Dany Boon, actor de 'Bienvenidos al Norte', y Jorge Calvo (a la derecha) en el papel de Rosa, señora de la limpieza mexicana.

Jorge Calvo, el actor que triunfa en un teatro de París sin saber francés

El intérprete vallisoletano ha llenado durante dos meses y medio el Teatro Antoine con 'Ocho euros la hora'

Jesús Bombín

Valladolid

Lunes, 8 de abril 2019, 07:29

A Jorge Calvo (Valladolid, 1968) no le asustan los desafíos, aunque sean descabellados. La inusual correría de este actor todoterreno con experiencia en series como 'Manos a la obra', 'Isabel', 'El secreto de Puente Viejo' y 'Amar es para siempre', y en filmes como 'La ... caja 507', comenzó el verano pasado. Siempre a la caza de oportunidades, se enteró de que una productora buscaba a un actor hispano para un personaje en una obra de teatro en Francia. «Soy amigo de Rossy de Palma desde hace años, le pidieron que propusiera a alguien para el casting y les habló de mí, así que hice las pruebas de vídeo y les gusté».

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Antes de comenzar los ensayos el 20 de noviembre del año pasado en el Teatro Antoine de París, sabía que el reto iba mucho más allá de la complejidad de interpretar un papel femenino, el de Rosa, mujer de la limpieza mexicana protagonista de 'Ocho euros la hora', de Sébastien Thiéry. «Cuando aterricé en París no sabía nada de francés, ni una palabra más allá de 'merci' y 'bonjour'», confiesa en conversación telefónica desde la capital gala. La alternativa para poder actuar pasaba por memorizar cada frase echando mano de un profesor personal que le corregía la pronunciación. «Las dos primeras semanas fueron muy difíciles, porque los actores franceses con los que interactúo hablan muy rápido», cuenta sobre Dany Boon –uno de los protagonistas de la aclamada comedia 'Bienvenidos al Norte'–y Valérie Bonneton.

Cartel de la obra con la imagen de Jorge Calvo y el resto del equipo de actores

«Son dos actores superconocidos, Dany Boon es el más taquillero de Francia; él y Valérie Bonneton han triunfado en el mundo de la comedia y han aceptado bien lo de trabajar conmigo sin que supiera el idioma, con lo que eso supone, pues no pueden improvisar ni equivocarse porque yo siempre respondo lo mismo, de memoria, así que no tengo margen de reacción», explica en un tono a medio camino entre la risa y la resignación.

La obra cuenta la historia de Rosa, inmigrante mexicana y trabajadora de la limpieza al servicio de un matrimonio burgués. «Todas las desgracias que le suceden a ella en la vida acaban repitiéndose en la pareja francesa: si ella tiene un accidente, ellos también; si la despiden de la casa para ver si se esfuma el gafe, el hombre de la pareja pierde igualmente su trabajo... y así hasta que va descubriéndose quién es realmente Rosa», resume.

No oculta que la aventura francesa ha sido posible «porque soy muy atrevido, tanto como para solicitar un intérprete durante los ensayos porque si no, era imposible trabajar», apunta, contento porque sobre el escenario «nos entendemos a la perfección; yo me guío no tanto por las palabras que dicen como por los sonidos... Es una sensación extraña que ni yo sé explicar».

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Jorge Calvo y la actriz francesa Valérie Bonneton.

Antes de esta experiencia solo vivió algo similar cuando intervino en una película italiana en la que tuvo que memorizar unas pocas frases, pero nada que ver con el protagonismo que tiene en 'Ocho euros la hora', donde su desconocimiento del francés y la particular pronunciación que le imprime aportan un plus de comicidad a la obra. «Mis errores al recitar el texto no son fingidos, son de verdad, así que la gente se descacharra de risa, es un trabajo muy especial que ha funcionado muy bien».

Trayectoria

  • Participación en series televisivas 'Farmacia de guardia', 'Manos a la obra', 'Isabel', 'Indetectables', 'El secreto de Puente Viejo', 'Amar es para siempre'.

  • Películas 'La caja 507' y 'Desde que amanece apetece'.

  • Teatro y espectáculos. 'El difícil equilibrio', 'La cena de los idiotas', cabarets y musicales.

Lleva cinco meses en Francia y quiere familiarizarse con el idioma tanto como con las risas que provoca entre las butacas del Teatro Antoine. «El público es maravilloso, muy agradecido y festivo; la gente acude al teatro a divertirse, a celebrar, como si fuera de fiesta, así que el recibimiento a los actores al concluir la obra es apoteósico». Aun así, no olvida las dos funciones previas al estreno: «Estaba bastante acojonado, no sabía cómo podían reaccionar los espectadores, pero desde el momento que empezaron a reírse me tranquilicé y llegue al estreno bien seguro».

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A Valladolid viene poco. Le cuesta emocionalmente. «Perdí a mis padres y la gente más importante de mi infancia ya no está, pero me encanta cuando llevo a gente de visita, les enseño la ciudad y les sorprende su encanto, eso me llena de orgullo», confiesa el hijo de quienes regentaron el restaurante Cuberito, contagiado del ansia de ser actor cada vez que, de niño, le colaban en el cercano Teatro Carrión a ver «obras de mayores». Ahora, desea alargar su estancia en Francia a la espera de que se prorrogue 'Ocho euros la hora' con sus carcajadas garantizadas.

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