Humor vallisoletano «sarcástico e irónico» contra la Castilla vaciada

Nano y Nino son dos abuelos que viven en cualquier pueblo de Castilla y que hablan de los problemas que aquejan a la España vaciada y a las personas de su edad, pero también del desconcierto que les causa el mundo moderno. Conversaciones que dan pie a un humor basado en la compenetración de los dos humoristas, pero que no renuncia a la seriedad en ciertos momentos. «Cualquier problema puede ser abordado desde el humor sin que ello conlleve frivolizar», asegura Roberto Chapu.

Chapu y Chavo forman parte de una poderosa hornada de humoristas a la que rindió homenaje el Ayuntamiento este año al encomendarles el pregón de las fiestas. «Le damos las gracias a Leo Harlem, que fue el gran pionero», asegura el monologuista, quien no olvida tampoco a otros cómicos célebres como Emilio Laguna o Manolo de la Vega. «Siempre he creído que los vallisoletanos tenemos mucho sentido del humor, aunque sea diferente al del sur. Nosotros quizás no seamos tan alegres de carácter, pero somos irónicos y sarcásticos», explica.

«Los dos vivimos en pueblos de Valladolid y siempre hemos llevado en vena el hecho rural». El humorista dio sus primeros pasos como actor en la Escuela de Teatro de Valladolid y ha interpretado todo tipo de obras y géneros hasta recalar en el monólogo (y el dúo) como su formato más habitual.

«El monólogo es un formato que encaja en muchos sitios (teatros, salas de fiesta, bares, hoteles, cenas…) y que no requiere muchos medios. De ahí su éxito», explica Chapu. «Bueno, también ayuda el que la gente tiene muchas ganas de reírse; lo necesita. Y por eso hay tanta demanda».