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No hay ensayos. 'Ilustres ignorantes' se basa en la improvisación, la ocurrencia y las conversaciones que dan pie a la carcajada. El programa que Javier Cansado, Pepe Colubi y Javier Coronas protagonizan en #0 de Movistar+ sale periódicamente de gira por teatros y este sábado (20:30 horas, entradas 20-22 euros) toma el Carrión con el humorista vallisoletano J. J. Vaquero como invitado. «El humor es una forma de vida, como el carbono o el oxígeno, un elemento evolutivo del ser humano». Pepe Colubi (Madrid, 1966) llegó al extremo de utilizar el humorismo en el funeral de su madre. «Ella era muy fan del programa 'Muchachada nui', en particular del personaje de Joaquín Reyes, Enjuto Mojamuto, que le hacía una gracia especial. Así que lo hablé con mis tres hermanas y en el tanatorio, encima del ataúd, colocamos una chapa enorme con el dibujo de Enjuto Mojamuto, rompiendo el hielo y causando estupor en toda la gente que se acercaba a presentar sus respetos. Fue una especie de homenaje a mi madre», recuerda.
–Si en este espectáculo basado en la improvisación falla lo espontáneo ¿a qué se agarra?
–La ventaja del formato es que tienes a otras personas que están apoyando, no estás solo ante el peligro. Hay chistes que pueden no funcionar pero en mi caso tienes a Cansado y a Coronas nada menos para sacarte las castañas del fuego. A veces hacemos chistes sobre lo mal que ha ido el que acabas de hacer, con lo cual el comentario se regenera. Esos resbalones se utilizan como gasolina para el propio 'show'. Somos un grupo de personas a favor de obra, no hay ninguna competencia y los espacios muertos acaban siendo parte de la misma obra.
–Han elegido a J. J. Vaquero como invitado.
–Es uno de los grandes en capacidad de improvisación, gracia natural e ingenio. Un lujo tenerlo y más en su ciudad.
–¿Cómo lidia un humorista con la frustración de no conectar con el público?
–Eso nunca nos ha sucedido. La mejor manera de ver si esto no funciona es que al principio no llenábamos teatros, y ahora sí. La gente que nos ha visto, el boca a boca y la constancia han hecho el resto. Si no conectase con los espectadores me vendría abajo, pero la comunión con el público se siente desde el minuto uno de cada función.
–¿Qué asuntos son más risibles para el público?
–No hay una respuesta única. Hay distintos tipo de humor y artistas que emiten desde lugares poco similares, cada uno tiene su público. Algunas audiencias se solapan, se ríen con comedias románticas, con monólogos elevados americanos... el humor es muy subjetivo. Incluso el concepto de hacer gracia varía desde la risa irónica a la carcajada estruendosa. Todo suma.
–¿Está más valorado el drama que la comedia?
–El dolor lo traemos de serie en la vida y el humor hay que ganárselo. Me parece que la risa se menosprecia frente al drama en el cine, en la literatura... es lo que trasciende. Tener una actitud humorística con matices de sarcasmo, ironía, distancia... me parece fundamental para sobrellevar lo que es vivir.
–¿No hay sensación de empacho de monólogos y clubes de la comedia?
–Bueno, hay que tener en cuenta que veníamos de la nada. Gila, Pepe Rubianes...pero eran predicadores en el desierto. Ha habido un efecto rebote de tener ahora no diría un aluvión, porque sería peyorativo, pero sí donde escoger. Estamos en un momento estupendo.
–¿Tiene el humor líneas rojas?
–Yo creo que sí. Están en cada uno mismo. No me refiero a la autocensura, sino al sentido común. Puedo reírme de muchas cosas, pero hay otras de las que puedo no hacer un chiste. Otra línea roja es el humor malo, el mal hecho. En su nombre se cometen también muchas tropelías. Hay magníficos ejemplos de monologuistas tratando temas delicados de manera incontestable. Cuando es malo, lo mejor que puedes hacer es ignorarlo. Los límites del humor están en sus contextos. No es lo mismo una obra de teatro, un tuit, una reunión de amigos, que una película.
–¿Qué personaje de la actualidad le provoca más risa?
–Hay muchos que además provocan una mueca de desagrado, como Donald Trump. Empezó todo el mundo riéndose de él, pero no sirvió para nada, incluso cuando la farándula de Hollywood se puso en su contra advirtiendo quién se nos venía encima. Seguimos riéndonos de él pero no le afecta, le hace más fuerte ante sus bases. Y así en muchos otros lugares del mundo.
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