Borrar
Una escena de 'El castillo de Lindabridis'. Sergio Parra
La Compañía Nacional de Teatro Clásico y Nao d'Amores, hoy en Olmedo Clásico

La Compañía Nacional de Teatro Clásico y Nao d'Amores, hoy en Olmedo Clásico

Las agrupaciones teatrales adaptan la obra 'El castillo de Lindabridis'

Samuel Regueira

Valladolid

Viernes, 19 de julio 2024

Larga y fructífera es ya la colaboración que mantienen Nao d'Amores y la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Obras como 'Farsas y églogas', 'Comedia Aquilana' o 'Numancia' demuestran los excelentes resultados que muestra este tándem cuando trabajan conjuntamente. «Para nosotros es un privilegio, cualquier coproducción con la CNTC sitúa al espectáculo en otro grado de interés y responsabilidad», valora Ana Zamora, directora de la compañía. Uno de sus últimos trabajos es 'El castillo de Lindabridis', versión de un texto de Calderón de la Barca que podrá verse este domingo en el marco de la XVIII edición de Olmedo Clásico.

«Es nuestro primer espectáculo en el ámbito del Barroco, Nao d'Amores se ha especializado en el ámbito anterior, así que para la compañía es algo modernísimo», asume Zamora. No obstante, afronta el reto con gusto, sabiendo que parte de los mimbres con los que trabaja les permiten moverse, en parte, en terreno conocido: «Nuestro recorrido artístico es largo y tenemos que buscar nuevas perspectivas y trabajar en cosas diferentes, pero no se nos escapa que para esta obra Calderón se inspira en una novela renacentista, que como toda buena novela de caballerías refleja un mundo que tiene que ver con el medievo, así que nos basta con sumar la perspectiva de mirarlo a través de ojos barrocos».

Así, tras haber trabajado junto a la Compañía Nacional de Teatro Clásico bajo la dirección de Eduardo Vasco, Helena Pimenta y, ahora, Lluís Homar, Nao d'Amores vuelve a unir fuerzas con la historia de la princesa Lindabridis, que viaja en un castillo ambulante para encontrar un caballero que venza a su hermano Meridián y con el que pueda casarse para gobernar conjuntamente el reino de Tartaria.

«El repertorio clásico de nuestro país es algo fuera de serie», valora Zamora. «Tenemos una cantidad de obras inabarcable, y esta comedia de enredo es una completa locura, nada al uso, por lo que compartir perspectiva y visión con la CNTC hace que afrontemos con una mayor responsabilidad rescatar esta clase de textos poco convencionales».

Zamora defiende a su vez el rigor con el que Nao d'Amores aborda estas piezas clásicas, sin perder por ello la coherencia interna «a nivel plástico y estético» que ostenta su compañía: «Nos hemos esforzado mucho en traer esta parte de nuestro repertorio, pero tenemos que seguir creciendo para aportar nuevas miradas para nosotros mismos y el público».

Uno de los principales desafíos que contiene 'El castillo de Lindabridis' es, frente a la tónica del minimalismo y desnudar la escena para dar importancia a la palabra, la espectacularidad de la propuesta: «Hay que llenar un gran teatro y ofrecer un producto de vistosidad de cara al público acostumbrado a ver espectáculos esplenderosos». De nuevo, la tensión aparece en el propio sello Nao d'Amores: «El reto era hacerlo desde nuestro propio lenguaje, sin romper la idea de lo artesanal y de lo lúdico como un juego».

Delirio en escena

Para Zamora, esta obra supone un delirio; «una perspectiva de teatro cortesano concebido más allá de lo textual, donde se nota que Calderón pensaba con cabeza de director de escena en un aparato escenográfico impresionante y una extraordinaria música», describe. «Eso nos da la posibilidad de volar en la construcción de recursos, con una puesta en escena que no es arqueológica ni rupturista, que es a la vez nueva y al mismo tiempo bebe del pasado».

Zamora considera a su vez que esta obra desafía la idea preconcebida de «machista, pesado y católico» que se pudiera tener de Calderón de la Barca: «Es una obra de una libertad absoluta, con una perspectiva de personajes femeninos que haría callar a quienes le tachan de misógino, y donde su discurso filosófico sesudo está presente pero entra de una forma más fácil y lúcida».

Con todo, Nao d'Amores invita, como siempre, a que cada espectador saque al final de la obra sus propias conclusiones: «Nos interesa que cada uno llegue y se siente sabiendo que va a ver una propuesta muy curiosa de un Calderón que es el de siempre».

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla La Compañía Nacional de Teatro Clásico y Nao d'Amores, hoy en Olmedo Clásico