«Pánfilo de mi corazón, rabio también por echarte encima la vista, los brazos y el cuerpote todo. Te aplastaré. Después hablaremos dulcemente de literatura, y de la Academia y de tonterías. ¡Pero antes morderé tu carrillito!». El pánfilo en cuestión es Benito Pérez Galdós, ... célebre autor de los Episodios Nacionales, y el 'cuerpote' que amenaza con aplastarle el de Emilia Pardo Bazán, figura señera también de la literatura del siglo XIX y autora de 'Los pazos de Ulloa'. El texto está extraído de una de las cartas privadas que pusieron de manifiesto, a finales de los años setenta, la existencia de una relación íntima entre ambos, una aventura amorosa que vivieron de forma clandestina y de la que muy pocos se enteraron en su momento. Esa relación insólita, y los muchos misterios que la rodean, es la base de 'Galdós enamorado', de Alfonso Zurro, que este fin de semana, los días 1 y 2 de mayo, llega al Teatro Zorrilla (19 horas) con dos intérpretes de lujo: Emilio Gutiérrez Caba y María José Goyanes.
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La obra es una comedia con apariencia de intriga detectivesca en torno a uno de los grandes misterios de la relación entre los dos escritores: ¿qué pasó con las misivas amorosas del autor de 'Fortunata y Jacinta'? Hasta ahora, la única correspondencia que ha llegado hasta nosotros es la de ella. Sus cartas fueron halladas primero entre los documentos de la Casa Galdós en Canarias, y luego entre los papeles del escritor cedidos a la Real Academia de la Lengua. Pero las que dirigió el novelista a su amante no han sido encontradas. Ese misterio, y las distintas hipótesis que se barajan para explicarlo, es la piedra angular del juego teatral que ofrece 'Galdós enamorado', una propuesta escénica que, por el camino, rinde homenaje a dos excepcionales escritores y recrea su historia de admiración mutua. La obra, que llega precedida de un caluroso éxito de público, se estrenó en marzo de este año, el del centenario de la muerte de Pardo Bazán, pocos meses después de haber concluido, en 2020, el centenario de Galdós.
«He investigado qué pudo ocurrir y, lógicamente, he jugado con la fabulación», explica Alfonso Zurro, el autor de la obra y director de la puesta en escena. Es hipótesis extendida que la escritora debió guardar las cartas de Galdós entre sus papeles de su pazo de Meiras, una propiedad que ha estado rodeada de polémica por cuanto fue objeto de una anómala donación, en 1938, a favor de Francisco Franco, en plena Guerra Civil; una operación que ha sido recientemente anulada por los tribunales. Pero el pazo fue propiedad del dictador y su familia durante más de 80 años, lo que ha llevado a pensar que durante ese tiempo la correspondencia pudiera haber sido destruida, o vendida a algún coleccionista. «Existe una leyenda que afirma que esas cartas estuvieron en las manos de Carmen Polo, la mujer de Franco, y que las leyó», explica Zurro. También hay quien especula con que pudieron destruirse accidentalmente durante un incendio que se desató en el pazo al poco de morir el dictador «y que algunos historiadores creen que pudo ser una pantalla para encubrir la retirada de bienes de gran valor», comenta el dramaturgo.
Con todo ello juega 'Galdós enamorado', sin ninguna pretensión de sentar cátedra, o de dictar sentencia. Pero esa combinación entre la historia de los dos escritores, y la recreación de otros episodios, en distintos momentos temporales, ligados con ellos y con las cartas perdidas, permite a Gutiérrez Caba y Goyanes lucirse con la representación de cinco personajes distintos cada uno. Los dos principales son Galdós y Pardo Bazán, como es obvio, pero por el camino aparece también el matrimonio Franco, entre otros que salpican la puesta en escena.
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«En la función estamos constantemente entrando y saliendo de los distintos personajes, lo que es todo un reto», afirma Goyanes. «Los cambios se marcan de forma sencilla, incorporando elementos de caracterización sobre la marcha, pero es un juego muy divertido y el público se lo pasa rebién», recalca la actriz.
A Goyanes le fascina el carácter clandestino de la relación entre ambos escritores. «Cuando se descubrió a finales de los 70 fue toda una sorpresa. Lo habían llevado absolutamente en secreto y, de hecho, aprovechaban viajes al extranjero para verse, para estar liberados de la presión de poder ser reconocidos». Esa relación, que duró dos años, y que luego se mantuvo en forma de amistad, «fue una transgresión absoluta que demuestra que Pardo Bazán era una mujer muy adelantada a su tiempo».
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Penetrar en las cartas que ella le escribió a Galdós produce un cierto pudor. Lo que aflora es el embelesamiento un tanto bobalicón de los enamorados, más allá del pedestal en el que estos seres humanos han sido encaramados por su talento literario. «Miquiño, mi bien, me están volviendo tarumba tus cartitas. Creo que jamás escribiste con tanta sencillez, con una gracia más bonita y más tierna», escribe Pardo Bazán. «No hemos hecho más que arrimar la manzana a los dientes, ésta es la verdad, no hemos agotado, ni siquiera bebido a boca llena el dulce licorcito que nos podemos escanciar el uno al otro». El escritor, por su parte, no debió andarse con remilgos. «Deseo comerte los pechos», sería una de las frases que le escribió a su amante, según el testimonio de un librero de Madrid que aseguraba recientemente haber visto sus cartas, hace ya tiempo, en una biblioteca privada cuyos dueños no quieren darlas a conocer. ¿Destruidas o escondidas? El misterio sigue abierto.
'Galdós enamorado' ha permitido el reencuentro de María José Goyanes y Emilio Gutiérrez Caba, que iniciaron su carrera teatral a la par en una compañía que formaron ambos junto a otros dos miembros en el año 1968 y que, según recuerda el actor, «actuó en Valladolid en el año 1969». «En teatro hemos coincidido en cuatro ocasiones y en televisión y en cine algunas otras más», explica el intérprete madrileño nacido accidentalmente en Valladolid. «No somos dos desconocidos y ha sido estupendo volver a encontrarnos en esta melancólica evocación amorosa».
«Para mí actuar con Emilio está siendo un placer añadido al placer que siento siempre al salir a un escenario, porque me he criado entre bambalinas», asegura María José Goyanes. «Venimos de dos sagas de teatro muy análogas y entendemos el teatro de la misma manera, casi como una actitud vital».
Para Gutiérrez Caba la obra es, sobre todo, la oportunidad para abrir una ventana a un mejor conocimiento de dos novelistas que quizás suenen de nombre, pues se estudian en la escuela, pero que probablemente han sido mucho menos leídos de lo que se debería. «Qué mejor ocasión para abrir la puerta a dos grandes novelistas que merece la pena conocer, y sentirse orgulloso de ser español por estas cosas que son las que mejor lo justifican».
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