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Con más de 200 premios a sus espaldas, que le han convertido en leyenda viviente del cine y el teatro, en Argentina y en España, Miguel Ángel Solá presenta en el Zorrilla 'Doble o nada', una obra de éxito acreditado con la que se lanza ... a la piscina cada día para crear una nueva función diferente. «Es pan recién horneado todo el tiempo. No es habitual, y el resultado es que sucede algo mágico en escena».
'Doble o nada' es la última reencarnación de una obra veterana de Sabina Berman, cuyo título original era 'Testosterona' y que la autora permitió cambiar. La trama gira en torno a un dilema profesional. El director de un periódico (Miguel Ángel Solá) ha decidido retirarse y debe elegir a su sustituto entre dos candidatos: una mujer (Paula Cancio, actual pareja de Solá) y un varón que no aparece en escena. Pero ella ha decidido ser madre y es consciente de la responsabilidad de compatibilizar su nuevo cargo con la maternidad. «Su vida está cambiando y necesita una razón de peso para sentir que ese ascenso merece la pena», asegura Sola. En torno a esta trama se van articulando reflexiones sobre la ambición, la felicidad, la manipulación, los objetivos vitales o el papel del trabajo.
«Somos seres incompletos, pero aspiramos a completarnos, aunque no lo vayamos a lograr nunca», opina Solá, que defiende que, al final, lo más importante de la existencia es la verdad y la honestidad. «Uno tiene que crecer haciendo. Y al mismo tiempo, creces cuando aprendes a querer eso que haces», explica.
Él mismo está convencido de ser un ejemplo de esa pasión. Una vocación que le lleva a reinventar cada día una obra como 'Doble o nada' por el placer profesional de sentirse artífice de un trabajo vivo. «El sentido que se va buscando es el mismo; la partitura es la misma; pero lo que ocurre con el actor en el escenario va cambiando. Los personajes se orientan cada día hacia donde los actores deciden en ese momento», explica. Ello es posible por la puesta en escena que concibió el director Quique Quintanilla, ya fallecido. «Es una pena que en Valladolid solo demos una función. Si hubiera más, se podría comparar y ver cuánto cambia la obra de un día a otro».
El actor argentino, al que conocimos en España de la mano de Mario Camus ('La playa de los galgos'), Basilio Martín Patino ('Octavia') o José Luis Garci ('Tiovivo c.1950'), se sintió obligado el año pasado a dar la voz de alarma sobre su situación de precariedad y escasa actividad laboral. «No fue una queja», matiza Solá, «sino explicar lo que estaba pasando».
Y lo que pasaba es que la experiencia y el prestigio acumulados apenas le servían para encontrar papeles, ni siquiera de personajes secundarios. Una situación que ha cambiado muy poco en este último año, según su apreciación. «No le hago ascos a ningún tipo de trabajo. Tengo la mala costumbre de comer cada día y quiero ser capaz de traer el pan a casa», explica. Solá lamenta que sea difícil para los actores de edad encontrar incluso roles secundarios, como abuelos. «Es lo que hay. Me puede pasar a mí como a otros muchos actores de este país».
A la dificultad principal se suman otras. «Hace unos días me llamaron para un pequeño papel en una serie y acepté. Pero como trabajamos con menores, me tocó pedir un certificado de no haber estado implicado en delitos sexuales para poder trabajar. Yo, que no he cometido ningún tipo de delito en mi vida», asegura Solá. Y se pregunta si no sería posible obtener esa información sin hacer pasar a los actores por ese trámite. «Se te van trabando las cosas, porque a los 70 años tener que rellenar formularios raros que te agobian…», se lamenta.
«Vivo sin lujos, pero amo lo que hago y siento orgullo de mi trabajo. Puedo decir que todo lo que he hecho ha sido decente y que hago todo lo que puedo para ser mejor cada día. Y, además, trabajo con la persona que quiero», asegura, para recalcar la importancia de mantenerse en activo. «Uno no es dueño, sino portador de su talento, y hay que ser generoso y entregarlo. Y el mío no puede llevarse a otro sitio más que a la escena».
'Doble o nada', con Miguel Ángel Solá y Paula Cancio. Sábado 16 de octubre, 20:30 horas. 25 euros. Teatro Zorrilla.
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