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El teatro Lope de Vega, en una postal que muestra la fachada original, previa a la que se llenó de azulejos en 1920. EL NORTE
Lope de Vega: el teatro más antiguo de Valladolid que nació «con vocación de segundón»

Lope de Vega: el teatro más antiguo de Valladolid que nació «con vocación de segundón»

Inaugurado en 1861, es la sala escénica más antigua que se conserva en la ciudad y ahora afronta un proceso de restauración

Víctor Vela

Valladolid

Domingo, 14 de noviembre 2021, 08:12

Cuando se estrenó en el año 1861, no fue muy bien recibido por la ciudadanía, como reflejaban las páginas de El Norte de Castilla. Primero, por su ubicación (entonces no muy céntrica). Y segundo, por las sospechas de chanchullos. La licencia para su construcción se concedió con una sorprendente celeridad (cuando el trámite solía tardar meses), ya que el entonces arquitecto municipal, Vicente Miranda, había colaborado con el promotor, José León, en otro proyecto para levantar un teatro y, además, declaró en ruina el de la Comedia (competencia de este Lope de Vega). El arquitecto fue Jerónimo de la Gándara (firmó luego también el Teatro Calderón).

«El teatro Lope de Vega nació con vocación de segundón», escribe José Miguel Ortega en 'El siglo en que cambió la ciudad', un libro editado por el Ayuntamiento en el año 2000. Allí, Ortega repasa los primeros años de este teatro, cuya primera piedra se colocó el 11 de abril de 1861. En apenas unos meses, ya estaba listo. A principios de octubre ya comenzaron a llegar las decoraciones. El 20 de octubre se dieron por concluidas las obras: «Habrá otros teatros más monumentales, pero no más elegantes y adornados», decía la prensa de la época.

Para bautizarlo, se manejaron varios nombres. Se barajó la posibilidad de llamarlo Jovellanos, pero esta opción fue muy pronto desechada. Al final, la discusión estuvo entre Calderón (nombre que recibiría tres años después el otro teatro de la ciudad) y Lope de Vega.

CRONOLOGÍA

  • 6 de diciembre de 1861: Inauguración del teatro, con la obra 'El premio del bien hablar'.

  • 3 de octubre de 1865: El poeta José Zorrilla se sienta en sus butacas para seguir la representación de 'Sancho Gracia'.

  • 1908: Comienza la proyección habitual de películas. Cinco años después, la sala se convierte en teatro-cine.

  • 1920: Reforma de la fachada

  • Abril de 1930: El teatro acoge la actuación de Josephine Baker.

  • 9 de enero de 1940: Proyección de la primera película sonora, 'La sirena del puerto'.

  • 16 de septiembre de 1960: Remodelación del vestíbulo

  • 3 de abril de 2000: Cierre del cine, con la película 'El arte de morir' En septiembre, se convierte en sede de la Oscyl.

  • 2006: En marzo, el Ayuntamiento decreta el cierre definitivo. En abril, Caja Duero compra el inmueble en subasta pública por siete millones.

  • 11 de noviembre de 2020: El Ayuntamiento se hace con la titularidad

Este nombre final se decidió en Madrid, en una reunión llevada a cabo en la casa del historiador y político Gregorio Cruzada Villamil, quien, curiosamente, o no, vivía en la calle Lope de Vega, donde celebraba animadas tertulias. Durante uno de esos encuentros se bautizó al teatro vallisoletano. En el encuentro estuvieron presentes J. Eugenio Hartzenbush, Antonio García Gutiérrez, Abelardo López Ayala, Tomás Rodríguez Rubí, Eulogio Florentino Sanz y Manuel Tamayo y Baus, según consigna en su obra José Miguel Ortega.

El teatro finalmente abrió sus puertas el 6 de diciembre de 1861. La primera representación fue 'El premio del bien hablar', una obra que no gustó mucho. Y después, se dio lugar a varios poemas escritos para la ocasión por Harzenbusch, Fernández Guerra, Tamayo, Manuel del palacio o Núñez de Arce. La mitad de la recaudación de aquella velada se destinó a la Casa de la Beneficencia.

«Inútil nos parece decir que las butacas, los palcos, las grada, los pasillos y cuantos sitios se alcanzaba con la vista o el oído estaban ocupados», decía el cronista de El Norte de Castilla, que se hacía eco del estreno en el periódico del 8 de diciembre de 1861. Las butacas estaban ocupadas por «lo más escogido de nuestra sociedad, en categoría, riqueza y hermosura, sin que nos sea posible citar personas, porque estaban todas las que podía contener el coliseo, que presentaba el golpe de vista más grandioso que pudiéramos escribir, ya por la elegancia de los preciosos adornos y pinturas co que está decorado, ya por la multitud de luces de gas, que derramando por todas partes un torrente de claridad, permitían examinar hasta los más retirados sitios de la sala y, por consiguiente, apreciar en todo su valor la belleza de nuestras elegantes vallisoletanas«, decía la crónica del periódico.

El texto continuaba con lo que ocurrió después. «Descorrido el telón, y a los mágicos sonidos de la marcha real, que tocó la banda militar del regimiento de Almansa, colocada en corercta formación en el escenario, descubrió nuestra primera autoridad civil el retrato de la augusta soberana doña Isabel II, colocado en el sitio preferente de costumbre».

El programa contó con una sinfonía compuesta para la ocasión «por el señor Brizuela», una loa al Féxix de los Ingenios (a cargo de Ventura de la Vega) y la representación de 'El premio del bien hablar'. Al terminar el acto, el arquitecto salió al escenario y recibió «la más completa ovación».

La ciudad se asomaba así a un teatro firmado por Jerónimo de la Gándara (junto a José María Guallart) y que contó con pinturas de José Vázquez y José Vallejo y Galeazo. El retrato de Lope de Vega que preside el arco del proscenio es del pintor Francisco Sala. La vestimenta del escritor es la de eclesiástico, la forma habitual con la que se representaba al autor.

Arriba, el Lope de Vega, abarrotado en una representación de los años 90. Debajo, colas pasra la Seminci y medallón con una ilustración del escritor, sobre el escenario. HENAR SASTRE/CARLOS ESPESO
Imagen principal - Arriba, el Lope de Vega, abarrotado en una representación de los años 90. Debajo, colas pasra la Seminci y medallón con una ilustración del escritor, sobre el escenario.
Imagen secundaria 1 - Arriba, el Lope de Vega, abarrotado en una representación de los años 90. Debajo, colas pasra la Seminci y medallón con una ilustración del escritor, sobre el escenario.
Imagen secundaria 2 - Arriba, el Lope de Vega, abarrotado en una representación de los años 90. Debajo, colas pasra la Seminci y medallón con una ilustración del escritor, sobre el escenario.

La inauguración del teatro Calderón, convertido en competencia, hizo que el teatro poco a poco intentara mejor, por eso se colocó una nueva araña en el vestíbulo y se estrenó un nuevo telón de boca, pintado por el escenógrafo Baldomero Almejún.

La fachada que veían los vallisoletanos de aquel año 1861 es muy diferente a la que se puede contemplar en la actualidad en María de Molina. La primigenia contaba de tres huecos rematados por un frontón, dentro de la línea clasicista habitual en la obra de De la Gándara. En el centro del frontón había un busto en relieve del escritor, obra del escultor aragonés Ponciano Ponzano.

Este busto desapareció con la remodelación del año 1920, en el que se restauró por completo la fachada. Se mantuvo la estructura de tres puertas y ventanas, pero se eliminó el frontón, con una cornisa de remate. El frontispicio actual es más alto y toda la estructura se revistió con azulejos de Talavera. Se colocó un medallón de cerámica pintada con el rostro del escritor y una cartela donde puede leerse 'Phoenix'. A Lope de Vega se le conoce como 'el fénix de los ingenios'. Los azulejos presentan alegorías del arte lírico y dramático. Además, se incorporó sobre las puertas una visera protectora para la lluvia.

«Se ha hecho nueva la fachada y es de puro estilo español», contaba El Norte de Castilla. «Lucen en ella azulejos de Talavera con bellas alegorías del arte lírico y dramático, y dos florones con la leyenda '1861' y '1920', fechas, respectivamente, de la inauguración y del remozamiento del clásico coliseo. En el centro un medallón con el busto del fénix de los ingenios, fray Félix Lope de Vega. Y la rematan enhiestas columnas que sostienen potentes focos electricos«, decía el periódico. Y seguía: »Además, a semejanza de algunos teatros de Madrid, Barcelona y Valencia, se está colocando una esbelta marquesina que cubre las tres puertas de entrada«. »Todo muy elegante y m uy artístico: acusa la dirección peritísima del arquitecto-artista, nuestro paisano don Fidel Mantilla«:

Esta de 1920 es una de las muchas rehabilitaciones que ha vivido el teatro a lo largo de su historia. Anteriores fueron las de 1896, cuando se instalaron nuevas butacas y se dotó al edificio de luz eléctrica. En 1960, se restauró especialmente el vestíbulo.

Anuncio publicado el 9 de enero de 1940, en El Norte, con la llegada del cine sonoro al Lope de Vega. EL NORTE

El teatro vivió un hito importante en 1940, cuando se proyectó allí su primera película sonora. Fue 'La sirena del puerto', con Dolores del Río. Hubo dos sesiones (a las 19:00 y 22:30 horas) y el Lope de Vega se reivindicaba como «la más moderna instalación».

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