Negro sobre blanco

La he visto muchas veces y dice siempre algo nuevo. Solo intérpretes femeninas y Pepe el Romas, siempre presente, aunque está ausente. La España de antaño y el espíritu de parte de la de hogaño, y esa capacidad de dar vida a los personajes, marcando sus caracteres y sus clases sociales, así como el poder que hace desgraciados a quienes lo sufren y despierta el odio de los sojuzgados. La puesta en escena de Alfredo Sanzol es elegante y un poco fría, con la tensión limitada. Escenografía que comprime la casa, y juego de los vestidos negros con las paredes blancas. Respeto al texto con unos pequeños cortes y la sensación final de un colectivo homogéneo. Cada director tiene su versión y Sanzol se cuida de que todo marche puntual. En algunos momentos las actrices hacen movimientos entre danza y gimnasia, quizás para mostrar la sujeción de sus cuerpos sin varón.

Es interesante esta versión con buena calidad de las intérpretes y el colectivo como era obligado en un teatro público. Lorca y sus montajes diversos y que siguen teniendo actualidad, aún con circunstancias concretas diferentes. Otro llenazo y muchos aplausos.