El Cervantes hechicero

Casi cuatrocientos años después, la compañía EscénaTe, bajo la dirección de Ernesto Arias, se ha atrevido a mostrar al espectador actual una obra que, lejos de la sencillez, se caracteriza por una trama de enredo compuesta por dos historias de amor diferentes: la de Angélica, Roldán y Reinaldos en la ambientación caballeresca y la de Clori, Rústico y Lauso en la pastoril. Pero el montaje de la compañía ha ido más allá, pues, con una clara intención de acercar la compleja historia cervantina a la contemporaneidad, y a modo de captatio benevolentiae, los técnicos y personal del teatro han aparecido en escena; con la ayuda de un hechicero, una trabajadora entrará en la trama para evitar sin éxito el acercamiento de Angélica a los dos caballeros.

Y hablando de magia y hechicería, ese ha sido quizá el elemento principal de la propuesta: personajes saliendo de maletas, apariciones y desapariciones y, por supuesto, el embrujo que envolvía la corrala del Palacio del Caballero de Olmedo.