Integrantes de Chapitô durante la representación. Pío Baruque
Opinión

¡Ave, César!: las risas llegan al Palacio del Caballero

Olmedo Clásico ·

El público de la Corrala aplaudió con ganas y de pie a la compañía portuguesa Chapitô, que dejó a su paso mucha alegría

Micaela Moya

Ollmedo

Viernes, 26 de julio 2024, 18:15

La Corrala del Palacio del Caballero esperaba la llegada de la Companhia do Chapitô que, en su primera participación en el Festival de Teatro Clásico de Olmedo, presentó 'Julio César'. La obra se anunciaba como una creación teatral basada en distintas fuentes (Plutarco, Shakespeare) ... sobre la vida de esta figura histórica y se anticipaba que el César sería destimificado y despojado de su solemnidad. El resultado sorprendió al público ya desde el comienzo. La representación comenzó puntualmente con uno de los tres actores en escena, pero sin anuncios grandilocuentes, sin escenografía y con las luces de la Corrala prendidas. Los espectadores se pidieron silencio entre ellos y dirigieron la mirada al escenario, de donde no la despegarían en los noventa minutos que duró la puesta en escena.

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  • 'Julio César', sobre textos de Plutarco, Shakespeare y otros autores. Compañía Chapitô. Intérpretes: Jorge Cruz, Pedro Diogo y Susana Nunes. Diseño de luces: Bruno Boaro y José C. García.

Chapitô sorprendió al público con una propuesta donde el humor, el juego y un trabajo intenso con el cuerpo fueron los protagonistas. Con solo tres actores en escena (Jorge Cruz, Pedro Diogo y Susana Nunez), una ausencia completa de escenografía y un vestuario con pocas variaciones, pero con papeles y guantes brillantes como elementos centrales, consiguieron un repaso por los momentos cruciales de la vida de Julio César. Un recorrido particular, por momentos como si tratara de una suerte de documental, en el que no solo Julio César cuenta y luego muestra lo que ocurrió, sino que se recurren a otras voces (como la de su esposa, uno de los momentos más celebrados por el público) para completar la imagen de este personaje histórico. Los espectadores nunca perdieron la sonrisa. Hubo risas para todos los gustos y colores porque el registro que propone Chapitô no deja fuera a ningún espectador y bucea en las distintas formas del humor.

Las risas no se apagaron hasta que llegó el final de la obra, momento en el que primaron los aplausos. El público de la corrala aplaudió con ganas y de pie a estos tres magníficos actores. Ya a la salida, la gente seguía con la sonrisa dibujada, comentando y repitiendo algunos pasajes de la obra. Chapitô dejó a su paso mucha alegría y unas ganas locas de verlos en escena otra vez.

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