desigualdad en el mundo laboral, o en 'LOBA', sobre Bette Davis y cómo la mujer desaparece a partir de los cincuenta años.

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«'Cuerda' se encuentra en línea totalmente con nuestros ideales y lo que creemos que debemos hacer», asevera la compañía. «Buscamos que nuestros espectáculos tengan trasfondo social y hagan pensar, sin dar respuesta a nada; queremos que el publico se siente y se haga preguntas, y que el espectáculo no termine cuando se cierran las puertas, sino que continúe después en sus reflexiones».

El boom de la visibilización y concienciación en torno a la salud mental no ha dejado indiferente al arte: «La aportación de la cultura es que ayuda a normalizar; antes era más difícil abordar estos temas, se tomaban como algo menos importante y la gente no quería escuchar ciertas cosas», sopesan.. «Ahora muchos espectáculos hablan de ello, la programación está cada vez más abierta y el público se siente más sensibilizado y dispuesto a dejarse desafiar ante números incómodos, que remueven y afectan».

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