La matriarca

Mario Gas parte de un decorado de dos picachos casi juntos que llenan el escenario. Se van separando a medida que avanza la función con reflejos que introducen el toque de fantasía. La puesta en escena se basa en el quietismo de las intérpretes, que se superponen a la vida interna de estas, al pasado y sus secretos. Es un montaje un tanto plano dado que no existen muchas acciones, que homenajea a Nuria Espert y está en función de ella.

Nuria y sus décadas de trabajo. Creo que el primer titulo que le vi era 'El deseo bajo los olmos', de O'Neill. Luego muchos más, incluso como directora de escena de ópera, actriz universal. De amplísimo repertorio y visitante asidua de Valladolid. En esta obra aúna la fragilidad con el poder sobre su familia, expresado sin violencia. La mitad de la representación en silla de ruedas, luego el cuerpo hundido y el juego de las manos para servir por completo su personaje. El resto del reparto profesional y correcto.

Nuria, Vicky Peña y Mario Gas son figuras de hace mucho tiempo. El Teatro de Cataluña ha estado siempre presente en Castilla, con buenos espectáculos de diferentes estéticas. Con el llenazo de ayer, la nostalgia, el presente y los grandes aplausos. El cansancio no existe para algunos artistas.