El Silo, una innovadora casa de cultura de iniciativa privada entre máscaras y títeres

También ha trabajado Miguel Jerez en producciones de teatro musical, de sombras y objetos con compañías como Azar, Corsario o Kull d'Sac. 'El rey de los grillos' o 'Dientes de elefante' son algunos de los espectáculos con los que ha alzado telones. Ahora se prepara para descorrerlos en otro escenario: El Silo-Casa de la Cultura, un local en el barrio de San Nicolás donde va a estrenar el proyecto en el que lleva años trabajando. De él pretende vivir, pero también, asegura, «generar una sociedad más amable. Estoy convencido de que la cultura es la herramienta con la que se puede contribuir a ello», refiere Miguel Jerez mientras ultima arreglos en la sede que abrirá sus puertas el 20 de septiembre en la calle Imperial, 26.

¿Con qué iniciativas aspira a plasmar ese reto fundacional? talleres de formación y exhibición con profesores especializados en teatro de sombras, máscaras, títeres, música, educación ambiental, baile y otro tipo de actividades como mediación lectora, que generen contacto entre los asistentes, son algunas de las propuestas con las que echará a andar El Silo. Algunas de ellas, cuenta, son prolongación de las actividades que ha venido organizando sin sede desde 2020 junto a María Huerga. Una de ellas es la cita 'Baila como si nadie estuviera mirando', que tiene lugar periódicamente en el pub El Desván del Deseo (Cantarranas). Estas sesiones se plantean no solo desde su parte práctica, «sino que a través de un debate, con un buen vermú por medio, abordamos aspectos como el origen y las connotaciones de diferentes danzas, desde las clásicas jotas hasta el baile tradicional en el sur de Italia o en África».

Añade también el gestor cultural que en talleres como el de batucada «intentamos profundizar en su origen y significado, abordar esa práctica desde otros puntos de vista generando debate y reflexión».

La atracción y el dominio visual que ejercen los silos erguidos en el horizonte del paisaje castellano ha llevado a Miguel Jerez a nombrar así este proyecto, que se nutre de la experiencia de actuaciones llevadas a cabo en barrios, bien a través de iniciativas de mediación cultural o de participación ciudadana como las que ha realizado con asociaciones de vecinos en los barrios de Las Flores y San Pedro Regalado. «Cuando en una sociedad la gente se implica haciendo cosas en común, se abren nuevos espacios mentales, así lo he comprobado en talleres de títeres, de percusión, o de máscaras y disfraces con actividades preparatorias alrededor del Carnaval, ahí se genera un valor inmaterial, cosas mucho más poderosas que van más allá de las actividades artísticas», subraya. «Como sociedad nos falta muchas veces pisar el freno y tratar de reconocer al otro y sus diferencias; el problema es la velocidad a la que vivimos, no pararse a escuchar. Yo estoy convencido de que la cultura y las actividades artísticas crean otra lógica que permite pensar sobre esto».

Formado en el mundo de la escena en el grupo Odin Teatret de Dinamarca y con estancias en Brasil, India, Colombia o Argentina entre otros países, Miguel Jerez imparte seminarios sobre la técnica del actor performer y canto coral. Es consciente de que el principal obstáculo para levantar un proyecto cultural en España es la falta de convicción: «Como sociedad nos cuesta creer que se puede llevar a cabo una propuesta con la que puedes pagar las facturas; la cultura es mucho más que entretenimiento, genera proyectos profesionales y cada vez en más ámbitos».

Otro de sus planes para El Silo es crear un taller práctico y de formación en folclore tradicional y otro de lectura para adolescentes. «En torno a los libros se abre todo un abanico de posibilidades para acercarse a ellos», afirma ilusionado el actor y musicólogo de 35 años mientras maneja con ternura a Agua, una de las marionetas de su espectáculo 'Dientes de elefante'. El ideario de su innovadora propuesta apela, en palabras de Jerez, a la creación de «un espacio donde lo físico y lo simbólico confluyan en lo comunitario; aquí la cultura se entrelazará con la vida cotidiana, brindando un lugar de encuentro donde reconocernos y cultivar una sociedad más amable».