La dramaturga y directora burgalesa María Velasco. Ilde Sandrín

María Velasco: «El mercado es tiránico pidiendo repetir fórmulas de éxito»

El texto de la burgalesa 'Talaré a los hombres de sobre la faz de la tierra' es finalista de los Max y acaba de recibir un premio en Alemania

Victoria M. Niño

Valladolid

Domingo, 15 de mayo 2022, 00:09

Estrenó la pieza en el Festival de Otoño de Madrid en 2020 aunque este parece ser el año de 'Talaré a los hombres de sobra la faz de la tierra'. María Velasco (Burgos, 1984) es finalista de los Premios Max en la categoría de autoría ... teatral y se medirá el día 6 con Juan Diego Botto y Joan Yago, tres formas de entender el escenario. La semana pasada fue premiada en el Festival de Stüma (Heidelberg) por el jurado de la cita teatral más antigua de Alemania, lo que le abre la puerta a ser representada en alemán. YLa Uña Rota reúne una selección de sus piezas estrenadas entre 2014 y 2021.

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A pesar de todo, Velasco recuerda que su «éxito es relativo y marginal». «He tenido que hacer el esfuerzo de autoproducirme y todos los premios literarios y teatrales que han llegado han sido inversión e inyección económica para producir.Esa ha sido una constante. Empecé en 2013 con producción propia y he alternado proyectos alternativos y teatros oficiales. Esa ha sido mi reserva para abordar piezas más radicales».

Velasco ha titulado la recopilación de sus textos 'Parte de lesiones' porque «me gusta la idea de que el artista es un médico de sí mismo y del mundo, así lo vi al hacer al selección. Cada una de las obras confesionales representan para mí una lesión. Por eso el título y porque leídas en conjunto determinan un diagnóstico». Si tiene que nombrar su enfermedad la llama «vocación». «La escritura ya es una enfermedad. De hecho, la vocación tiene que ser un virus muy fuerte para que uno no acabe abandonando porque hoy parece que la escritura está fuera del tiempo, es algo obsoleto. La lectura ya tiene trabas y la escritura, aún más por la mutiexposición a los móviles».

Pertenece a la última hornada de dramaturgos españoles, con Alberto Conejero o José Manuel Mora, que se han formado en dramaturgia sin pasar necesariamente por la interpretación, que también frecuentan la dirección y que se han alejado del teatro narrativo para mezclar confesión, testimonio, documento y poesía.

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No la convence la etiqueta de emergentes «porque biológicamente ya no nos corresponde y porque, como decía una compañera, el arte siempre es emergente, la emergencia forma parte de su radicalidad».

«Llamo teatro de texto en libertad al material del libro porque hay una tensión con lo que la gente considera género teatral. El libro es disfrutable también para un lector de narrativa o poesía. Está escrito al margen de los cánones, hay hibridación de géneros. Y esto viene condicionado por mis lecturas. Como me dijo JuanGoytisolo, las grandes obras del siglo XX son una mezcla, una simbiosis entre ensayo y autobiografia».

Para Velasco, profesora también, la creatividad pasa por sentarse a escribir sin saber lo que pasará, sin tener etiqueta previa. «La escritura es un modo de contemplación, una forma de desarrollo espiritual y la creatividad necesita tiempo. Cuando forzamos el resultado por encima del proceso estamos traicionando una parte de la escritura que tiene que ver con el poso y el paso del tiempo y las revelaciones que solo pueden dar una obra cuando se han vencido resistencias, superados bloqueos y cansancios, es una carrera de fondo. Supone abrazar el riesgo y la posibilidad del fracaso. La sociedad pone todos lo impedimentos posibles porque el mercado es tiránico pidiendo repetir fórmulas en las que has tenido éxito. Me da miedo caer en eso, con mi talento tengo que crecer o decrecer, desafinar con mi voz».

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Lo dice la dramaturga que se ha hecho un hueco en las tablas pero «aún no en la narrativa», donde comienza a dar sus primeros pasos. «Intentaré una novela, como las coproducciones. Lo que no quiero es ser una mercenaria ni una artista cortesana».

Centralismo teatral

Doctora en comunicación audiovisual y profesora de la ESADCyL, Velasco bebe tanto de la filosofía como de la poesía, de Deleuze y Paul B. Preciado como de Alejandra Pizarnik o Chantal Maillard. De lo primero da cuenta su gusto por los monólgos; de lo segundo, su lenguaje. «La poesía es tan portadora de significado como los temas. Este punto de partida desafía los formatos naturalistas. Mi teatro es siempre controvertido para la crítica que tiene apego al realismo». 'Líbrate de las cosas hermosas que te deseo', 'La soledad del paseador de perros' y 'Talaré a los hombres de sobre la faz de la tierra' son tres de sus obras «confesionales». A las referencias citadas, hay que unir la Biblia.

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«Mi educación ha sido muy católica y estas obras suponen una especie de desadoctrinamiento que también pasa por el cuerpo», cuenta. Así una de sus protagonistas desprejuicia la mirada al inmigrante africano a través de una historia de amor en la que él resulta el colonizador, o la Malena de 'La soledad...' en América del Sur y «una manera de amar lejos del amor romántico». La premiada 'Talaré...' es un sorprendente monólogo de una mujer que se prostituye para ganar el tiempo de su doctorado y encuentra en la naturaleza un universo metafórico. Velasco escribe Soria, escribe Burgos, ciudades a las que no llega su teatro. «El teatro enEspaña está muy centralizado. El centralismo nunca me ha preocupado por los artistas sino por el público. Tengo mis quereres y mi familia en Burgos y me pregunto qué les llega de cierta contracultura. En general las humanidades cumplen una función de higiene mental».

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