

Secciones
Servicios
Destacamos
Llena de familias disfuncionales y personajes bipolares, con dobles vidas en el Hades y entre los humanos, la mitología clásica es, además de un decálogo ... moral y un manantial de traumas renombrados por la psiquiatría, el aliento del Festival de Mérida. Este miércoles estrenan en el escenario romano 'Tiresias', obra que firma José Manuel Mora, director de la Escuela Superior de Arte Dramático de Castilla y León, con tres vallisoletanos en el elenco y un compositor soriano a cargo del espacio sonoro.
«Tiresias es una figura tangencial que aparece en varios relatos clásicos pero nunca es protagonista. Anticipa lo que ocurrirá y dice lo que nadie quiere oír. Relegado a un papel secundario siempre, nos pareció que provocaba suficiente interés como para convertirlo en protagonista ya que su mensaje tiene calado en el mundo actual», explica Mora, coautor junto a Carlota Ferrer y Joan Espasa.
«En la obra Tiresias cuenta como alcanza el don de la adivinación a su hija Manto, como pasa por la transformación. Es un hermafrodita que conoce el ser mujer y transita a hombre. Pierde la condición femenina y gana ese don. Esa parte se basa en la 'Metamorfosis' de Ovidio. Y por otro lado, está Tiresias en las grandes tragedias griegas; 'Las Bacantes', 'Edipo' y 'Antígona', además de un encuentro final con Ulises», aclara el dramaturgo.
Texto. José Manuel Mora, Carlota Ferrer y Joan Espasa.
La acción sucede en una escena sobria organizada en torno a un árbol central de siete metros y un elemento y color identificativo de cada tragedia. Concebido como montaje intemporal, han elegido un atrezo muy dinámico sin ser historicista.
«Lo que recorre la pieza es la desazón y la soledad del que busca la verdad y no es escuchado. La tragedia no es que esté ciego, sino el conflicto básico de la clarividencia del ciego y la ceguera del visionario. La tragedia verdadera es que lo que revela a los poderosos no es escuchado. Hay una escena en la que Tiresias lamenta ante su hija que su don no sirva para nada y se duele de que si ella lo hereda sufrirá lo mismo».
«El don es mi castigo», afirma Tiresias. Su clarividencia poco tiene que ver la magia, apunta Mora. «Es alguien que observa, analiza y, conforme a unos principios, revela su conclusión, pura aplicación de la razón. La tragedia constata la necedad del poder, como un virus que anida siempre, a la que se enfrenta el profeta. Quien nos dice la verdad es el enemigo, constata».
Los textos contemporáneos están imbricados con los clásicos y termina con un guiño aforístico griego que Carlota Ferrer ha querido utilizar como espectacular colofón. Trabajan juntos desde hace más de tres lustros y ganaron un Max al montaje revelación con 'Los nadadores nocturnos' al que les siguieron 'Los nadadores diurnos'.
Carlota Ferrer, responsable de la escena, propone a los actores una interpretación multidisciplinar, en la que bailan y algunos cantan, y desdibujando los límites entre persona y personaje. El espectáculo girará por España, de Mérida irá a Murcia, Málaga, Valencia Huelva y seguirán confirmando más paradas, para acabar en el Bellas Artes de Madrid en junio de 2025.
Tagore González vuelve a trabajar con Ferrer y Mora. «Este es mi quinto montaje con Carlota, ya nos empezamos a conocer. A partir de la lectura del texto, anoto mis primeras ideas de sonoridades instrumentales, el estilo. Luego pongo en común con la directora y nos preguntamos a qué suena esta obra. Al principio suele haber muchas dudas, pero yo confío en la intuición, donde te lleva la textura sonora, manejamos las referencias que nos hacen llegar a un punto común».
En este caso «vimos claro desde inicio que nos imaginamos la presencia de una soprano. Luego dentro el ambiente te da alguna pista aunque somos bastante libres y eclécticos a la hora de ceñirnos a una época o estilo. Buscamos músicas para que el texto vibre más».
Para Paula ha compuesto varios fragmentos originales, piezas intercaladas entre las escenas. «También hay un 'bach', un lamento (Schumann) además detechno, música electrónica, contemporánea, una flauta barroca y un clarinete», recuerda González. Otro actor, Carlos Beluga, hace una versión con guitarra.
A diferencia del cine, la música en el teatro no suele dejar tanta huella. «Siempre me pregunto si podemos trabajar al margen de la palabra. Con Carlota es muy interesante porque sale y entra del texto constantemente, pudiendo poner la música en primer plano», dice González.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.