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La actriz Jessica Burgos en una escena de 'Dos contra la pared' . Mireia Martínez

El otoño teatral llega a Valladolid cargado de dramas sociales y familiares

Comedias y textos clásicos coronan la oferta escénica del fin de semana

Samuel Regueira

Valladolid

Miércoles, 18 de septiembre 2024, 21:12

El cambio de estación supone dejar atrás el paréntesis estival, la época luminosa del calor, la risa y los conciertos y dar paso a tonos ocres y más reflexivos, antesalas del frío invierno que está por venir. Así lo han entendido también los espacios teatrales ... de Valladolid, que brindan distintas propuestas caracterizadas por la crítica social y el drama, en ocasiones aún salpicado por brotes humorísticos.

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Es el caso del Teatro Cervantes, que el sábado estrena 'Dos contra la pared', a cargo de EnaGna2 Teatro. Escrita y dirigida por Víctor Contreras, la obra se apoya en el trabajo de Jessica Burgos y Juan Carlos Sola para hablar de la relación que nace entre dos personas que viven en la calle: «Hablamos de cómo pasar del distanciamiento y la lucha por el territorio a conocernos y ver que compartimos miedos, soledades y vivencias de quienes se encuentran en situaciones similares», anticipa Burgos.

A veces dialogada y en ocasiones sustentada a base de monólogos, 'Dos contra la pared' alude a «las enfermedades sociales que se contagian por el mínimo contacto corporal», en palabras de su protagonista. La obra, estrenada en Alemania en 1987, se presenta ahora por primera vez fuera de Madrid debidamente actualizada, con las pertinentes críticas políticas y lecturas de género y clase que hablan de nuestro siglo XXI, «aunque la base es la misma, un soporte bastante universal», explica Burgos.

En una esfera más familiar acerca Jaime Ossorio a la sala Al Norte a la Izquierda el sábado 'Secretos de familia', una tragicomedia negra original de Ignasi Vidal protagonizada por tres hermanas (Asunción Sanz, Mercedes Bernal y Alba Suárez) que se reúnen a raíz del entierro de su padre: «Son supervivientes emocionales de un pasado que comparten dolores y alegrías; llantos, iras y carcajadas, y solo el amor las salvará de la perdición que entrañan los secretos descubiertos de la familia», adelanta su director.

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Su principal virtud, a su juicio, es «la realidad y verosimilitud que desprenden sus protagonistas», gracias a un trabajo minucioso de ocho meses de ensayo con el cual «sus estados de ánimo se contagian al público, que suben y bajan junto a ellas en un carrusel de emociones».

Con bastante más mala baba trae Alejandro Gibaja el viernes 'Cuando secuestramos al jefe', una obra «políticamente incorrecta» en la que dos jóvenes secuestran al Jefe del Estado para hacerle conocer la realidad vital, aspiracional y habitacional de una generación. «Hacemos comedia y crítica contra el racismo y la homofobia, contra la izquierda y la derecha», explica. «Hablamos al final de las dos Españas enfrentadas, de cómo se ha construido este país a base de odios, manipulaciones y rencor, y de cómo tenemos que avanzar a partir de aquí con estos cimientos».

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Humor en la escena

Entre otras propuestas más ligeras, al menos en apariencia, en los diferentes espacios escénicos, destaca el arranque de la temporada de ImproValladolid, también el viernes en el Zorrilla, que completa el fin de semana con el flamenco de Rafael Ramírez en 'Lo preciso' y una segunda incursión en terrenos lorquianos, tras acercar la pasada semana 'La casa de Bernarda Alba', este domingo con 'Yerma'.

«Es una versión a nivel de escenografía minimalista y que respeta el texto de Lorca actualizándolo al lenguaje de nuestros días», avanza Sergio Mínguez. Protagonizada por Silvina Caruana y Mario Álvarez, la adaptación busca con su puesta en escena «que el espectador se pueda centrar en los versos lorquianos y su lenguaje poético a través de la interpretación de los actores».

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Los Payasos, en el Cervantes

En el resto de la oferta escénica, el Teatro Cervantes apuesta el domingo para el público infantil por la nostalgia con 'Los Payasos', que rescata los temas más míticos de la 'troupe' de Fofó, Gaby y Miliki o de Teresa Rabal. Equívocamente nostálgico es, en cambio, 'El ventrílocuo' de Jaime Figueroa, en la que el viernes viene a «recuperar un género que parecía dormido pero donde se ven posibilidades desconocidas», anticipa su responsable. Y es que, a diferencia de a lo que nos tuvieron acostumbrados José Luis Moreno o Mari Carmen y sus muñecos, «aquellos eran cómicos extraordinarios pero más cercanos a los títeres para adultos».

Figueroa se arrima más a la magia en su afán por no mover los labios y crear una microsociedad, como cualquier novela coral, a base de voces que confieren personalidad y textura a sus personajes: «Los personajes, en este show, acompañan al ventrílocuo, que no desaparece sino que tiene una implicación central con su propia vida en el argumento», anticipa. Más allá de descansar el show en el carisma de sus acompañantes, Figueroa asume un rol de peso y reflexiona sobre sus verdades artísticas, las metáforas de las personalidades y también de su trayectoria personal y vital; «a través de un lenguaje moderno que construye arte popular de forma contemporánea».

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Por último, el Teatro Carrión aparca sus proverbiales monólogos y reserva el fin de semana para tres musicales tributo bien diferentes, con 'El Señor de los Anillos' sinfónico, el viernes; 'Querido Diario' el sábado y 'La Sirenita' el domingo.

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