Máximo Valverde trae al Zorrilla su espectáculo de humor y copla

«Como todos los trabajos artísticos se deciden ahora a través de casting se me ocurrió que podía tratarse este asunto de una forma humorística», recuerda Valverde. Y así surgió 'Con ganas de reír' en el año 2009. La propia trama narrativa se articula en torno a enredos y equívocos y permite que la aspirante al trabajo, Santamaría, luzca sus habilidades como bailarina y cantante de copla. El propio actor aprovecha los interludios a que obliga el cambio de vestuario para recitar algunos poemas. «Recito uno de Benítez Carrasco, otro mío, y uno más de Paco Herrera que he alargado tanto que casi es propio también».

Por el camino, el veterano actor, que acaba de estrenar la película 'Amalia en el otoño', de Anna Utrecht y Octavio Lasheras, y que cuenta con más de treinta obras de teatro en su trayectoria, va recordando un sinfín de anécdotas y recuerdos. «Son historias que se refieren a personajes como Marifé de Triana, por poner un ejemplo, que comprenden especialmente bien las personas más mayores, de mi edad, pero que también llegan al público joven, porque son historias muy divertidas».

'Con ganas de reír' iba a ser el homenaje del Teatro Zorrilla a las personas mayores que su gestor Enrique Cornejo llevaba tiempo acariciando, pero que, nuevamente, tendrá que esperar. La idea original era una función benéfica, ocupada por inquilinos de residencias de la Tercera Edad invitados gratuitamente por el teatro, y con una obra en escena especialmente adecuada para ellos. Incluso la hora, las doce de la mañana del día 27, se había decidido pensando en los destinatarios de la función. Pero no podrá ser. Otra vez, pese a las vacunas, y pese a la reducción de las hospitalizaciones y las muertes, las medidas sanitarias se cruzaron por el camino de Cornejo y los invitados faltarán a su cita, pues no se les permite salir de las residencias. El traspiés ha obligado a hacer de la necesidad virtud, y, dado que la función se mantiene, las taquillas se abrieron ayer al público general.

«Es decepcionante», reconoció ayer Enrique Cornejo, quien en el último año ha soportado todo tipo de contratiempos, perjuicios y limitaciones a causa del Covid y las estrecheces normativas. «Así es muy difícil trabajar. Uno pone lo mejor de sí mismo, lo que ha aprendido en su trayectoria profesional, y todo su cariño hacia su ciudad… pero no se puede con todo. Yo no puedo esperar a ver si llueve, como los hombres del campo. Mi trabajo no es así».

El gerente del Zorrilla se lamentó no sólo del proyecto frustrado, en el que había puesto todo su cariño, ni por la improvisación de última hora a que le obligan las circunstancias sobrevenidas, que le fueron notificadas ayer mismo, sino, sobre todo, de la falta de claridad. «Tenemos que ayudar a normalizar la sociedad. Hay que reflexionar sobre todo esto con seriedad entre todos y dejar de lanzar mensajes contradictorios», manifestó Cornejo ayer.

El protagonista de la obra, Máximo Valverde, expresó del mismo modo su decepción por el forzado cambio de rumbo de la función. «Me parece fatal. Son decisiones políticas que no entiendo. Si los mayores ya están vacunados, no entiendo por qué se les priva de asistir a una función con todas las garantías».

«Con ganas de reír es una obra para todos los públicos, pero si alguno puede disfrutarla de forma especial son las personas mayores», reconoce el actor, «porque conocen todas las referencias que se manejan en el espectáculo». Aun así, Valverde recalca que la función se hará y confía en cosechar en Valladolid, pese al contratiempo, el mismo éxito y aplausos con que la obra ha sido recibida en toda España durante estos últimos años.