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Todo Willy Wonka que se precie debe lucir frac, bastón, chistera y una buena dosis de humor negro. Cada complemento tiene su función en la estampa del dueño de la famosa fábrica de chocolate y el retador de niños más cruel. Daniel Diges lo tiene ... interiorizado ya tras siete meses dando vida al personaje de Roald Dahl en el musical 'Charlie y la fábrica de chocolate' que estará en el Teatro Calderón de Valladolid del 4 al 7 de enero.
Cuatro días, siete funciones dirigidas a todo tipo de públicos porque este musical de Broadway mantienen las dos líneas narrativas del propio Dahl, la de Charlie, el niño de buen corazón que anhela el billete dorado y lo halla gracias a su empatía con los mayores, y la de Willie, que lidia desde el humor negro con la ambición y la falta de escrúpulos de quienes están dispuestos a hacer cualquier cosa por lograr su objetivo. «Me gustan los papeles de pirados», admitía Diges, quien encarnó a Gastón en 'Bella y Bestia'.
Musical de gran formato, se trasladan cinco trailers, 27 artistas y 30 técnicos para levantar este espectáculo que se estrenó en el West End londinense en 2013. «Es un montaje complicado, con muchos cambios de escenario y trucos de magia. Hay un ascensor volando al final», cuenta Carlos Alexandre, de la productora Let's Go que ya han venido al Calderón con 'El guardaespaldas', 'La familia Adams', 'Ghost', 'El jovencito Frankenstein' y 'The Hole'.
Con Federico Bellone en la dirección, Diges ha vivido la creación del personaje de cero, «más allá de darle un cuerpo y una voz, sino un por qué se mueve, mira y actúa de esa manera. Bellone lo enfoca desde la verdad, no son personajes superficiales. Todo está dirigido para que cuente a través de las canciones, se dice de tal manera que a veces parece que estuviéramos leyendo el libro. También tengo margen para la improvisación».
Un niño le da replica y el resto son encarnados por jóvenes. «Tenemos mucha suerte porque trabajamos con tres o cuatro niños de diez años con experiencia en musicales, cine y publicidad. Hay ya una gran escuela», aclara Alexandre.
«Ser bueno en la vida, hacer las cosas desde el corazón, te hace feliz», sintetiza Diges la moraleja de esta historia de Roald Dahl, hoy protagonista de tantas polémicas estériles. Irene Carvajal, concejala de Cultura, también destacó la importancia de este cuento como «guía de valores positivos que nos enseña a creer en la generosidad, la fraternidad, la empatía y escuchar a los mayores, que a través de ello algo bueno nos puede ocurrir, es una invitación a creer en la posibilidad de encontrar el billete dorado».
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