César Cadaval, de Los Morancos

«Necesitamos que la gente esté un poco menos enfadada»

–Cuatro décadas al servicio del humor. ¿Cómo se sobrevive a ello?

–Pues trabajando mucho y teniendo la suerte de caer bien a todo o a casi todo el mundo. Nosotros comenzamos cuando aún se decían muchas cosas dentro del humor y también alguna que otra barbaridad. Pero a nosotros siempre nos ha ido bien. Creo que no hemos cometido errores fatales y, salvo algún irritado de estos de las redes sociales, la gente siempre nos ha querido muy bien.

–'Bis a Bis'. ¿Creen que hay demasiada crispación contra los humoristas o contra los que se exponen públicamente?

–Hay gente muy cabreada siempre, la verdad. Y yo creo que ya está bien de tanta crispación y de tanto tío enfadado en el twitter y en esos sitios. Creo que ya somos todos mayorcitos para saber en qué charcos no meternos y por lo demás, que nos dejen un poco en paz y que nos dejen disfrutar del humor. Necesitamos que haya menos gente enfadada.

–El 'Stop Insultos' ya ha llegado a primera línea de la política española fíjese…

–(risas) Ya me hago cargo ya… Bueno, el tema de los políticos es otra liga que no tiene que ver tanto con el humor aunque a veces da bastante risa. Se pide que no se insulte pero a la vez se insulta… No sé… es un poco raro todo ¿verdad? Pero nosotros estamos de acuerdo en que nos tranquilicemos todos y nos llevemos un poquito mejor.

–Debutaron en la tele haciendo de yanquis jugando con el flamenco… ¿Cómo recuerdan aquella primera noche en el 'Un, Dos, Tres…'?

–Aquello fue la bomba. Entre el público estaba Santiago Carrillo y recuerdo que nos miraba atónitos porque veía a unos yanquis cantando flamenco y parece que no le hacía mucha gracia, claro. Cuando deshicimos el lío y comenzamos a hablar ya con acento andaluz, la gente se partió de risa. Fue un impacto que nos catapultó a nivel nacional, la verdad.

–¿Cuánto deben a personajes como 'Omaíta' o a Antonia?

–Pues todo, fíjate. Son personajes con los que la gente siempre se ha identificado mucho. ¿Quién no ha conocido nunca a una Omaíta o a una Antonia de verdad? Hemos jugado con personajes muy cercanos a la vida real que además han tratado siempre temas muy cotidianos.

–¿Cómo sobreviven a los nuevos tiempos del humor?

–Pues actualizándonos, claro. Nuestro nuevo show recupera a esos personajes y a otros. Y lo hace tratando temas de actualidad, de todo lo que está ocurriendo en estos momentos en el país y en todo el mundo. Cualquier persona que haya nacido hace unos pocos años ya puede reírse de nuestro espectáculo. Y se reirá bastante, ya lo creo.